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viernes, 8 de junio de 2012

DURANTE LA ENTREVISTA, MOMENTO CLAVE


a) Ha llegado el momento clave

 Si no sabes muy bien cómo comportarte ni qué decir, en una entrevista de trabajo, te damos las claves:

 — Ante todo, es importante ir con confianza en uno mismo, seguro de tus cualidades y de lo que puedes ofrecer a la empresa. Pensar de forma positiva, ser claro, sincero y, sobre todo, decidido. 

— Saludar a la persona que te va a entrevistar con su nombre, si se conoce, mirar a los ojos y apretar la mano. 

— Cuando tu presentador se acerque a ti, te ofrecerá la mano, así que no metas la pata poniendo la cara para recibir dos besos. El apretón de manos debe ser firme y sin dejar la mano inerte sobre la suya.

 — Es importante que no desvíes la mirada ya que te dará seguridad. Pero no abuses, mira sin intimidar, ya que lo contrario también puede resultar molesto. 

— Cuando te dirijas a tu entrevistador, hazlo siempre de usted hasta que te pida que le tutees. 

— A la hora de tomar asiento, no lo hagas hasta que te lo indiquen y por supuesto, no "te tires" sobre la silla. Intenta mantener la espalda recta, pero sin tensión o rigidez. Puedes cruzar las piernas discretamente para relajarte. 

— Es muy importante que cuidemos nuestro vocabulario adaptándolo a nuestro interlocutor (no siempre el entrevistador tendrá nuestra misma formación), que nos expresemos de manera estructurada, que contestemos a aquello que se nos pregunta, que razonemos nuestras afirmaciones (no basta con decir que soy muy trabajador, eso puede decirlo cualquiera) y que acompañemos nuestro lenguaje verbal con el no verbal: si estoy diciendo que creo que puedo desempeñar adecuadamente la función, mi tono de voz, mi mirada, mi expresión facial y mi postura tienen que estar diciendo lo mismo. Si es así seguro que nos creen, sino probablemente no nos lo creemos ni nosotros mismos.

 — Mantener la atención en todo momento. Un aparente desinterés en algún momento de la entrevista se puede asociar al puesto de trabajo e incluso a la propia empresa. — Si se es fumador, abstenerse de hacerlo ante cualquier ofrecimiento 

— Que el tema del sueldo no sea lo prioritario durante la entrevista: Si te pregunta sobre cuánto quieres cobrar, debes de contestarle con otra pregunta: "¿Cuanto suelen pagar en un puesto similar?". También puedes decir que desearías conocer más detalladamente las características del puesto. Afirma que el sueldo es siempre una cuestión flexible y negociable y puedes hacer una propuesta orientativa. 

— El tiempo de la entrevista es limitado. Por tanto no perder el tiempo divagando, establecer los objetivos e intentar convencer al interlocutor de las cualidades que se poseen y del entusiasmo 

— Dejar que el entrevistador dirija la entrevista. Provocar preguntas que se puedan aprovechar para mostrar conocimiento del sector. No utilizar términos negativos. 

— Durante la entrevista debes responder con seguridad, no te sientas que por el hecho de no tener experiencia eres inferior, por lo que nunca utilices palabras que puedan infravalorar tu trabajo, como yo "sólo" he hecho..., "carezco de.." "lástima que...".

 — En los negocios y en las entrevistas de trabajo hay una serie de palabras que, utilizadas consecuentemente, tienen una fuerza especial, como reto, experiencia, futuro, confianza, compromiso, objetivos, eficacia, proyecto, garantía y responsabilidad. Úsalas hábilmente.

 — Al marcharse, estreche nuevamente la mano del entrevistador y agradézcale su tiempo. Este momento es propicio para preguntar a que hora debe regresar y cuando puede conocer la decisión.

 — Siguiendo estas pautas, debería ser más fácil el acceder a una entrevista de trabajo y llevarla a buen puerto. El conseguir el puesto de trabajo, ya depende del resto de los candidatos y del perfil que busque la empresa en ocasiones el candidato no debe desmoralizarse por no haber conseguido ese puesto de trabajo aún habiendo superado con éxito la prueba planteada porque, en ocasiones, la decisión que adopta una empresas para realizar las contrataciones tienen una motivación determinada. 

b) Los mensajes del cuerpo

 No hace falta ser psicólogo o experto en comunicación no verbal para comprender el significado de ciertas miradas y gestos. Todos somos capaces de interpretar el lenguaje corporal más evidente, como una mirada de cariño, un puño cerrado en posición amenazante o un gesto ostensible de desprecio. Pero el lenguaje corporal es mucho más complejo, porque todo nuestro cuerpo habla en todo momento. Lo queramos o no, nuestro cuerpo transmite mensajes permanentemente, y a menudo contradice lo que están diciendo nuestras palabras. Estos mensajes son percibidos por los demás -aunque sea de manera inconsciente- y condicionan su relación de comunicación con nosotros. No hace falta explicar, por tanto, la importancia de controlar nuestra comunicación no verbal cuando estamos en un contexto laboral: desde una entrevista de selección hasta una reunión de trabajo o un proceso de negociación salarial. Es importante tener claro que no hay verdades absolutas. Que alguien se acaricie la barbilla no siempre significa que está reflexionando, al igual que taparse la boca al hablar no es un síntoma inequívoco de falsedad. Por otro lado, cada gesto debe leerse en su contexto, porque puede significar cosas muy distintas según cuándo, dónde y cómo se produzca. Multitud de libros y estudios han tratado de construir un "diccionario" de la comunicación no verbal. Hay que tomar estas indicaciones con reservas, nunca como fórmulas magistrales, pero sin duda pueden servir como orientación. 

Veamos algunas "entradas" de ese posible diccionario. 

— La mirada Cuando nos encontramos con alguien, le miramos unos segundos a los ojos para detectar sus sentimientos e intenciones, y luego bajamos brevemente la mirada para mostrar nuestra intención de cooperar. No hacer esa pausa y mantener fija la mirada podría interpretarse como una actitud desafiante. Durante una conversación, desviar la mirada justo antes de empezar a hablar indica que lo que vamos a decir es fruto de una reflexión meditada, mientras que mirar a derecha e izquierda cuando nos hablan suele ser una demostración de desinterés. Mirar directamente a los ojos de quien nos habla demuestra interés y atención, pero mantener una mirada directa durante todo el tiempo es demasiado agresivo. En una entrevista de trabajo, por ejemplo -en la que debemos demostrar todo el interés del mundo-, convendría mirar a los ojos del entrevistador al menos el 80% del tiempo. 

— La posición del cuerpo La norma fundamental es la que distingue entre cerrazón y apertura. Los brazos cruzados protegiendo el cuerpo son una posición defensiva bastante obvia, mientras que las posturas abiertas demuestran relajación, hasta el punto -cuando son exageradamente abiertas- de transmitir desinterés y mala educación. El cruce de piernas "americano", por ejemplo, con el tobillo encima de la rodilla, es muy poco recomendable en una entrevista de trabajo. 

— Los movimientos de la cabeza Asentir repetidamente mientras escuchamos puede significar que entendemos y estamos de acuerdo o que queremos que nuestro interlocutor acabe lo antes posible para responderle. Una ligera inclinación hacia adelante indica que estamos escuchando, y escuchando con interés si al mismo tiempo nos inclinamos hacia un lado. 

— Las manos A menudo no sabemos qué hacer con ellas, pero ellas siempre acaban haciendo algo, como por ejemplo: — Juguetear con objetos (síntoma de nerviosismo e inseguridad). 

— Entrelazar los dedos (un gesto que expresa autoridad y rigor, pero también voluntad de entendimiento y espíritu constructivo). 

— Frotarse entre sí (síntoma de impaciencia). 

— Girar para mostrar las palmas (transmitiendo sinceridad y franqueza). 

— Tocar levemente el brazo de nuestro interlocutor (para pedirle que confíe en nosotros y crea lo que le estamos diciendo). 

— Tocar a un desconocido, en cualquier caso, siempre es arriesgado, porque todas las personas tenemos un espacio personal de entre 45 y 60 centímetros que normalmente sólo dejamos que invadan aquéllos a quienes tenemos un afecto especial.

 — Cómo controlar nuestro cuerpo Ante una entrevista de trabajo, es un error obsesionarnos en controlar al 100% nuestro cuerpo. 

Pero tampoco nos podemos olvidar de él. No sería correcto iniciar la entrevista en una posición muy relajada, pero si no nos "soltamos" mínimamente a lo largo de la conversación, el entrevistador puede dudar de la información que le demos, porque percibirá nuestro nerviosismo. No hay una fórmula ideal, pero sentarnos en posición recta o cruzando discretamente las piernas, con una ligera inclinación hacia adelante y las manos entrelazadas puede ser una buena posición "de salida" a partir de la que evolucionar con la conversación. 

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