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viernes, 1 de junio de 2012

LOS VINOS


Aunque es un tema muy amplio, hay que comprender que "saber de vinos" y "degustar" un vino es todo un arte. Incluso para muchas personas, además de un arte, es una pasión. 20 Cualquier persona encargada de representar a una empresa debería procurar entender un mínimo sobre el vino, ya que en alguna ocasión puede ser quien tenga que elegir los vinos de una comida. El vino es un elemento fundamental en cualquier tipo de comida. "Elegir el vino adecuado para la misma, es garantía de éxito". Es importante conocer el tipo de platos que se servirán durante la comida para elegir los "caldos" más adecuados. También hay que contar con las combinaciones que se pueden dar con otros tipos de bebida. Es habitual, que el vino "conviva" con otro tipo de bebidas en la mesa (como el champán o cava, por ejemplo). No solo se garantiza el éxito eligiendo de forma correcta el vino sino cuidando el resto de los detalles como servirlos a una temperatura adecuada, tipos de copas, en qué orden, hasta dónde llenar la copa, etc.

 TIPOS DE VINO

 Los vinos pueden ser clasificados por diversas características. Vamos a ver las principales clasificaciones: 

a) Por su contenido en azúcar g./lt.: graduación por litro

 b) Por su color 

— Tintos 

— Rosados Desde g./lt. Hasta g./lt. Vino 0 5 Secos 5 15 Abocados 15 30 Semi-secos 30 50 Semi-dulces 50 Adelante Dulces

 c) Por su edad

 — Sin crianza. Vinos del año. También denominados "jóvenes".

 — Crianza. 1 año al menos en barrica de roble.

 — Reserva. 1 año al menos en barrica de roble y 2 años más en botella. 

— Gran reserva. Más de 2 años en barrica de roble y 3 más en botella.

 Debemos tener en cuenta que el vino por tener más años no es mejor. Al ser un producto "vivo" tiene un punto óptimo, a partir del cual puede comenzar a estropearse. La edad del vino se mide por la añada (año de cosecha del mismo). Todas las añadas son distintas y pueden ser muy diferentes en función de múltiples factores, siendo de gran importancia el clima durante ese año. Los vinos blancos suelen tener una vida más corta que los vinos tintos. Los vinos blancos suelen durar, más o menos, los 2 ó 3 años; mientras que un buen tinto puede llegar a durar varias décadas. Aunque siempre hay excepciones que confirman la regla. 

d) Por su graduación

 Un buen tinto no debería tener más de 13 - 14 grados; los blancos 10 a 11 grados. Pero puede haber distintos tipos de graduaciones en función del tipo y origen del vino A la hora de catar un vino suelen emplearse diferentes términos.

 La tarjeta de cata, también conocida como tarjeta de degustación, juega con los siguientes conceptos: 

— Fruta. Si el vino es poco afrutado o muy afrutado.

 — Sequedad o dulzor. Grado de azúcar del vino, desde seco (poco azúcar) a dulce (con mucho azúcar). 

— Cuerpo. De ligero a mucho cuerpo.

 — Taninos. Nivel de taninos: desde nada tánico a muy tánico. Los taninos son componentes de acidez e intensidad del sabor del vino. 

— Madera. Desde nada a que tenga mucha madera.

 — Complejidad. Valoración de elementos diversos del vino. 

— Potencial de guarda. Puede ser para tomar ya o puede darse un tiempo de guarda (por ejemplo una década). La conservación óptima de los vinos es permanecer tumbados, evitando la luz directa y una temperatura baja y constante (por ello son lugares ideales bodegas y sótanos). También, en la medida de lo posible, habrá que evitar moverlo. 

Una vez determinado el menú y los platos a servir, se procede a la selección de los vinos y en qué orden se van a servir. Es recomendable, si no se entiende de vinos, acudir a un establecimiento especializado que aconseje sobre los más adecuados para la ocasión. En la actualidad, se "lleva" mucho servir un único vino para toda la comida. (habrá que elegir un vino joven, por regla general). Dependiendo del tipo de vino elegido, habrá que saber a qué temperatura debería servirse. 

— Blancos secos. Entre 7 y 9 grados. 

— Blancos con cuerpo. Entre 9 y 11 grados. 

— Tintos ligeros. Entre 11 y 14 grados. 

— Rosados. Entre 8 y 10 grados. 

— Tintos con cuerpo. Entre 14 y 16 grados. 

Dependiendo del plato a servir, unas pequeñas pautas a seguir serían: 

— Blancos ligeros. Pescados blancos. 

— Blancos con cuerpo. Pescados azules, mariscos y salsas. 

— Tintos ligeros. Carnes rojas. 

— Rosados. Carnes blancas. 

— Tintos con cuerpo. Carnes rojas y caza. 

RECOMENDACIONES SEGÚN EL TIPO DE COMIDA

 a) Entremeses 

Si son de embutidos y quesos, se puede utilizar un rosado seco. Si hay pescado (o fritos tipo calamares, gambas ...) un blanco seco.

 b) Primero caldoso 

Si hay un primer plato como sopa o consomé, lo mejor es servir un blanco seco. 

c) Primer plato 

Arroces, un blanco seco (también con arroces con pescado). Si el arroz lleva carne, podemos servir un tinto joven. Las pastas admiten un rosado joven. Las legumbres admiten un tinto joven.

 d) Pescados 

Los pescados blancos (más suaves) admiten servir blancos ligeros o rosados jóvenes. Los pescados azules (más fuertes) y los mariscos admiten blancos de más cuerpo e incluso blancos de aguja. También es admisible un rosado joven y fresco. Sobre todo si el pescado es fuerte y acompañado de guarnición como el "Salmón Papillón", por ejemplo. 

e) Carnes

 Las carnes suaves o blancas, van acompañadas de un rosado o tinto joven (crianza). Las carnes rojas o de caza un tinto añejo (reserva) y con cuerpo (gran reserva). Las carnes guisadas y a la brasa pueden servirse con un tinto crianza con cuerpo. Pueden darse ciertas variantes más en función del tipo de carne y en función de la preparación de la misma. No es lo mismo tomarse una carne a la plancha que una carne al Roquefort con guarnición. 

f) Huevos 

Fritos, al plato o con platos fuertes (escalfados en un bacalao al pil-pil, por ejemplo): tintos de crianza. Revueltos, cocidos y preparados "suaves": rosados o tintos crianza y jóvenes. 

g) Quesos 

Tiernos y cremosos: rosado o tinto joven (crianza) y ligeramente afrutado. Quesos curados, semicurados y fermentado: tinto reserva, con cuerpo.

 h) Postres

 En función del tipo de postre si es dulce, se puede utilizar un vino generoso. Si es salado o frío (como un sorbete o un helado) un blanco frío y seco o semiseco. Aunque la costumbre es servir el postre acompañado de cava o champán (bebida que puede ser tomada a lo largo de toda la comida perfectamente, aunque no tengamos esa costumbre). Independientemente del vino que elija para cada plato, hay que recordar una regla fundamental: No se deben servir vinos con más cuerpo y sabor antes que otros más jóvenes y menos intensos. Por ello, como se comentó anteriormente, es importante saber elegir el vino adecuado, pero también en qué orden se van a servir.



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