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martes, 12 de junio de 2012

LA EMPRESA: FUNCIONES, ELEMENTOS Y CLASES


Podernos considerar que la empresa se asemeja en su evolución a los seres vivos: nace, crece y muere o se transforma. Teniendo que cumplir con los mismos requisitos y exigencias de aquéllos dentro de su ecosistema o medio ambiente en el que se desenvuelve. Esta actuación de la empresa se realiza en el seno de un conjunto económico en el que se interrelaciona y comunica con las acciones de otras unidades económicas; el nexo que define esta interdependencia viene configurado por el citado medio ambiente o mundo exterior, es decir, el sistema social o marco institucional donde la entidad adquiere sus medios para realizar actividades que cumplan con sus objetivos. Este ambiente es yuxtaposición de diferentes «estructuras de encuadre»: marco socio-cultural, marco económico y marco político-legal. Sin su conocimiento, el concepto de la empresa como realidad económica quedaría vacío de contenido. La empresa, en opinión unánime de los tratadistas, nace con el mercado y, precisamente por ello se desarrolla de la mano del capitalismo. No ha de resultar extraño, por tanto, que durante bastante tiempo, los estudios económicos sobre la empresa no hayan sido otra cosa que un paso más en el estudio de los mercados, ya que era en ellos donde encontraba su origen y su fuerza motivadora. La preocupación por la empresa en sí, esto es, considerada como principal objeto o motivo de investigación, queda pospuesta hasta épocas más cercanas a nuestros días.

 Los estudios clásicos, conocidos bajo el nombre de «Teoría de la Empresa» (Theory of the Firm), plantean un modelo perfecto y utópico de comportamiento económico, en el que la empresa es un mecanismo más del mismo, sin entrar en una explicación profunda y lógica de la estructura y de la conducta de la misma, de por sí mucho más compleja de lo que previó la citada teoría, y máxime en el momento actual. La empresa, al ser una realidad socio-económica, es estudiada por varias ramas del conocimiento (Economía, Derecho, Sociología...) pudiendo diferenciar su conceptuación según el marco de referencia. El avance producido en el conocimiento de la empresa no ha sido ajeno a los ocasionados en las distintas materias que analizan dicha realidad ni a la influencia mutua entre ellas. De ahí la necesidad, para lograr un proceso eficaz del conocimiento científico, en torno a la empresa, de un enfoque interdisciplinario para su estudio. Este enfoque puede ser efectuado a la luz de la denominada Teoría General de Sistemas. Si aceptamos que un sistema es «un conjunto de elementos ordenados según las normas de cierta estructura y relacionados para el cumplimiento de ciertos objetivos, en base a determinadas funciones características y cuyo logro se puede conocer a través del análisis de la sucesión de estados en que se puede estudiar el sistema», resulta relativamente fácil concebir la empresa como un sistema. Efectivamente, la empresa está compuesta por «conjuntos de elementos o factores humanos, técnicos y financieros, localizados en una o varias unidades físico-espaciales o centros de gestión y combinados y ordenados según determinados tipos de estructura organizativa. Dicha combinación Se efectúa en base a ciertos planes a corto, medio y largo plazo, con el ánimo de alcanzar determinados objetivos que vendrán a definir la conducta empresarial. Para llevar a cabo dicho plan será necesario desarrollar funciones específicas y concretas de carácter financiero, comercial, productivo, etc. que generan determinadas situaciones o estados según el comportamiento del sistema». En Economía se estudia el problema de la asignación de recursos. En el párrafo anterior subyace claramente el problema de la asignación a que se enfrenta la empresa. Es decir, la empresa bajo una perspectiva económica combina distintos factores, en unas cantidades determinadas, para la producción de bienes y servicios con el ánimo (le alcanzar unos objetivos definidos. En este orden de ideas, a la empresa se la viene calificando como la unidad económica de producción básica. Así, los sistemas de economía occidental o capitalista y los modelos menos centralizados de las economías socialistas apoyan fundamentalmente su actividad económica en la figura de la empresa, siendo ésta la fuerza directiva, el motor que los anima, quien elabora gran parte de las líneas maestras de los fenómenos de producción y distribución.

 1) Funciones de la empresa

 En párrafos anteriores apuntamos la idea, generalmente aceptada, de que el estudio de la empresa es una consecuencia del estudio del mercado, siendo éste institución principal del sistema capitalista. Ello motiva que a esta forma de organización económica o modo de producción se le denomine, en ocasiones, economía de mercado. Existe una dicotomía popular entre mercado o plan, propiedad privada o propiedad colectiva, que ve a ambos como alternativos y excluyentes, lo cual es erróneo, pues toda economía es dualista, es decir, coexisten dos sectores: el privado y el público. Ni el mercado, ni el sector privado pueden abastecer por sí solos el consumo de toda la sociedad. Ello hace que en la realidad no aparezcan formas puras de capitalismo y de comunismo, como sistemas basados, respectivamente en el mercado y en el plan. La economía de mercado se define por la notable importancia que el sector capitalista tiene en toda economía dualista de tipo occidental. Igual reflexión cabe hacer con el concepto de propiedad privada como único fundamento para definir el sistema de empresa libre o privada. De lo anterior se deduce que en una economía capitalista pueden coexistir mercado y plan, en el sentido de determinado intervencionismo del Estado a través del sector público; como empresa privada y empresa pública, versiones de distintas formas de propiedad y de organización de la producción en una economía de mercado. De todas maneras, siguiendo en estas ideas a Heimann se pueden definir como instituciones del sistema capitalista o de la economía de mercado, las siguientes: 

— Propiedad privada y organización económica de la misma a través de la sociedad anónima, como forma jurídica fundamental de la empresa capitalista. 

— El mercado como mecanismo de canalización de las decisiones y (le actuación de las unidades de producción (empresas) -representantes de la propiedad privada- junto a las unidades de consumo. 

— Competencia y monopolio. Conceptos que representan el origen filosófico o el punto de partida del sistema de economía de mercado, así como la consecuencia real o el punto de término de la evolución capitalista, dado el proceso de acumulación y de concentración económica.

 — Beneficio privado o medida contable de la plusvalía o del excedente logrado por el sistema capitalista, el cual origina el proceso de acumulación. 

El problema de la producción en una economía de mercado, de qué mercancías y cuánto de cada una, y cómo producirlas, se decide en base al cálculo de los ingresos esperados y de los costes necesarios que realiza la empresa, así como el problema de la distribución, de para quién y qué producimos, se decide por el mecanismo de mercado, en donde acceden las unidades de consumo o demandantes y las unidades de producción o empresas (oferentes). Para aclarar lo anteriormente dicho vamos a considerar las funciones que realiza dentro del sistema capitalista, partiendo de la hipótesis tradicional de que el fin de la empresa es la búsqueda del máximo beneficio posible bajo ciertas condiciones. Funciones que permitirán llegar a dicho fin mediante la actividad que las mismas desarrollan. La actuación de la empresa se realiza dentro de un conjunto económico en el que se interrelaciona con las acciones de otras unidades de igual carácter; el nexo que define esta interdependencia viene determinado por el mundo exterior, es decir, la presencia del marco institucional o medio ambiente donde la empresa adquiere sus diversos medios de acción para conseguir sus fines. De ese mundo exterior requiere un conjunto de recursos o inputs, aptos para sus planes económicos y que darán lugar a unos productos u outputs, que para ciertas unidades económicas serán, respectivamente, los inputs mientras que para otras serán bienes o servicios de consumo inmediato. 

Por todo lo apuntado, se viene considerando que la empresa en el sistema de economía de mercado cumple con tres funciones generales, a saber: 

— Anticipa o descuenta el «producto nacional» obtenido en cierto período, creando las rentas monetarias individuales. 

— Organiza y dirige básicamente el proceso de producción, si bien, y cada vez en mayor medida, se le marcan o regulan ciertos aspectos y líneas de actuación de su actividad por los organismos estatales de planificación y dirección económica.

 — Asume ciertos riesgos técnico-económicos, inherentes a las dos anteriores funciones, riesgos que se matizan por los principios de responsabilidad y control de la empresa. Si bien pueden aceptarse las dos primeras funciones, propias de una economía de mercado, lo que no quita que puedan también producirse con una planificación central a nivel estatal y regional, la tercera es la más discutible, ya que el citado riesgo se ve atenuado, entre otras, por las causas siguientes: 

— El progreso de las técnicas de gestión, permitiendo mejorar la planificación, programación, presupuestación y control. 

— La posición de privilegio en el mercado nacional o internacional de la empresa. 

— La dispersión del riesgo a través de aplicar los fondos financieros a explotaciones diversificadas. 

— La constitución (le empresas plurinacionales o multinacionales, así como acuerdos y conciertos de actuación con las mismas. — La colaboración con el Estado a través del apoyo y proteccionismo económico- financiero. 

2) Los elementos de la empresa

 De lo anteriormente expuesto, puede fácilmente deducirse que la problemática de la empresa es compleja y supera lo estrictamente económico. La parcela de estudio que corresponde a la ciencia económica de la empresa se centrará en el análisis de la realidad económico-social que representa la misma, partiendo de la investigación que la define como unidad autónoma de producción y como conjunto ordenado de factores. Este planteamiento se inspira en la clásica formulación del concepto de empresa como célula o unidad de producción dentro del sistema económico. En definitiva, la empresa, para cumplir sus objetivos y desarrollar el conjunto de sus actividades, ha de disponer de unos medios o factores, elementos que, en principio, podemos considerar bajo dos grandes grupos: las personas o factores activos y los bienes económicos o factores pasivos. Los segundos, al decir de Blondé, son denominados restrictivos, por ser factores en sí mismos limitados; por tanto, son condición para otros factores. Mientras que los primeros escapan a este razonamiento, forman la dinámica de la empresa, que actuará sobre aquéllos para intentar alargar sus límites y mejorar sus resultados. Acción que habrá de desarrollar en un marco específico, unas estructuras peculiares que les den sentido y operatividad técnico-económica. Para ello, se precisa de una organización, de unos elementos psicofísicos preestablecidos e impuestos por quien posee la facultad de dirigir: el empresario. 

Bajo una óptica general, la clasificación de los elementos constituyentes de la estructura de la empresa sería la siguiente: 

— El grupo humano o las personas. 

— Los bienes económicos. 

— La organización. Dentro del grupo humano podemos señalar la existencia de grupos diferenciados por sus intereses y relaciones con los grupos restantes, estos son: 

— Los propietarios del capital o socios. 

— Los administradores o directivos. 

— Los trabajadores o empleados. 

Evidentemente, entre los dos primeros grupos, y básicamente en el segundo, surge la figura del empresario tal y como hoy se le concibe, cuestión que será abordada en la unidad posterior. Los bienes económicos se suelen clasificar en inversiones o duraderos y en corrientes o no duraderos, según su vinculación al ciclo productivo de la explotación, ya que si los mismos no se consumen o transforman en el mismo estaremos ante el primer caso. La organización aparece como el conjunto de relaciones, de coordinación y de comunicación que forman la actividad del grupo humano entre sí y con el exterior. Esta estructura organizativa es definida por el empresario, por lo que a veces se asume por dicho grupo humano a la hora de clasificar los elementos de la empresa. 

3) Clases de empresas

 De forma resumida podemos hacer una rápida y sencilla clasificación de la empresa atendiendo a:

 a) Los fines que persigue 

— CIVILES: Cuando no existe ánimo de lucro, aunque sí un deseo de recompensa de otra naturaleza (psicológica, moral, etc.). 

— MERCANTILES: Cuando hay ánimo de lucro. 

b) La personalidad del empresario 

— INDIVIDUAL: Cuando el sujeto de la misma es un ente individual o persona. 

— COLECTIVA: Cuando el sujeto de la misma es un ente colectivo en el caso de las sociedades. 

c) Su tamaño 

— PEQUEÑAS 

— MEDIANAS 

— GRANDES 

La distinción entre ellas obedece a criterios bien dispares: cifra de negocios, número de empleados, etc. Convencionalmente, podemos considerar la pequeña hasta 50 empleados, las medianas de 50 a SOU, y las grandes las restantes. 

d) La naturaleza de sus actividades

 — INDUSTRIALES: Cuando implican extracción, producción, manufactura, transformación, tales como minería, siderurgia

 — DE SERVICIOS: Cuando su finalidad no es productiva, sino de prestación de servicios comerciales, transporte, gestión financiera, asesoramiento, etc. 

e) La forma jurídica que adopta 

— INDIVIDUAL: La titularidad es unipersonal. 

— COLECTIVA: La titularidad es colectiva. 

— COMANDITARIA 

— ANÓNIMA con diversos matices, de acuerdo con los principios de la legislación mercantil

 — RESPONSABILIDAD LIMITADA 

— LABORAL 

— COOPERATIVA 

f) La forma de propiedad 

— PÚBLICA: Cuando la propiedad y la gestión de los medios de producción corresponde a un ente público (Estado, Corporaciones Públicas, etc.). 

— PRIVADA: Cuando corresponde a particulares, ya sean personas físicas o jurídicas. 

— MIXTA. 

g) Grado de integración 

— VERTICAL: Cuando se agrupan varias empresas que, separadamente, realizaban etapas de un mismo proceso productivo. Por ejemplo, el constructor de buques que se integra con un fabricante de los elementos motrices de los mismos (turbinas, hélices, etc.) con ánimo de obtener economías en la operación.

 — HORIZONTAL: Cuando se agrupan varias empresas que, separadamente, realizaban todo o parte de diferentes procesos productivos. El interés de la unión obedece a razones de tipo estratégico, de poder, de distribución de riesgo, etc., para diversificar su inversión. En general, estas entidades reciben en nuestro medio el nombre genérico de grupos, y en el exterior, los de cartel, trust, holding, etc. Enlazando con lo últimamente expuesto, no debemos terminar la clasificación de las empresas sin una alusión a las denominadas «multinacionales», «transnacionales» y «conglomerados» de amplia y divulgada existencia en el mundo moderno. 

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