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lunes, 4 de junio de 2012

ASERTIVIDAD




Asertividad se refiere a la manera de expresar de forma apropiada a cada momento y a cada situación (y según la persona o personas implicadas) las ideas, sentimientos, emociones y opiniones, sin manipular y sin usar ningún tipo de coacción o violencia verbal. Manteniendo el respeto propio y el del otro. En resumen, hacerse valer y respetar las ideas de los demás de forma equilibrada y ecuánime. Según las técnicas de Asertividad, las relaciones personales nos sitúan en tres zonas de comunicación, de mayor a menor dificultad: 

a) Zona de Confort Relaciones

 personales sin riesgo. La comunicación interpersonal es fácil. No hay compromisos ni obligaciones. Se da en conversaciones familiares, entre amigos, colegas, multitud de situaciones informales... 

b) Zona de Progreso 

Relaciones con cierto riesgo. Se plantea el esquema "yo gano-tú pierdes" o "yo pierdo-tú ganas". La comunicación requiere cierto esfuerzo para llegar a acuerdos. Cuanto más valioso es lo que está en juego (lo que podemos ganar o lo que podemos perder con motivo de esa conversación) más tensión se genera. Se da en situaciones de transacciones tipo venta, negociaciones, peticiones de ascenso o subida de sueldo, solicitud de empleo,...

 c) Zona de Pánico

 La relación interpersonal está colapsada por el miedo a perder y a ser derrotado en los planteamientos y deseos. La comunicación es muy difícil. Tiene lugar el esquema "yo pierdo-tú ganas". Se produce resentimiento, rechazo, negativa, desacuerdo, discusión... Se llega a confundir el sentido y la intención inicial de la conversación. Se produce un gran desgaste de energía. La persona que permanece mucho tiempo en este estado se vuelve pasiva, desmotivada, crea complejos y le baja la autoestima.

 PROCEDIMIENTO DE APLICACION

 Ampliar paulatinamente las relaciones personales de la Zona de Confort, para ir adquiriendo práctica y soltura, en ambientes sin riesgo, en diversas interacciones personales. Desde ahí, ir aumentando el círculo de interacciones asumiendo relaciones que requieran un cierto compromiso. Para ello hay que exponer con claridad y convicción los deseos, ideas, opiniones, peticiones y sentimientos, pero: 

— Sin pretender manipular o hacerle al otro chantaje emocional. 

— Sin coaccionar o imponer por la fuerza. 

— Sin rendirse o huir ante las primeras dificultades. 

¿CÓMO PEDIR LAS COSAS? 

Cuando pidas algo, no lo hagas "a cambio" de otra cosa (es decir, no aceptes ni realices chantajes morales o emocionales). No te justifiques ni te humilles ante el otro. Pero tampoco le coacciones o le hagas chantaje emocional. 

— Considera que mereces lo que pides. 

— Mantén siempre la calma y el autocontrol. 

— Exprésate con claridad, sin rodeos. 
— Si recibes una negativa, di que comprendes las razones del otro. Si lo crees necesario y conveniente, vuelve a intentarlo en los mismos términos.

 a) Ante un interlocutor hostil 

No ser reactivo, es decir, no acalorarse ni "entrar al trapo" en las conversaciones alteradas. Permanecer sereno. No aceptes entrar en el juego de las conversaciones negativas o malintencionadas. No contraargumentes ni lleves la contraria. Las conversaciones malintencionadas no buscan llegar a acuerdos mutuos, sino que pretenden manipular y desestabilizar. Si te critican abiertamente, puedes usar dos tácticas, según lo requiera la situación: 

— Pedir al otro que critique concretamente tus actuaciones, no a ti mismo. 

— Admitir la crítica de manera serena y despreocupada. Es decir, admitir tan sólo que dicha crítica "puede ser" cierta, lo que implica asimismo que "puede no ser" cierta. Con lo cual no cedemos y mantenemos la calma. No te tomes las negativas, los reproches o las críticas de manera personal. Evitarás resentimientos inútiles. 

b) Ante un interlocutor agresivo o enfadado

 Condúcele discreta pero firmemente a que se centre en "los hechos", en lo que realmente ha sucedido, no en las personas. Propón buscar soluciones en torno a los hechos, no en las personas. Los hechos pueden cambiarse, las personas son más difíciles de cambiar, y nosotros no somos quién para cambiar a nadie. Salva siempre la dignidad del otro, evitarás su resentimiento y su venganza. 

SECUENCIA PARA APLICAR LA CONDUCTA ASERTIVA

 La Asertividad se suele aplicar generalmente en tres pasos bien diferenciados: 

— Centrarse en exponer los hechos y los datos. En esta fase no exponer sentimientos, opiniones o razonamientos de ningún tipo.

 — Exponer claramente lo que tú deseas. Aclara todas tus razones, tus motivos personales y tus sentimientos. 

— Dí claramente y sin rodeos lo que esperas que haga el otro. La forma de interaccionar con los demás puede convertirse en una fuente considerable de estrés en la vida. El entrenamiento asertivo permite reducir ese estrés, enseñando a defender los legítimos derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido. En definitiva, cuando se es una persona asertiva hay una mayor relajación en las relaciones interpersonales. 

En la práctica el entrenamiento en asertividad supone el desarrollo de la capacidad para: 

— Expresar sentimientos o deseos positivos y negativos de una forma eficaz sin negar o desconsiderar los de los demás y sin crear o sentir vergüenza.

 — Discriminar entre la aserción, agresión y pasividad. 

— Discriminar las ocasiones en las que la expresión personal es importante y adecuada.

 — Defenderse sin agresión o pasividad frente a la conducta poco cooperadora o razonable de los demás.

 La conducta asertiva no tiene siempre como resultado la ausencia de conflicto entre las dos partes. La probabilidad de que la persona no asertiva satisfaga sus necesidades o de que sean entendidas sus opiniones se encuentra sustancialmente reducida debido a la falta de comunicación o a la comunicación indirecta o incompleta. La persona que actúa así se puede sentir a menudo incomprendida, no tomada en cuenta y manipulada. Además, puede sentirse molesta respecto al resultado de la situación o volverse hostil o irritable hacia las otras personas. Después de varias situaciones en las que un individuo ha sido no asertivo, es probable que termine por estallar. Hay un límite respecto a la cantidad de frustración que un individuo puede almacenar dentro de sí mismo. El que recibe la conducta no asertiva puede experimentar también una variedad de consecuencias desfavorables. Tener que inferir constantemente lo que está realmente diciendo la otra persona o tener que leer los pensamientos de la otra persona es una tarea difícil y abrumadora que puede dar lugar a sentimientos de frustración, molestia o incluso ira hacia la persona que se está comportando de forma no asertiva. La conducta agresiva en una situación puede expresarse de manera directa o indirecta. La agresión verbal directa incluye ofensas verbales, insultos, amenazas y comentarios hostiles o humillantes. El componente no verbal puede incluir gestos hostiles o amenazantes, como esgrimir el puño o las miradas intensas e incluso los ataques físicos. La agresión verbal indirecta incluye comentarios sarcásticos y rencorosos y murmuraciones maliciosas. Las conductas no verbales agresivas incluyen gestos físicos realizados mientras la atención de la otra persona se dirige hacia otro lugar o actos físicos dirigidos hacia otras personas u objetos. Las víctimas de las personas agresivas acaban, más tarde o más temprano, por sentir resentimiento y por evitarlas. El objetivo habitual de la agresión es la dominación de las otras personas. La victoria se asegura por medio de la humillación y la degradación. Se trata en último término de que los demás se hagan más débiles y menos capaces de expresar y defender sus derechos y necesidades. La conducta agresiva puede traer como resultado a corto plazo consecuencias favorables, como una expresión emocional satisfactoria, un sentimiento de poder y la consecución de los objetivos deseados. No obstante, pueden surgir sentimientos de culpa, una enérgica contraagresión directa en forma de un ataque verbal o físico por parte de los demás o una contraagresión indirecta bajo la forma de una réplica sarcástica o de una mirada desafiante. Las consecuencias a largo plazo de este tipo de conductas son siempre negativas. 

A continuación veremos algunos ejemplos de conductas agresivas, pasivas o asertivas ante una situación

. a) Situación 1

 Su amigo acaba de llegar a cenar, justo una hora tarde. No le ha llamado para avisarle que se retrasaría. Usted se siente irritado por la tardanza. Le dice: 

— Entra, la cena está en la mesa. 

Conducta Pasiva. — He estado esperando durante una hora. Me hubiera gustado que me hubieras avisado que llegabas tarde.

Conducta Asertiva— Me has puesto muy nervioso llegando tarde. Es la última vez que te invito. Conducta Agresiva. 

b) Situación 2

 Un compañero de trabajo le da constantemente su trabajo para que Vd. Lo haga. Usted decide terminar con esta situación. Su compañero acaba de pedirle que haga algo de su trabajo. Usted le contesta: 

— Estoy bastante ocupado. Pero si no consigues hacerlo, te puedo ayudar. Conducta Pasiva.

 — Olvídalo. Casi no queda tiempo para hacerlo. Me tratas como a un esclavo. Eres un desconsiderado. Conducta Agresiva.

 — No, Pepe/ Ana. No voy a hacer nada más de tu trabajo. Estoy cansado de hacer, además de mi trabajo, el tuyo. Conducta Asertiva.

 c) Situación 3

 Una persona (o familia) desconocida se acaba de mudar al piso de al lado. Quieres conocerles.

 — Sonríes al tiempo que tu vecino se acerca, pero no dices nada. 

Conducta Pasiva. 

— Usted se acerca a la puerta de ellos y dice: ¡Hola! Soy Antonio/ Luisa. Vivo en el piso de al lado. Bienvenidos a la casa. Me alegro de conocerles. 

Conducta Asertiva. 

— Usted mira a los vecinos por la ventana. 

Conducta Agresiva. 

— Tener un buen concepto de sí mismo. 

Mucha gente no es asertiva porque carece de autoestima. Es importante recordarse a sí mismo que se es tan importante como los demás y tomar en serio las propias necesidades. 

— Planificar los mensajes. Conseguir que todos los hechos y puntos estén aclarados con antelación, confeccionando notas de referencia si la situación lo permite. Esto ahorra tiempo, produce confianza y puede disminuir la intimidación por parte de los demás.

 — Ser educado. Enfadarse provoca confusión en uno mismo y hace que los demás vean al individuo débil, histérico y con una baja credibilidad. Hay que recordar que se deben tomar en consideración los puntos de vista de los demás y comunicarles que se entiende su punto de vista. Negar o ser testarudo no suele funcionar a largo plazo. Es mejor guardar la calma y ser educado, pero firmemente, exponer la opinión propia.

 — Guardar las disculpas para cuando sean necesarias. No se debe pedir excusas, a menos que sea necesario hacerlo. Si se reservan las disculpas para cuando sean apropiadas, no se disminuirá ni su valor ni el propio, y los demás tomarán al individuo en serio para otros asuntos.

 — No arrinconar a los demás. El hecho de hacer esto habitualmente provocará cólera y resentimiento, lo cual siempre dificulta las relaciones. Si uno se quiere asegurar la cooperación de los demás, siempre se les debe proporcionar, cuando sea posible, una salida (con suerte, la salida que uno desea) y se deben esbozar las consecuencias constructivas de tal alternativa para los demás y para uno mismo.

 — Nunca recurrir a las amenazas. Si se responde a cualquier injusticia con fuertes amenazas, la credibilidad y la cooperación que se pretenden desaparecerán. Una afirmación tranquila de los pasos que se está dispuesto a seguir es mucho más eficaz. También si se afirma que se seguirán una serie de pasos, hay que asegurarse de hacerlo, para que así las respuestas de uno sean tomadas en serio en el futuro. 

— Aceptar la derrota cuando sea necesario.


 



Por otra parte hay que saber sobre la RESILIENCIA: del Latín resilio. Significa volver atrás, saltar de nuevo, rebotar.

Es utilizada por la Física para referir la capacidad de un material de recobrar su forma Original después de haber estado sometido a altas presiones.

En las ciencias humanas se la utiliza para referirse a la facultad humana que nos permite, a pesar de atravesar situaciones adversas, lograr salir no solamente a salvo sino aún transformados por la experiencia.





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