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domingo, 22 de julio de 2012

EL LUGAR Y LA SUPERFICIE DE TRABAJO



Es importante que el lugar en que se desarrolla el trabajo esté en buenas condiciones de Seguridad, de esta manera evitaremos accidentes y trabajaremos con la mayor comodidad. Los accidentes pueden ser evitados si conocemos los peligros del entorno y aplicamos unas elementales medidas preventivas. Puede conseguirse un lugar más seguro de trabajo aplicando, entre otras, las siguientes recomendaciones:

 — Las máquinas deben guardar las distancias de separación que permitan a los trabajadores suficiente espacio para el acceso y movimientos seguros alrededor de la máquina.

— Los puestos de trabajo conviene que estén claramente delimitados y que dispongan de un lugar fijo para depositar los útiles y herramientas.

— Las materias primas deben llegar fácilmente al punto de trabajo y los PELIGROS DEBIDOS AL LUGAR DE TRABAJO

 — Caídas al mismo nivel

— Caídas a distinto nivel


— Pisadas sobre objetos

— Choques contra objetos inmóviles

— Choques contra objetos móviles

— Atropellos con vehículos

— Caídas de objetos por desplome o derrumbamiento productos acabados y materiales de desecho han de poder ser retirados sin estorbar los movimientos de los operarios.

— Los pasillos, corredores y escaleras serán de dimensiones adecuadas y libres de obstáculos.

— Señalización adecuada de esquinas y obstáculos fijos.

— Disponer de unas condiciones de iluminación adecuadas.

 — Los edificios y las instalaciones generales (electricidad, agua, gases, aire comprimido, etc.) estarán en buen estado de conservación mediante un mantenimiento adecuado.

 — Pasillos distintos de circulación para trabajadores y vehículos y bien señalizados. — Los suelos han de ser no resbaladizos y se deberá utilizar calzado apropiado al tipo de suelo.

— Colocar protecciones adecuadas en huecos y paredes por los que puedan caer materiales o personas. Por lugares de trabajo se entienden las áreas del centro de trabajo, edificadas o no, en las que los trabajadores deban permanecer o a las que puedan acceder en razón de su trabajo.

 Es importante distinguir entre lugar de trabajo y puesto de trabajo: los lugares de trabajo están destinados a albergar puestos de trabajo. Por lo tanto, se incluyen instalaciones industriales, fábricas, oficinas, escuelas, hospitales, universidades, etc. además incluye cualquier local, pasillo, escalera, vía de circulación, etc. situado dentro de las instalaciones citadas. Se consideran incluidos en esta definición los servicios higiénicos y locales de descanso, los locales de primeros auxilios y los comedores. Las instalaciones de servicio o protección anejas a los lugares de trabajo se considerarán como parte integrantes de los mismos:

 — se consideran “instalaciones de servicio” a lugares tales como salas de calderas, salas de compresores, salas de máquinas de ascensores, centros de transformación de energía eléctrica, etc.

— se entiende por “instalaciones de protección” las destinadas a proteger contra algún tipo de riesgo, como por ejemplo, las instalaciones de protección contra incendios. El Real Decreto 486/1997 de 14 de abril por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo se aplica en toda su extensión excepto en aquellos puntos indicados en el punto 2 del artículo 1 del mencionado Real Decreto:

a. Los medios de transporte utilizados fuera de la empresa o centro de trabajo, así como a los lugares de trabajo situados dentro de los medios de transporte.

 b. Las obras de construcción temporales o móviles.

c. Las industrias de extracción

d. Los buques de pesca

e. Los campos de cultivo, bosques y otros terrenos que formen parte de una empresa o centro de trabajo agrícola o forestal pero que estén situados fuera de la zona edificada de los mismos.

 Por otro lado, hasta que no se aprueben las normativas específicas correspondientes, se mantiene en vigor el Artículo 24 y el Capítulo VII del Título II de la Ordenanza General de Seguridad e Higiene en el Trabajo, para los lugares excluidos del ámbito de aplicación de la Norma Básica de la Edificación “NBE-CPI/96: Condiciones de protección contra incendios en los edificios”, aprobada por el Real Decreto 2177/1996 de 4 de octubre. Asimismo, el Real Decreto 486/1997 considera dos tipos de lugares de trabajo:


Lugares de trabajo de nueva implantación: son los lugares que se utilizan por primera vez a partir del 23 de julio de 1997, o bien las modificaciones, ampliaciones o transformaciones, de lugares de trabajo ya utilizados, que se realicen con posterioridad a dicha fecha.

 — Lugares de trabajo ya existentes: son aquellos en los que se realiza una actividad laboral con anterioridad al 23 de julio de 1997. Las condiciones del espacio y del ámbito de trabajo en que se desarrolla toda actividad laboral influyen directamente en la prevención de los accidentes. Las estadísticas muestran que una buena proporción de accidentes tienen su origen en deficiencias, tanto en la concepción, diseño de los locales y puestos de trabajo, como en los accesos a ellos. La seguridad en el trabajo mejora de forma notable si se planifica cuidadosamente el diseño de las instalaciones y su ubicación. Un buen diseño preventivo, tanto a nivel de edificio y locales de trabajo, como de cada puesto de trabajo en concreto, evita muchas situaciones inseguras. Una correcta planificación comienza, en la fase de proyecto de las instalaciones y de los espacios de trabajo, en el diseño y ubicación de equipos y maquinaria, y en la previsión y la elaboración de métodos de trabajo, contemplando la adaptación de todas las condiciones materiales de trabajo a las personas. La eficacia de las medidas preventivas en esta fase es mucho mayor; su realización más fácil y su coste menor que si se actúa sobre instalaciones, métodos y equipos proyectados sin tener en cuenta el componente de la seguridad en el trabajo; en este segundo caso, sólo podrán hacerse correcciones parciales que no resolverán totalmente los problemas. La organización de un centro de trabajo y la planificación de la producción exige estudiar previamente una serie de factores clave para que el proyecto se desarrolle bajo exigencias de calidad y de buenos resultados.


Entre otros, los factores a considerar son:

 — el emplazamiento

— el propio proceso productivo

 — los materiales (materias primas, productos semielaborados, productos finales, etc.)

— equipos y medios de transporte

 — métodos y procedimientos de trabajo

— el comportamiento humano

Cada uno de ellos puede ser una fuente potencial de situaciones inseguras y deben, por tanto, conocerse de antemano sus características y exigencias para controlarlos adecuadamente. El primer factor a considerar es la ubicación del centro de trabajo y de sus locales. Se tratará de conocer y controlar la influencia que el centro de trabajo puede ejercer sobre su entorno físico (contaminación en sus diversas formas, proximidad a núcleos urbanos, etc.). Igualmente los efectos negativos que el medio ambiente exterior puede ocasionar en el centro de trabajo, como los factores climáticos (vientos predominantes, lluvias, etc.), o naturales (desnivel del terreno, cauces fluviales, etc.). Las fábricas que utilicen o produzcan sustancias peligrosas han de situarse lejos de núcleos urbanos si existe la posibilidad de efectos nocivos sobre éstos. Para tener una idea de la importancia de los siniestros laborales habrá que conocer su número y gravedad, y por ello, hay que recurrir a las estadísticas. A diferencia de las enfermedades profesionales o el malestar por el trabajo, que resultan, como ya hemos mencionado de una agresión continuada que se puede detectar y corregir con el tiempo, el accidente es repentino y en muchos casos inesperado. Invertir dinero en algo que puede, o no, ocurrir es causa de que en muchas ocasiones se tiente a la suerte, por considerar que no va a pasar nada. En otros casos, se desconoce la existencia de un peligro por quienes están expuestos al mismo.

La Seguridad en el Trabajo es un conjunto de conocimientos y técnicas, que tratan de eliminar, o al menos reducir, los riesgos de daños materiales y lesiones personales. El objetivo de la seguridad es mejorar las condiciones de trabajo, hasta conseguir hacer imposible o, como mínimo, muy difícil, que se produzca un accidente. Los accidentes de trabajo siempre tienen causas naturales y explicables. Ya se ha advertido que las causas de los accidentes, normalmente no producen molestias (un hueco sin cubrir, un cable eléctrico sin proteger, una válvula de seguridad atascada, etc.). Por ello, a veces, no se tiene prisa en solucionarlo. Por otro lado, los accidentes pueden no ocurrir aunque existan las causas. Todos en la Empresa, deben participar en la prevención de accidentes, especialmente los trabajadores que son los más afectados, pero asesorados por especialistas en seguridad del trabajo, capaces de identificar riesgos, evaluarlos y proponer medidas correctoras para su eliminación o control. El trabajo modifica el ambiente y estas modificaciones van evolucionando con el tiempo. En nuestro caso nos ocupamos de:

 — las deficiencias estructurales de la construcción.

— a la insuficiencia o ausencia de mecanismos de seguridad en las máquinas.

 — a los órganos móviles descubiertos.

— a la ausencia de una señalización correcta que informe de la presencia de posibles peligros.

— a los riesgos de incendio y/o explosión.

 — a los riesgos de contacto con la energía eléctrica.

— a los emplazamientos de trabajo inadecuados.

 — a los almacenamientos inadecuados.

— a la falta de orden y limpieza.. etc.


1) Seguridad estructural 

La reglamentación vigente sobre construcción de edificios y locales industriales exige un proyecto redactado por un técnico facultativo competente. Este proyecto, debidamente visado por el colegio profesional al que corresponde el colegiado, o en el caso de promoción pública, por la oficina de supervisión de proyectos u órgano análogo de la Administración, ha de presentarse ante las autoridades locales y/o de las comunidades autónomas para obtener la correspondiente licencia de obra. Es responsabilidad del técnico facultativo que redacta el proyecto asegurar que todos los elementos estructurales o de servicio, incluidas las plataformas, escaleras y escalas tengan la solidez y la resistencia necesaria para soportar las cargas o esfuerzos a los que puedan estar sometidos, disponiendo de un sistema de armado, sujeción o apoyo que asegure su estabilidad.

 2) Minusválidos


 Los lugares de trabajo y, en particular, las puertas, vías de circulación, escaleras, servicios higiénicos y puestos de trabajo utilizados u ocupados por trabajadores minusválidos deberán estar acondicionados para que dichos trabajadores puedan utilizarlos. En cumplimiento del deber de facilitar el acceso a todos los ciudadanos, entre los que se encuentran los minusválidos, existe un marco normativo general que tiene su fundamento en el Artículo 49 de la Constitución y posteriormente en la Ley 13/1982 de Integración Social de los Minusválidos. Por otro lado, en varias Comunidades Autónomas existe legislación al respecto.

 3) Detección de riesgos

 Nos referimos a los riesgos más frecuentes, sin entrar en detalle de algunos de ellos que se tratarán de forma específica en otras Unidades Didácticas, tal como el riesgo de incendio o el riesgo eléctrico a nivel de técnico en la materia.

a) Escaleras fijas

 Los accidentes más frecuentes en este tipo de escaleras se producen por caídas:

 1) Debidas a la escalera

— Pavimento deslizante: se recomienda instalar bandas antideslizantes en los extremos horizontales.

— Escalones deteriorados: rotos, desgastados, etc.

 2) Debidas al usuario 

— Por utilizar calzado inapropiado: resbaladizo, inestable, etc.

— Por distracciones: ignorar el último escalón de una escalera, etc.

— Por circular inapropiadamente: demasiado deprisa, saltando escalones de dos en dos, etc. Las escaleras, excepto las de servicio, tendrán, al menos, 1 metro de ancho. Los escalones, excluidos los de servicio, tendrán entre 23 y 36 cm. de huella; la contrahuella estará comprendida entre 13 y 20 centímetros. Los lados abiertos tanto de las escaleras fijas como de las rampas de más de 60 cm de altura deberán protegerse mediante barandillas u otros sistemas de seguridad equivalente.


 b) Escaleras de mano

 La mayor parte de los accidentes son debidos a uso inadecuado, a imprudencias o al deficiente estado de conservación de la escalera. Entre las obligaciones y recomendaciones de uso podemos distinguir:

— Las personas que sufran algún tipo de vértigo o defecto físico, no deben utilizarlas.

 — Para trabajos eléctricos se utilizarán escaleras de madera, o bien, escaleras aisladas eléctricamente. — No se utilizarán como pasarelas o andamios.

— En las escaleras extensibles, antes de alargarlas, se comprobará que las abrazaderas sujetan firmemente.

 — Las escaleras de tijera se utilizarán con el tensor completamente extendido.

— El transporte de una escalera larga se debe realizar entre dos o más personas.

— Solo se utilizarán escaleras de mano de cuya resistencia se tengan garantías.

— Antes de utilizar una escalera de mano deberá asegurarse su estabilidad. La base de la escalera deberá quedar sólidamente asentada.

— Cuando se apoyen en postes, se emplearán abrazaderas de sujeción.

 — Si la superficie de apoyo fuese muy lisa (mármol, vidrio, metal pulido, etc.) debe dotarse a la escalera de zapatas en los extremos. Si dichas superficies están mojadas (lluvia, fuga de líquidos, etc.) se extremarán las precauciones.

— En las proximidades de puertas y zonas de paso, se protegerá la escalera contra golpes y se impedirá el paso de personas por debajo de ella con la adecuada señalización.

— Se utilizarán prendas de protección personal (casco, cinturón de seguridad, etc.) si existen riesgos durante el trabajo en la escalera.

 — Además de trabajar de cara a la escalera, hay que sostenerse con una mano. Si esto no es posible, se debe utilizar cinturón de seguridad sujeto a un sitio fijo, nunca a la escalera.

 — El calzado del trabajador y los peldaños de la escalera deben estar limpios de grasa u otras sustancias deslizantes.

— El ascenso, descenso y trabajo se harán siempre de frente a la escalera.

— No se circulará con las manos ocupadas, sea cual sea el tipo de escalera.

— Nunca se utilizará una escalera por dos o más personas simultáneamente. 


— Para cualquier desplazamiento de la escalera, se debe bajar de ella, realizar el desplazamiento y volver a subir.

— No se debe trabajar a caballo sobre las escaleras, ni pasar de un lado a otro.

 — Las escaleras de madera no deberán pintarse, por la dificultad que ello supone para la detección de sus posibles defectos.

 — Las escaleras de mano simples se colocarán en la medida de lo posible, formando un ángulo aproximado de 75º con la horizontal. Cuando se utilicen para acceder a lugares elevados sus largueros deberán prolongarse al menos 1 metro por encima de ésta.


c) Escalas fijas 

La anchura mínima de las escalas fijas será de 40 centímetros y la distancia máxima entre peldaños de 30 centímetros. En las figuras adjuntas se representan las dimensiones y características de las escalas fijas. Las escalas fijas que tengan una altura superior a 4 metros dispondrán, al menos a partir de dicha altura, de una protección circundante. Esta medida no será necesaria en conductos, pozos angostos y otras instalaciones que, por su configuración, ya proporcionen dicha protección.

d) Sillas

 En nuestro caso vamos a distinguir los dos tipos de sillas que suelen existir en un edificio:

a) Sillas de cuatro patas

 Si el apoyo de las cuatro patas es bueno, no suelen producirse accidentes, pero si se “juega” a balancearse sobre las dos patas traseras, como si se tratase de una mecedora, existen grandes posibilidades de accidente, en ocasiones muy grave. Aunque con menor frecuencia, también se producen accidentes por rotura de una de las patas o por el desencolado de las sillas de madera.

 b) Sillas giratorias con ruedas 

Se producen multitud de accidentes, en su mayoría no graves aunque, en ocasiones, producen importantes lesiones. La mayor parte de los accidentes se producen por vuelco; entre las causas tenemos:

— Utilización de sillas de cuatro ruedas con patas demasiado cortas. Al sentarse inadecuadamente (por ejemplo: solo en el borde delantero, o en un lateral) el centro de gravedad de la silla se desplaza y hace que se pierda el equilibrio con la consiguiente caída.

 — Es conveniente que las sillas giratorias sobre ruedas tengan cinco brazos o patas.

 — Por caídas al sentarse. Es frecuente que el usuario de la silla se confíe y, en ocasiones, se siente sin fijarse exactamente en la situación de la silla. Si dicha silla no está donde el usuario supone, se puede producir el desplazamiento de la silla y la caída al suelo del individuo.

— Por descenso repentino del asiento regulable o del respaldo. Suelen ser accidentes leves producidos por un incorrecto ajuste de los elementos de fijación.

— Tropiezos con las patas de las sillas. Se producen por descuidos. En prácticamente la totalidad de los casos antes mencionados, el tipo de suelo influye decisivamente en la gravedad del accidente. No es lo mismo caer sobre un suelo duro (terrazo, mármol, etc.) que sobre un suelo con un grado de amortiguación mayor (moqueta, caucho,...).

 e) Estanterías, armarios, archivadores 

En este caso los accidentes se producen por vuelco, atrapamiento y caídas de objetos. La mayor parte de los accidentes se producen por vuelco, llegando a producirse el aplastamiento de las personas. En las estanterías es frecuente que para alcanzar un objeto depositado en una balda situada por encima de la altura de los ojos del individuo, éste utilice las baldas inferiores a modo de peldaños de escalera, para poder alcanzar el objeto deseado. Con armarios y archivos, los accidentes más frecuentes se deben a cargas excesivas o mal repartidas. En un archivador es conveniente no tener abierto más de un cajón, situar los documentos de más peso en los cajones inferiores y lo más al fondo posible. En todos los casos el accidente puede tener su origen en un suelo desnivelado. Cuando se observe que una estantería, un armario o un archivador pierde el equilibrio y comienza a volcarse, lo más sensato es alejarse del lugar y dejarle caer libremente. Normalmente, hay que tener mucha fuerza para poder interrumpir la caída. Una medida decisiva para evitar el vuelco de estos elementos es el anclaje a la pared. Respecto del atrapamiento, se puede producir por actos involuntarios al cerrar cajones. Generalmente el accidente es leve. La caída de objetos suele producirse, en el caso de armarios y estanterías, cuando dichos objetos no han sido convenientemente colocados y con el menor movimiento se mueven provocando, en algunos casos la caída. Si durante su caída “tropieza” con un trabajador, puede ocasionarle, según las circunstancias, una lesión de mayor o menor gravedad.

f) Puertas

 Dependiendo del tipo de puerta de que se trate, habrá que tomar medidas diferentes, para evitar el accidente común a todas ellas: golpes.

Distinguimos diferentes tipos de puertas, entre ellas:

— “Normal tipo oficinas”: por no ser translúcidas, los accidentes que se producen suelen deberse a golpes por estar situadas personas en el área de apertura de la puerta. Por tanto, no deben realizarse trabajos en dicha área, o bien, señalizarse o impedir parcialmente la apertura de la puerta

. — Giratoria: pueden producir un accidente cuando su giro no es el adecuado bien sea por defecto de la puerta o por que se le aplica un impulso de giro demasiado elevado y hay alguien en su interior. En ocasiones, el accidente se produce por distracción del usuario.

— De vidrio transparente: se producen, fundamentalmente, golpes en la cara, como consecuencia de pasar desapercibidas (no se ven). Las puertas de vidrio deben señalizarse a la altura de la vista. También se producen accidentes por cortes debido a la rotura del vidrio.

— De vaivén: es frecuente el accidente cuando al abrirlas se encuentra alguien al otro lado. Esta situación de riesgo se acentúa cuando las puertas son opacas y, por tanto, no se puede ver lo que hay al otro lado. Estas puertas deberán ser transparentes o tener partes transparentes que permitan la visibilidad de la zona a la que se accede. En el caso de corrientes de aire, el retroceso de una puerta de estas características puede llegar a ser violento.

— Puertas bajas: son muy frecuentes en sótanos y áticos. Ocasionan golpes en la cabeza producidos por el dintel superior. En todo caso deben protegerse las partes superiores con algún material acolchado y señalarse convenientemente.

— Puertas de emergencia: deben poder localizarse muy fácilmente, estar señalizadas, libres de objetos y ser de fácil apertura (siempre hacia fuera y sin necesidad de emplear llaves). Su utilización debe ser posible en cualquier momento. La normativa específica sobre vías y salidas de evacuación comprende el Real Decreto 2177/1996 de 4 de octubre por el que se aprueba la Norma Básica de la Edificación, NBE-CPI/96,

Condiciones de Protección contra Incendios en los Edificios y las Ordenanzas Municipales de protección contra incendios en los municipios que las tengan.

 — Puertas correderas: deben tener un carril de retención, o cualquier otro dispositivo, que impida que la puerta caiga, bien debido a un fallo del sistema de suspensión, bien porque los rodillos se salgan del carril.

 — Puertas y portones mecánicos: deberán tener dispositivos de seguridad adecuados que impidan lesiones a los trabajadores si éstos son golpeados o atropellados por ellas (por ejemplo: detectores de presencia, limitadores de fuerza de cierre, etc.) Si falla el suministro de energía a la puerta, debe ser posible abrirla manualmente, a menos que se abra de forma automática. Este requisito no debe aplicarse a puertas de ascensores u otras puertas que estén colocadas para impedir caídas o el acceso a áreas con potenciales peligros. Cuando se necesiten herramientas para la apertura manual de la puerta, éstas deben estar siempre disponibles y en lugar próximo y visible. El circuito de maniobra de la puerta o portón mecánico debe estar concebido de forma que, si se restituye el suministro de energía mientras se está abriendo manualmente la puerta, no existan peligros para el trabajador que está llevando a cabo la operación.

 g) Ascensores

 Los accidentes más frecuentes suelen ser por un exceso de carga ya sea de bultos o personas. Otros accidentes, aunque de menor transcendencia, se producen por atrapamientos o golpes al cerrar las puertas. Sus características y su mantenimiento deben cumplir con el Reglamento de Aparatos de Elevación y Manutención.

 h) Electricidad

La instalación eléctrica de los lugares de trabajo ha de ajustarse a los Reglamentos electrotécnicos que le sean de aplicación, fundamentalmente:

— Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión

— Reglamento sobre Condiciones Técnicas y Garantías de Seguridad en Centrales Eléctricas, Subestaciones y Centros de Transformación

— Reglamento de Líneas Eléctricas Aéreas de Alta Tensión

— Independientemente, algunas Comunidades Autónomas y Ayuntamientos tienen disposiciones particulares, fundamentalmente sobre aspectos relacionados con las revisiones e inspecciones de las instalaciones.

 Vamos a describir brevemente las precauciones básicas que deben adoptarse para evitar accidentes con la electricidad, siguiendo un enfoque exclusivamente de usuario de equipos que, ocasionalmente, pueda realizar pequeños trabajos en dichos equipos o instalaciones eléctricas:

A) Nunca trabaje con instalaciones o equipos accidentalmente mojados. Tampoco se deben manipular equipos o instalaciones eléctricas cuando se tienen las manos o los pies mojados. El paso de la corriente por el cuerpo humano se facilita enormemente cuando la piel está mojada. Si se trabaja en ambientes húmedos o con riego de contacto con agua, se deben tomar todas las precauciones posibles, con la ayuda y supervisión de un técnico especialista. Una solución puede ser utilizar tensiones de seguridad para emplazamientos húmedos: 24 Voltios.

 Debe evitarse la utilización de elementos eléctricos cuando:

a) el usuario esté mojado.

 b) los cables de conexión o el equipo estén mojados.

 c) en exteriores, cuando llueve. Por todo lo mencionado, es evidente que, el material eléctrico debe guardarse en lugares secos.


 B) Solo los especialistas eléctricos deben manipular o modificar las instalaciones eléctricas. El usuario, únicamente, debe utilizar los órganos de mando previstos por el fabricante del equipo eléctrico o por el especialista que ha realizado la instalación; tampoco debe modificar la regulación de los órganos de mando ni bloquearlos. Los armarios eléctricos de distribución solo deben manipularse por especialistas. Los centros de transformación deben estar cerrados y su acceso prohibido al personal no especialista.

C) Los equipos eléctricos deben estar en buen estado. Antes de su utilización, realizar una inspección visual para detectar posibles anomalías: los cables conductores no deben presentar cortes, ni quemaduras, ni estar agrietados. Los cables alargadores deben tener enchufes adecuados en sus extremos y con el mismo número de patillas que el aparato eléctrico que se va a conectar. Las conexiones deben ser eficaces y seguras, las “chapuzas” son muy peligrosas. Nunca conecte un equipo si la toma de corriente no es la adecuada.

 D) El usuario de cualquier equipo o máquina debe conocer sus instrucciones de uso y, por tanto, las precauciones que hay que adoptar para su empleo, fundamentalmente cuando se utilicen por primera vez. 

E) En caso de avería, la primera medida es cortar la corriente.

— En averías de envergadura cortar la corriente y llamar al técnico. Por ejemplo en una de las siguientes situaciones

— En averías de menor envergadura (cambiar un fusible, una lámpara, etc.), cortar la corriente por desconexión del interruptor o, mejor, por la desconexión del enchufe. Si se cambia un fusible, el nuevo debe ser del mismo tipo e intensidad nominal que el de origen. Si el fusible reemplazado se funde de nuevo, avisar al técnico: nunca ponga un fusible de mayor intensidad de paso.

 F) Si no tiene los conocimientos mínimos necesarios, no trate de reparar ningún equipo o instalación averiada. Tampoco realice nuevas instalaciones. Un equipo deficientemente reparado puede producir varios tipos de accidentes; los más frecuentes son debidos a contactos indirectos, ya sea por conexiones defectuosas o por perdida de aislamiento. Las instalaciones eléctricas, por simples que parezcan, requieren unos conocimientos básicos

G) Todos los trabajos de naturaleza no eléctrica pero que tengan que efectuarse en las proximidades de una instalación eléctrica (por ejemplo cerca de un centro de transformación), deben ser supervisados y dirigidos por un técnico en electricidad.

 H) Para socorrer a una persona electrizada: 

— Cortar la corriente sin tocar a la persona electrizada.

Si no puede cortar la corriente o va a tardar demasiado en cortarla, el socorrista debe tratar de “desenganchar” a la persona electrizada con la ayuda de un elemento aislante (silla de madera, tabla, etc.).

— Si se trata de alta tensión, ni toque, ni se aproxime a la persona electrizada; avise al técnico en electricidad.

—Recuerde que al “desenganchar” a una persona electrizada situada en un emplazamiento elevado, es probable que se caiga por lo que se pueden producir efectos secundarios.

 — En cualquiera de los casos avise a los servicios de socorrismo.

 i) Caídas de altura 

En la ejecución de determinadas tareas y en el uso habitual de un edificio, se dan circunstancias en las que el trabajador está expuesto a caer desde un nivel a otro inferior. En los trabajos en techos y cubiertas se suelen producir numerosos accidentes por rotura del material que lo constituye, normalmente durante trabajos ocasionales, tales como limpieza o mantenimiento. Antes del acceso a los techos y cubiertas es preciso evaluar los riesgos que comporta dicho acceso. Para ello se precisa conocer las cargas máximas que pueden soportar, y adoptar las medidas de prevención necesarias para asegurar un acceso y un trabajo seguro en dichos elementos. También se deberá tener en cuenta la presencia de moho, liquen, etc. que pueden volver las superficies extraordinariamente resbaladizas. Dicho riesgo se materializa con demasiada frecuencia y todos sabemos que, en general, comporta lesiones graves para las personas y, en ocasiones, la muerte. Todo riesgo de caída de altura se ha de abordar con medidas dirigidas a:

1) Impedir la caída

 — Eliminando el riesgo en proyecto, si es posible.

— Empleando un método de trabajo adecuado y las protecciones colectivas necesarias.

 2) Limitar la caída 

— Mediante el empleo de protecciones colectivas. Un ejemplo lo tenemos en las redes de recogida.

 3) Eliminar o reducir sus consecuencias 

— Mediante el empleo de protección personal. Si por ejemplo, nos referimos a la limpieza exterior de ventanas se cuidará de que:

- El método de trabajo sea el adecuado.

 - Se empleen las protecciones personales.

- El personal esté debidamente formado. En el caso de huecos sin cubrir, independientemente de su tamaño, se deben proteger, y en general, esta protección ha de ser fija salvo en pisos de poco uso, que podrán estar protegidos por una cubierta móvil que gire sobre las bisagras a ras de suelo, en cuyo caso, siempre que la cubierta no esté colocada, la abertura estará protegida por una barandilla portátil. Todas las barandillas, deberán ser de materiales rígidos, resistentes y con una altura mínima de 90 cm. a partir del piso. Deben evitarse los llamados “quitamiedos”, por ejemplo la utilización de cuerdas a modo de barandillas ya que, además de no evitar la caída de personas a distinto nivel, pueden ser causa de accidente debido a su deficiente construcción y falta de resistencia.

4) Superficie y volumen

Las dimensiones de los centros y locales de trabajo deben cubrir las necesidades presentes y prevenir futuras ampliaciones. En toda organización con vitalidad está presente el constante proceso de evolución, debiendo preverse por ello una cierta versatilidad de sus instalaciones para poder adaptarse con facilidad a modificaciones y ampliaciones. Los locales de trabajo deben reunir las siguientes condiciones mínimas: 

— Altura piso - techo > 3 metros. Excepto en establecimientos comerciales, de servicios y locales destinados a oficinas y despachos donde la altura puede quedar reducida a 2,50 metros 


— Superficie mínima libre = 2 m2 / trabajador.


 — Volumen mínimo = 10 m3 / trabajador. Para el calculo de la superficie y volumen no se tendrán en cuenta los espacios ocupados por máquinas, aparatos, instalaciones ni materiales. 


5) Suelos, paredes y techos

 El pavimento constituirá un conjunto homogéneo, llano y liso sin soluciones de continuidad; será de material consistente, no resbaladizo o susceptible de serlo con el uso y de fácil limpieza. Estará en el mismo nivel, y de no ser así, se salvarán las diferencias de altura por rampas de pendiente no superior al 12% cuando su longitud sea menor de 3 metros y del 10% cuando su longitud sea menor que 10 metros o del 8% en el resto de los casos Nota: El tipo de suelo descrito es liso, no tratado con material antideslizante y en condiciones húmedas o mojadas por agua. El deslizamiento puede aumentar por otros líquidos, especialmente si son más viscosos que el agua.

 6) Señalización 

En el mundo laboral se dan situaciones de peligro, en las que conviene que el trabajador reciba una determinada información relativa a la seguridad, que denominamos “Señalización de seguridad”. La señalización de seguridad es aquella que suministra una indicación relativa a la seguridad personal y/o bienes. Para que la señalización sea eficaz debe: Su empleo es complementario de las medidas de seguridad adoptadas y su puesta en práctica no dispensa, en ningún caso, de la adopción de las medidas de prevención que correspondan. La correcta señalización resulta eficaz como técnica de seguirdad complementaria, pero no debe olvidarse, que por sí misma, nunca elimina el riesgo. Las señales de seguridad son el resultado de una combinación de formas geométricas, colores, símbolos, olores, etc. que pretenden comunicar de una forma simple, rápida y de comprensión universal. En cualquier caso, los lugares de trabajo deberán cumplir con las disposiciones mínimas que marca el Real decreto 485/1997 de 14 de abril en materia de señalización de seguridad y salud en el trabajo (BOE nº 97 de 23 de abril).

 7) Orden, limpieza y mantenimiento

 En cualquier actividad laboral, para conseguir un grado de seguridad aceptable, tiene especial importancia el asegurar y mantener el orden y la limpieza. Son típicos los accidentes que se producen por golpes y caídas como consecuencia de un ambiente desordenado o sucio, suelos resbaladizos, materiales colocados fuera de su lugar, acumulación de material sobrante o de desperdicio. Los desechos que se producen durante el trabajo deben ser controlados y eliminados. Para ello se dispondrá de recipientes apropiados que se vaciarán con frecuencia. En ocasiones es necesario, incluso diferenciar recipientes para residuos que conviene que estén separados (sustancias inflamables y oxidantes, por ejemplo). Aquellas máquinas o instalaciones que pueden ocasionar pérdidas de líquidos dispondrán de sistema de recogida y drenaje que evite su esparcimiento por el suelo. Se han de evitar los pisos resbaladizos por aceites o grasas. La limpieza de los suelos se realizará utilizando detergentes o jabones, evitando la utilización de productos tóxicos o corrosivos. También han de limpiarse periódicamente ventanas y paredes. Es preciso establecer un procedimiento para el mantenimiento de los lugares de trabajo y, en especial, para sus instalaciones al objeto mantenerlos en un estado de eficiencia adecuado. Este procedimiento ha de contemplar las exigencias legales en cuanto a inspecciones, revisiones y mantenimiento de las instalaciones, por ejemplo: Centros de Transformación de Energía Eléctrica, Sistemas de Protección Contra Incendios, etc. Se deberán guardar registros de las actividades de inspección, revisión y mantenimiento de los lugares de trabajo y de sus instalaciones.

 8) Servicios higiénicos y locales de descanso 

Los lugares de trabajo dispondrán de agua potable. Cuando los trabajadores deban llevar ropa especial de trabajo, y no se les pueda pedir por razones de salud o decoro que se cambien en otras dependencias, los lugares de trabajo dispondrán de vestuarios, que estarán provistos de asientos, armarios o taquillas. Cuando los vestuarios no sean necesarios, los trabajadores deberán disponer de colgadores o armarios para colgar su ropa. Se deberá disponer, en las proximidades de los puestos de trabajo (y de los vestuarios), de locales de aseo con espejos, lavabos con agua (caliente, si es necesario), jabón y sistema de secado que ofrezca garantías higiénicas. El número recomendable de locales de aseo es de uno por cada 10 trabajadores o fracción de éstos. Para los espejos se recomienda uno por cada 25 trabajadores o fracción, que finalicen su jornada simultáneamente. En cuanto al número de duchas se recomienda una ducha por cada diez trabajadores o fracción que finalicen su jornada simultáneamente. Se tendrá en cuenta la presencia de trabajadores minusválidos, debiéndose adaptar alguno de los servicios a sus características especiales para que el uso de los mismos no sea impedido por barrera alguna. También deberán disponer de retretes con descarga automática de agua y papel higiénico. Estarán en recintos individuales, y el número de inodoros recomendable será el de uno por cada 25 hombres y uno por cada 15 mujeres, o fracción, que trabajen en la misma jornada. Las cabinas deberán estar provistas de una puerta con cierre interior y de una percha. Cuando la seguridad o salud de los trabajadores lo exijan, éstos dispondrán de un local de descanso de fácil acceso. La dotación de mesas y asientos serán suficientes para el número de trabajadores que deban utilizarlos simultáneamente.

9) Material y locales de primeros auxilios

 En previsión de posibles accidentes, los lugares de trabajo dispondrán de material para primeros auxilios; deberá ser adecuado, en cuanto a su cantidad, a sus características y al número de trabajadores potencialmente expuestos. Se deberá garantizar que la prestación de los primeros auxilios pueda realizarse con la rapidez que requiera el tipo de daño previsible. Todo lugar de trabajo deberá disponer, como mínimo, de un botiquín portátil que contenga desinfectantes y antisépticos autorizados, gasas estériles, algodón hidrófilo, venda, esparadrapo, apósitos adhesivos, tijeras, pinzas y guantes desechables. En todo caso, los lugares de trabajo con el articulo 10 y el Anexo VI del Real Decreto 486/1997.



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Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas



Precaución - Operarios de limpieza

 

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