LAS 48 LEYES DEL PODER, DE ROBERT GREENE
Publicado en 1998, las 48 Leyes del Poder es un libro
bastante sencillo, directo y polémico. El lector aprenderá lo esencial de temas
que para muchos son apasionantes: la seducción, la guerra, el poder. Si usted
quiere imponer respeto, asumir el liderazgo, ser paciente y actuar con
estrategia para tener poder, debe leer Las 48 Leyes de Robert Greene. Debe
conocer la filosofía de este autor, pero debe tener cuidado:
debe saber distinguir lo bueno de lo malo. Ser líder no es ser manipulador. Y
precisamente en este punto es que el libro resulta polémico: Para muchos es
nefasto apelar a estrategias de manipulación para ganar y para otros todo vale.
Independientemente de sus valores, es mejor conocer estos apuntes, que
ignorarlos. Ya depende de usted si los aplica o si los usa para reconocer
cuando otros lo hacen. A continuación, algunas de las 48 leyes.
1. Nunca le haga sombra a su amo
2. Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a
utilizar a sus enemigos
3. Disimule sus intenciones
4. Diga siempre menos de lo necesario
5. Casi todo depende de su prestigio; defiéndalo a
muerte
6. Busque llamar la atención a cualquier precio.
Todo es juzgado por su apariencia; lo que no se ve no cuenta.
7. Logre que otros trabajen por usted. Nunca haga
lo que otros pueden hacer por usted.
8. Haga que la gente vaya hacia usted y, de ser
necesario, utilice la carnada más adecuada para lograrlo.
9. Gane a través de sus acciones, nunca por medio
de argumentos
10. Peligro de contagio: evite a los perdedores y los
desdichados
11. Haga que la gente dependa de usted. Para
mantener su independencia, es indispensable que los demás lo quieran y
necesiten.
12. Cuando pida ayuda, no apele a la compasión o a
la gratitud de la gente, sino a su egoísmo.
13. Aplaste por completo a su enemigo. Empezando
por Moisés, todos los grandes líderes de la historia sabían que era necesario
aplastar por completo al enemigo al que temían.
14. Utilice la ausencia para incrementar el respeto
y el honor. Demasiada oferta reduce el precio: cuanto más lo vean y oigan,
tanto menos necesario lo considerarán los demás.
15. Mantenga el suspenso. Maneje el arte de lo
impredecible
16. Sepa con quién está tratando: no ofenda a la
persona equivocada
17. No se comprometa con nadie. Sólo los tontos se
apresuran siempre a tomar partido. No se comprometa con ninguna posición o
causa, salvo con la suya propia
18. Finja candidez para atrapar a los cándidos:
muéstrese más tonto que su víctima. A nadie le gusta sentirse más estúpido que
los demás.
19. Procure recrearse permanentemente. No acepte
los papeles que la sociedad le ha endilgado. Fórjese una nueva identidad que
atraiga la atención y nunca aburra al público.
20. Mantenga sus manos limpias. Es necesario que,
en todo momento, usted aparezca como paradigma de la corrección y la
eficiencia.
21. Sea audaz al entrar en acción. Si se siente
inseguro frente a determinado curso de acción, no lo intente. Sus dudas y
titubeos se transmitirán a la ejecución del plan. La timidez es sumamente
peligros.
22. Planifique sus acciones de principio a fin. Un
final brillante constituye el corolario que da énfasis a todo su accionar.
23. Haga que sus logros parezcan no requerir
esfuerzos. Su accionar deberá parecer natural y de fácil ejecución.
24. Controle las opciones: haga que otros jueguen
con las cartas que usted reparte. El mejor engaño es aquel que aparenta ofrecer
opciones al otro: sus víctimas sienten que controlan la situación.
25. Descubra el talón de Aquiles de los demás. Todo
individuo tiene un punto débil, una fisura en la muralla que rodea su
fortaleza.
26. Actúe como un rey para ser tratado como tal. Su
forma de actuar determinará cómo lo tratarán los demás: a la larga, una
presencia vulgar o común hará que la gente le pierda el respeto.
27. Domine el arte de la oportunidad. Nunca
demuestre tener prisa, ya que el apuro delata una falta de control sobre el
tiempo y sobre su propio accionar.
28. Menosprecie las cosas que no puede obtener:
ignorarlas es la mejor de las venganzas Al prestar atención a un problema
trivial, lo convierte en real y le confiere importancia.
29. Arme espectáculos imponentes. Una imaginería
impactante y gestos simbólicos grandiosos generan aura de poder, ya que ejercen
gran atracción sobre todos.
30. Piense como quiera, pero compórtese como los
demás. Si usted hace ostentación de ir contra la corriente, alardeando acerca
de sus ideas poco convencionales y sus actitudes heterodoxas, la gente pensará
que usted sólo desea llamar la atención y que desprecia a los demás.
31. Revuelva las aguas para asegurarse una buena
pesca. La ira y las emociones son estratégicamente contraproducentes. Siempre
deberá mantenerse sereno y objetivo, pero si puede enfurecer a sus enemigos
mientras usted conserva la calma, obtendrá una ventaja decisiva.
32. Menosprecie lo que es gratuito. Todo lo que es
gratuito es peligroso, ya que por lo general implica alguna treta o un
compromiso oculto. Las cosas que tienen valor valen la pena pagarse.
33. Evite imitar a los grandes hombres. Lo que se
produce por primera vez siempre parece mejor y más original que lo que viene
después. No se pierda en la sombra de esos "grandes" ni se quede
estancado en un pasado que no es obra suya: encuentre su propia identidad y
reafírmela con su accionar diferente.
34. Muerto el perro, se acabó la rabia.
35. Trabaje sobre el corazón y la mente de los
demás. La coerción provoca una reacción que, con el tiempo, puede actuar contra
usted. Es necesario lograr, mediante maniobras de seducción, que los demás se
muevan en la dirección que usted desea.
36. Predique la necesidad de introducir cambios,
pero nunca modifique demasiado a la vez. En teoría, todo el mundo comprende la
necesidad del cambio, pero en el nivel cotidiano el ser humano es hijo de la
costumbre. Demasiada innovación resulta traumática y conducirá a la rebelión.
37. Nunca se muestre demasiado perfecto. Siempre es
peligroso mostrarse superior a los demás, pero lo más peligroso de todo es
parecer libre de toda falla o debilidad. La envidia genera enemigos
silenciosos.
38. No vaya más allá de su objetivo original; al
triunfar, aprenda cuándo detenerse. El momento del triunfo es a menudo el
momento de mayor peligro.
39. Acepte el hecho de que nada es absoluto y de que
no existen leyes fijas. La mejor manera de protegerse es mantenerse tan fluido
y amorfo como el agua. Nunca apueste a la estabilidad ni a un orden perdurable.
Todo cambia.