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lunes, 23 de julio de 2012

LOS ESLABONES DE LA CADENA DE SOCORRO


Entre la víctima y la atención médica especializada pueden intervenir una serie de personas (eslabones) que deben ser informadas, formadas y entrenadas para asegurar la rapidez y eficacia de la actuación frente a emergencias. Entre ellas se encuentran: los testigos, el telefonista de la empresa, el socorrista, etc.

LOS TESTIGOS: Existen tres tipos de posibles testigos de un accidente laboral:

— Testigo ordinario: sin preparación ni formación e influenciable por la emoción y el pánico. No sabe qué mensaje ha de transmitir y puede olvidar incluso señalar el lugar del accidente.

ACTUACIÓN ANTE UNA EMERGENCIA ACTIVACIÓN DEL SISTEMA 

1º PROTEGER

2º AVISAR

 3º SOCORRER


RECONOCIMIENTO DE SIGNOS VITALES 

A) CONCIENCIA

B) RESPIRACIÓN

 C) PULSO

— Testigo privilegiado: con una formación adecuada, es capaz de hacer una valoración global de la situación, sabe avisar de forma eficaz y se mantiene tranquilo.

— Testigo profesional: ha sido formado y entrenado específicamente para vigilar, detectar, alertar e intervenir (delegados de prevención, personal de seguridad, vigilantes de proceso...)

 Ni que decir tiene que la mayoría de los testigos en la empresa son del tipo ordinario, con lo que la transmisión de la alerta no estará ni mucho menos asegurada redundando en retrasos innecesarios, asistencia inadecuada y, en último extremo, pérdidas humanas. Aquí surge la primera pregunta: ¿A quién hemos de formar? Sería conveniente que todos y cada uno de los trabajadores estuviera informado (carteles informativos, charlas informales, folletos explicativos...) sobre lo que en primeros auxilios se conoce como P.A.S. EL/LA 


TELEFONISTA DE LA EMPRESA: En algunas empresas un paso obligado para contactar con los servicios externos es el/la telefonista. Siempre que exista este eslabón se le deberá incluir en el grupo de testigos privilegiados. De él/ella depende la transmisión rápida, correcta y eficaz de la solicitud de ayuda.

EL/LA SOCORRISTA: No es posible concretar cuántos socorristas se requieren por número de trabajadores. El “número suficiente” dependerá de otros muchos factores. A modo de guía, a la hora de decidir cuántos socorristas formar, deberemos tener en cuenta:

— El número de trabajadores.

— La estructura de la empresa (superficie, naves, plantas...).

 — La distribución de los trabajadores en la empresa.

— El tipo de trabajo: el/los riesgo/s existente/s; situaciones de aislamiento; trabajos fuera de la empresa... — Los turnos de trabajo.

— La distancia (en tiempo real) de los servicios médicos externos.

— Las posibles ausencias por enfermedad, vacaciones... En todo caso se debería disponer en cualquier momento, en la empresa, de una persona encargada de la actuación en situaciones de emergencia. Una cifra orientativa para situaciones de riesgo bajo (ej. oficinas) sería de un socorrista por cada 50 trabajadores por turno. Este número debería considerarse como mínimo en el resto de situaciones. A veces, es conveniente disponer de dos socorristas por grupo de trabajo (ej. trabajo con máquinas o herramientas peligrosas).



LOS OTROS ESLABONES: El/la testigo, el/la telefonista, el/la socorrista: todos ellos son eslabones pertenecientes a la empresa. El personal de la ambulancia, el equipo médico de urgencias, el personal del hospital son eslabones exteriores. Esta diferencia de ubicación no ha de suponer una traba para una actuación eficaz. Cada uno de ellos ha de saber quién va después y quién le precede, procurando que la información se transmita de forma clara y concisa; facilitando así las actuaciones posteriores.





Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas




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