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lunes, 23 de julio de 2012

LA EXPOSICIÓN LABORAL A AGENTES QUÍMICOS



El medio ambiente laboral: Se conoce desde hace siglos que la exposición excesiva y prolongada a las sustancias peligrosas en el medio ambiente laboral, conduce a enfermedades que pueden incapacitar el trabajo e incluso producir la muerte. Muchos factores, incluyendo la ausencia del conocimiento necesario, impiden el control eficaz de las enfermedades profesionales durante la vida laboral. Sin embargo, a medida que la tecnología industrial ha ido avanzando también se ha ido prestando atención al reconocimiento, evaluación y control del estrés perjudicial en el ambiente laboral. Esta actuación ha dado lugar a una disminución sustancial de muchas de las enfermedades profesionales que un tiempo atrás estaban en alza, como por ejemplo, por citar una, la sílico-tuberculosis, que hasta hace unas décadas tenía una prevalencia muy elevada sobre todo en los mineros y en los trabajadores de la fundición de hierroGracias a las investigaciones realizadas sobre los efectos peligrosos en la exposición a la sílice libre, los procedimientos de control y evaluación de las exposiciones y el avance médico en la prevención y tratamiento de la tuberculosis, esta enfermedad puede calificarse de “rara” actualmente en la industria.


La tecnología en el control de la Higiene Industrial para proteger la salud de los trabajadores se ha desarrollado a ritmo acelerado desde la mitad del siglo pasado. Los progresos alcanzados en la última década pueden considerarse extraordinarios. Sin embargo, la información detallada sobre el contenido y naturaleza de los programas en concreto a aplicar en la industria no se suele encontrar publicada en la bibliografía a excepción de algunos informes elaborados por los gobiernos. Una mayor accesibilidad de esta información cubriría las necesidades de los estudiosos y profesionales en este campo a la vez que proporcionaría un medio para mejorar los programas de cada empresa en particular a través de los conocimientos y técnicas utilizadas en cada una de ellas. Hay que tener en cuenta, por otra parte, que la tecnología industrial está constantemente cambiando. Es decir, cambia la naturaleza de los materiales empleados en los procesos así como la de los productos fabricados. Incluso se producen variaciones en las operaciones y se utilizan tecnologías diferentes de una planta a otra aún estando implicadas en el mismo proceso de fabricación y elaborando el mismo producto. Por lo tanto, es necesario en algunas ocasiones generalizar el estudio del problema para evitar la pérdida de la información necesaria. No obstante, y volviendo al período mencionado anteriormente de la segunda mitad del siglo pasado hasta nuestros días, se han realizado avances muy importantes en el control del estrés en la salud de los trabajadores en el medio ambiente laboral, dando lugar al nacimiento y creación de la ciencia de la Higiene Industrial. Las asociaciones de higienistas industriales la definen como: la ciencia y el arte de reconocer, evaluar y controlar los factores ambientales y el estrés que provocan en el ambiente laboral que pueden causar enfermedad, daño para la salud o un disconfort e ineficacia importante entre los trabajadores. Puede definirse también como una técnica no médica de prevención de las enfermedades profesionales, que actúa sobre el ambiente y las condiciones de trabajo. Como se desprende de esta definición, el concepto de Higiene Industrial va más allá de la prevención de riesgos profesionales, teniendo como objetivo final la salud del trabajador. Es más, la extensión de su actuación al sector Servicios y a la Agricultura ha dado lugar a que algunos autores consideren más apropiada la expresión de Higiene Laboral.


La Higiene Industrial abarca, en líneas generales, los siguientes aspectos:

 — Identificación de los factores ambientales unidos al trabajo, así como el estudio de sus efectos sobre el hombre.

— Evaluación de la magnitud de estos factores.

— Recomendación de métodos para controlar o reducir los efectos nocivos.

En esta rama, como en la Prevención en general, se hace patente la necesidad de no limitarse a buscar solución a los problemas del momento, sino pensar en otros que, aunque existentes, no se han abordado todavía con la amplitud necesaria, y en los que surgirán en años venideros. El avance más relevante de esta ciencia se produjo a partir de la Segunda Guerra Mundial. En el período anterior a esta época las funciones relacionadas con la higiene industrial y sus beneficios fueron realmente desconocidos. Así por ejemplo, y como consecuencia de este auge, en 1970 se proclama en los EE.UU la Ley de Salud y Seguridad Laboral (Occupational Safety and Health Act) cuyo objetivo principal es el de proporcionar en la medida de lo posible unas condiciones de trabajo seguras y saludables para cada trabajador. Quizás fuera ésta iniciativa la que posteriormente desencadenara el desarrollo de otras legislaciones similares en otros países europeos como Suiza y en algunos Estados miembros de la Unión Europea. En este sentido, y por lo que respecta a España, hay que hacer referencia a la ya mencionada anteriormente Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), fruto de la transposición a nuestro ordenamiento jurídico de la Directiva 89/391/CEE, relativa a la aplicación de las medidas para promover la mejora de la Seguridad y de la Salud de los trabajadores en los lugares de trabajo, además de la legislación específica para algunos agentes químicos, físicos y biológicos, fruto de la transposición al derecho español de las Directivas correspondientes. Hoy en día el nuevo enfoque de la actuación en Higiene Industrial, anunciado en la LPRL, desarrollada en gran parte en el R.D. 39/1997 de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención, es el de integrar la acción preventiva en el conjunto de actividades y decisiones de la empresa, de los que forma parte desde el comienzo mismo del proyecto empresarial. Finalmente, hay que tener en cuenta también que la Higiene Industrial como ciencia de carácter eminentemente práctico, tiene un segundo propósito que es el de hacer predicciones fiables que sirvan de guía en la toma de decisiones en la toma de decisiones y en las actuaciones futuras. La valoración de los riesgos es una forma de prever el “futuro” de la salud del trabajador en relación con sus condiciones de trabajo, de la medida en que habrá resultado ésta afectada a lo largo de su vida laboral y, si se proponen cambios, es decir, la corrección de tales condiciones, la posible mejora de la salud atribuible a las variaciones introducidas, en comparación con la situación anterior, todo ello evaluado en términos estadísticos. Por lo tanto, la Higiene Industrial, como toda ciencia, será “creíble” y se la podrá considerar fiable en la medida en que sea capaz de cumplir con tal propósito.


Los contaminantes químicos, también llamados agentes químicos, son substancias que, por la forma de presentarse, pueden ser absorbidas por el organismo y producir en poco tiempo, o a lo largo de los años, efectos dañinos para la salud del individuo. Tanto las substancias manejadas por el trabajador, como las que se generan durante el proceso productivo, se pueden contar por miles siendo algunas de origen natural y otras de origen artificial (creadas por el hombre). Su origen poco importa ya que tanto unas como otras pueden ser tóxicas para el hombre, porque todas pueden producir daños si la cantidad absorbida, o dosis, es suficiente. Cuanto menor sea la dosis necesaria para que una sustancia produzca daños en el organismo, mayor es su toxicidad. Puesto que los agentes químicos difieren en sus propiedades físicas y químicas, también los efectos que producen son diferentes, siendo estos efectos de importancia variable, desde la simple irritación de ojos y mucosas hasta el cáncer. También se caracterizan estos efectos por poderse manifestar mucho tiempo después de cesar la exposición como es el caso del cáncer. Los agentes químicos son absorbidos por el organismo a través de una o varias vías de entrada, que por orden de importancia, son las vías inhalatoria (respiratoria), dérmica, digestiva y parenteral. La vía inhalatoria es la más importante en el mundo laboral por lo que, para hacernos una idea de la dosis absorbida por el trabajador, es necesario conocer la concentración del tóxico (cantidad de tóxico que hay en el aire) presente en la atmósfera de trabajo y también durante cuánto tiempo se encuentra el individuo expuesto a la misma. Este tiempo es lo que se conoce como tiempo de exposición. Cuanto mayor sea la concentración ambiental o el tiempo de exposición, mayor será la dosis. La materia se encuentra en la Naturaleza en tres estados: gaseoso, líquido y sólido. Puesto que, como hemos visto, los tóxicos entran en nuestro organismo principalmente a través de la respiración, es importante conocer cómo las sustancias químicas pueden encontrarse en el aire que nos rodea. Los gases y vapores forman una mezcla perfecta con el aire, llegando directamente al fondo de los pulmones donde se incorporan a la sangre y se distribuyen por el organismo. Se caracterizan por permanecer en el ambiente durante prolongados períodos de tiempo, expandirse en el espacio rápidamente, y además por carecer, en ocasiones, de olor y/o color. De ello se desprende que se debe prestar mayor atención a las substancias que se encuentren en este estado. Sin embargo, los líquidos y sólidos también pueden permanecer durante largo tiempo suspendidos en el aire en forma de aerosoles, es decir, en forma de partículas finamente divididas. Los aerosoles líquidos son las nieblas y los sólidos según su procedencia pueden ser: polvo (de origen mecánico, como por ejemplo el polvo de madera generado al serrar o lijar), o humo (si su origen es térmico, por ejemplo el desprendido durante una combustión). Los metales, por ejemplo, originan humos al ser calentados. El tamaño, por tanto, de las partículas que constituyen el aerosol determina en gran medida su peligrosidad, ya que condiciona su permanencia en el aire. En el caso concreto de los aerosoles sólidos es también un factor importante la geometría (forma) de la partícula. Es importante conocer qué tamaños pueden llegar al fondo del pulmón para ejercer allí su acción tóxica o bien incorporarse al torrente sanguíneo para ejercerla después sobre otra parte del organismo. Las partículas que llegan hasta el fondo del pulmón son las menores de 2 pm (pm = millonésima parte de un metro), constituyen do el 70% del depósito. Estas partículas son invisibles al ojo humano que sólo capta las de diámetro superior a las 50 pm, las de tamaño inferior a 1 μm tardan casi 3 horas en descender 1 metro en un aire quieto. El peligro de las actividades que generan aerosoles está en que podamos creer que ya no quedan partículas en el ambiente, pues, como hemos visto, son precisamente las partículas que permanecen durante largo tiempo en el aire, cuando el resto ya ha desaparecido de nuestra vista, las que pueden afectarnos.

COMENTARIO DE GUAPO HACKER: Quizás lo peor sea fumar, por los gases tóxicos que se absorven, y de ahí la prohibición de fumar en lugares públicos y ante terceras personas.






Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas






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