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martes, 24 de julio de 2012

METODOLOGÍA PARA SU APLICACIÓN EN ERGONOMÍA


Lo que diferencia a la Ergonomía de otras Ciencias o Técnicas, como la Seguridad o la Higiene del Trabajo, no es tanto el lugar que ocupa en la prevención de los riesgos laborales, sino la metodología para su aplicación. En Ergonomía, ya sea para diseñar o concebir un nuevo sistema, o para evaluar uno ya existente, es imprescindible analizar previamente, y de manera ordenada y sistemática, una serie de aspectos. De forma esquemática, las fases a cubrir son:

—Análisis del trabajo y de las demandas de la tarea;

— Conocimiento de las capacidades físicas y psíquicas del trabajador;

 — Evaluación del entorno y de las condiciones de trabajo con relación a las exigencias de la tarea y a las capacidades del trabajador;

— Valoración o estimación de la carga de trabajo derivada;

 — Realización del diseño definitivo del sistema (o proceso, tarea, máquina, etc.) o, en el caso de sistemas ya existentes, establecimiento de las medidas correctoras a fin de aumentar el nivel de seguridad, bienestar y efectividad.


 1) El análisis de la tarea

 ¿Qué debe hacerse? En todo estudio ergonómico, y antes de emprender ninguna otra acción, es imprescindible analizar detenidamente la tarea qué debe realizarse, con independencia de la persona o personas encargadas de llevarla a cabo. Es decir, en esta fase debemos obviar aspectos como experiencia, edad, formación, etc., los cuáles serán considerados en una fase posterior. Este análisis de la tarea implica observar con detenimiento el trabajo realizado por el trabajador, u operador humano, diferenciar las tareas principales de las secundarias, ver cuáles son las operaciones que las componen, y medir la duración real de estas operaciones. Una vez conocidas las tareas y operaciones es necesario analizar cuáles son las demandas o exigencias, que podrán ser de muy diversa índole y estarán más o menos presentes en función del tipo de trabajo de que se trate.


A) Exigencias ligadas a la entrada de la información

 a) Visuales 

— Reconocimiento de estructuras y modelos, por ejemplo, en el montaje de componentes de acuerdo a un modelo definido previamente, en la verificación del diseño de un tejido textil, en el diseño de un plano, etc.

— Percepción de los colores, por ejemplo, montando componentes en un circuito impreso, conduciendo, pintando, etc.

— Percepción de la forma y del tamaño, comprobar si el objeto es cuadrado, cilíndrico, etc., o cuál es su tamaño. Por ejemplo, seleccionando el tamaño de productos agrícolas, empaquetando, en diseño técnico, etc.

— Reconocimiento de la posición de objetos e instrumentos de trabajo y estimación de la distancia entre ellos. Trabajos con grúas, control por radar, etc.

 — Estimación de la cantidad o número, incluida la estimación del peso. Por ejemplo, la estimación del peso de una viga, o de la cantidad de batería mediante la lectura de un indicador, o la cantidad de tornillos en una caja.

 —Estimación de la velocidad de objetos en movimiento. Por ejemplo, cosiendo, manejando una grúa, conduciendo o controlando un radar.

 b) Auditivas 

— Reconocimiento de patrones de sonido o secuencias de sonido. P. ej., reconocimiento de conversaciones, de señales de aviso o alarma, etc.

— Reconocimiento de diferencias y variaciones del sonido, en tono o intensidad. P. ej. , conduciendo, afilando un piano, etc.

— Reconocimiento de la posición de los sonidos o tonos (audición direccional). P.ej., localización de sonidos críticos en máquinas funcionando, en reparación de averías, etc.


c) Táctiles

— Reconocimiento de la suavidad o dureza de superficies; de las desigualdades o uniformidades

— Reconocimiento de la temperatura de las superficies (calor, frío, humedad, sequedad, etc.)

— Detección de la presión ejercida sobre los objetos, o por los objetos sobre el cuerpo

 — Detección de la vibración de las superficies

d) Olfativas 

— Reconocimiento de olores como información para la realización de la tarea. P.ej. tareas de control del olor, como la cata de vinos, café, tabaco, etc.

e) Gustativas 

— Reconocimiento del sabor como información para la realización de la tarea. P.ej., en preparación de comidas.

 f) Propioceptivas 

— Reconocimiento de sensaciones o estímulos internos: percepción del movimiento del propio cuerpo, de la extensión de las extremidades, del estado de equilibrio, etc. Por ejemplo, en montajes de precisión.


B) Exigencias ligadas a la respuesta o acción demandada por la tarea 

Ante una determinada entrada de información, en general, será preciso dar unas determinadas respuestas. A efectos de simplificar éstas, las hemos subdividido en:

a) Respuesta motriz

— Movimientos de los brazos (denominados gestos en Ergonomía)

— Aplicación de fuerzas

— Desplazamientos de todo el cuerpo (Nótese que aquí no hemos incluido la postura de trabajo, ya que la entendemos como el resultado de la interacción entre tarea, características personales, diseño del puesto e incluso, aspectos organizativos o psicosociales, y no una exigencia del trabajo. Como mucho, podríamos considerar una exigencia del trabajo la posición de trabajo, es decir, si se debe trabajar de pie, sentado, etc.).

b) Respuesta verbal 

Por ejemplo, en puestos de atención al público, de información, etc. Una vez que conocemos las exigencias de la tarea y el tipo de respuestas asociadas a ellas, es muy importante analizar otros dos aspectos: la complejidad de la respuesta y la rapidez de respuesta determinada por la propia tarea, ya que condicionarán en gran medida los factores que deberemos analizar posteriormente, como la carga de trabajo mental, por ejemplo.


c) Complejidad de la respuesta

 Decimos que una tarea exige una respuesta muy sencilla cuando ante una entrada de información muy sencilla sólo existe una única respuesta posible; por ejemplo, luz verde encendida, introducción del papel en la máquina. Una respuesta será muy compleja cuando ante múltiples entradas de información, caben múltiples respuestas con consecuencias muy diversas, de modo que, la persona debe analizar previamente cuál es la respuesta o respuestas más adecuada ante esa situación.

d) Rapidez de la respuesta 

Es clave analizar la rapidez de respuesta exigida por la tarea y diferenciarla de la impuesta por la organización del tiempo de trabajo, ya que, es muy diferente y más fácil actuar sobre organización del tiempo de trabajo que sobre la propia tarea. Por ejemplo, una señal de alarma en un panel de una sala de control, o la respuesta a un cliente o usuario en un puesto de información al público, son casos claros de una rapidez de respuesta exigida por la tarea. Pero, el trabajar a un ritmo determinado, tantas piezas por minuto, sería algo impuesto por la organización. Es obvio, la dificultad que entraña el disminuir la rapidez de la respuesta en los dos primeros ejemplos.

2) El análisis de las capacidades y características personales

 ¿Quién o quiénes deben realizar la tarea? Una vez analizadas las exigencias, es necesario conocer las características y capacidades que, con relación a una determinada tarea, tienen las personas encargadas de ejecutarla: edad, sexo, formación, conocimientos y experiencia, capacidades físicas y mentales, dimensiones corporales, estado de salud, etc. Con ello no se pretende seleccionar al personal más idóneo para una tarea, sino a la inversa, buscamos adaptar el trabajo a la persona que lo va a realizar, lo que no olvidemos es el objetivo de la Ergonomía.

3) El análisis de las condiciones del trabajo.

¿Dónde y cómo debe realizarse la tarea?

Toda tarea deberá efectuarse en un espacio y lugar determinados, en donde existirán unas determinadas condiciones ambientales, unas máquinas y equipos, se emplearán unas determinadas herramientas, se dispondrá de un determinado mobiliario, se utilizarán unas ciertas señales, mandos, controles, etc. Todos los anteriores aspectos, que deben ser analizados en un estudio ergonómico, pueden ser agrupados en tres categorías:

Las condiciones ambientales: 


— Las condiciones termohigrométricas del puesto: temperatura, humedad relativa, velocidad del aire

— Las condiciones de iluminación, específicas para la tarea

— El ruido en relación con la concentración y a la comunicación

— Las vibraciones, y su posible sinergismo con factores de carga física


El diseño del puesto: 

— Espacio, superficies y alturas de trabajo

 — Máquinas, equipos, herramientas

— Mobiliario

— Abastecimiento y evacuación de las piezas (o documentos, o cualquier objeto de trabajo)

— Mandos, señales, controles, etc. La organización del trabajo y los aspectos psicosociales:

 — Jornada, horarios, pausas

— Ritmo de trabajo, frecuencia de las operaciones

— Proceso de trabajo

— División del trabajo entre los puestos, y entre la persona y la máquina

— Relaciones de trabajo, formales e informales

 — Canales de comunicación establecidos en la empresa

— Formación e información para una realización de un trabajo eficiente y seguro, etc.

4) Evaluación de la carga de trabajo


 ¿Qué coste supone la tarea a quién la realiza? Como hemos visto, toda tarea conlleva unas determinadas exigencias que son las mismas para cualquier persona que vaya a realizarla. De esas exigencias va a derivarse siempre un coste para la persona, una carga de trabajo, que será diferente de una persona a otra, aunque las exigencias sean las mismas. Esto quiere decir que la evaluación de la carga de trabajo deberá hacerse individuo a individuo, lo que generalmente es complicado y costoso. Por ello, en muchos estudios la carga es estimada a partir de los datos relativos a las exigencias de la tarea y a las condiciones de realización del trabajo. Atendiendo a las exigencias de la tarea, podemos clasificar la carga de trabajo en distintos tipos: física, mental, auditiva, visual, etc. Si la carga es muy pequeña para quien la realiza, hablaremos de subcarga de trabajo, y si es muy elevada diremos que le supone una sobrecarga de trabajo.


 5) Elaboración del diseño definitivo o establecimiento de las medidas correctoras 

Una vez cubiertas las fases anteriores, se podrá elaborar el diseño definitivo de la tarea, o de modo más genérico, del sistema de trabajo; siendo éste el fin que se pretende en todo estudio ergonómico, y no el de la evaluación de los distintos factores presentes. Esta fase es la más compleja de todas, pues es necesario integrar los múltiples factores analizados en las fases anteriores. En la mayoría de las ocasiones, nos encontramos con un sistema ya existente, lo que supone un serio inconveniente a la hora de aplicar los principios y criterios ergonómicos. En estos casos, además de completar las fases comentadas anteriormente, es necesario recoger información de los daños, molestias y quejas sentidos por los operadores o usuarios, a fin de poder analizar de manera idónea los problemas existentes y plantear las oportunas medidas correctoras.

6) Métodos empleados en un estudio ergonómico 

Como hemos visto, son múltiples los factores y variables que deben ser analizadas en cualquier estudio ergonómico. Por tal motivo, no es posible la utilización de un único método, sino que será necesario emplear más de uno, aún en los casos de estudios con objetivos muy sencillos. Entre los métodos o técnicas más empleados citaremos los cuestionarios, las técnicas de registro en vídeo para el análisis de la tarea y de los movimientos, las técnicas higiénicas para la medición de los parámetros ambientales, los métodos de observación de las posturas de trabajo y las listas de comprobación (o check-list) para la evaluación del diseño de los puestos, etc.












Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas

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