"Tus vendedores transmiten tu imagen "El conocido refrán
"dime con quién andas y te diré quién eres" se aplica sin excepción, pero con una repercusión muy
superior a lo que comunmente se tiene en cuenta. El vendedor no sólo realiza
una acción productiva vital para todo negocio. En cada acto y contacto que
realice con sus clientes actuales y potenciales está representando a la
empresa, sus marcas y productos o servicios. Cada día, todos y cada uno de sus
representantes son los embajadores de su empresa. Y al respecto, ¿qué tipo de
embajadores cree que necesita para ejercer una eficiente representación? Según
su respuesta y acciones consecuentes a ella, será lo que realmente logren
representar, independientemente de los resultados que obtengan. Cuando este
aspecto no es tomado en cuenta con la importancia que verdaderamente merece,
surgen una serie de complicaciones organizativas y de logros en resultados,
difíciles de detectar y también de poder revertirlo. La única verdad es lo que
efectivamente perciben sus entrevistados, prospectos y clientes. Acorde al rol o papel que cada uno de
ellos o ellas desempeñe, y a la satisfacción que provea cotidianamente,
contribuirá sensiblemente a resaltar su imagen o a desprestigiarla. Esto último
no resulta sencillo de detectar, a menos que se realicen investigaciones
específicas de mercado respecto a los niveles de satisfaccción. Caso contrario,
su detección ocurre cuando ya es demasiado tarde para provocar una reacción de
cambio favorable. El primer paso que evita esta situación no deseada se
relaciona con el perfil de representantes que la empresa posee. Ocurre que existen
muchos potenciales candidatos para incorporarse a una empresa, pero sólo unos
pocos pueden reunir las cualidades de perfil que cada empresa requiere
realmente. La clave pasa especialmente por tomarse el tiempo de reflexión y
análisis necesario hasta definir cuál sería el perfil ideal para cada caso
particular.
Cada empresa tiene un target (público
objetivo) de clientes a obtener, a desarrollar y preservar. En el análisis
descriptivo de sus necesidades o de problemas a resolver o satisfacer con la
oferta de productos o servicios de la organización, existe un claro y
específico nivel de exigencia que es necesario satisfacer más allá de sus
expectativas. En aquellos casos en que el perfil de un determinado
representante no coincide con dicha expectativa, nos encontramos frente a una
carencia que dificultará toda acción inicial o posterior. El perfil ideal
representa un elemento indispensable para cada organización y constituye la
descripción detallada de las cualidades que se requieren para que se pueda ejercer
el desempeño que cada empresa espera como para que la represente exitosamente.
Contando con ello se logrará una mayor precisión y economía de tiempo en el
proceso de reclutamiento y selección, a la vez que evitará errores recurrentes
que provocan una costosa rotación en el sector, no sólo en términos de dinero
sino también en el daño de imagen que además involucra. En su desarrollo
detallado se deberán especificar diferentes aspectos para reclutar del mercado
laboral a los mejores candidatos potenciales, actuando como eficaz filtro que
permita descartar a quienes no cubren con dichos requerimientos en las
siguientes etapas del proceso selectivo. En su contenido, deberá especificarse
cuál o cuáles son los aspectos que podrán ser excluyentes o no excluyentes.
Por ejemplo: "poseer
una facilidad de expresión oral fluida", puede ser un aspecto "no
negociable", mientras que "superar la edad máxima requerida"
podría ser un tema "negociable", según cada circunstancia. Entre otros aspectos importantes a
considerar debemos señalar "su potencial de crecimiento personal y
profesional".Lo conclusión a la que podemos llegar sobre este tema es que "lo esencial es invisible a
los ojos". La imposibilidad del supervisor o gerente a estar con cada
uno de sus representantes para moldear su calidad de gestión según el criterio
deseado por la dirección obliga a tomar determinadas decisiones y acciones que
permiten minimizar sensiblemente el riesgo que representa una inapropiada
representación por parte de los vendedores. En cada mercado existen muchos
ejemplos de maravillosos productos y servicios con un una perspectiva de éxito
sumamente buena que quedaron en el camino, muchos de ellos por no contar con
este tema resuelto. Resulta muy significativo la disparidad de estilos de gestión
en cada organización.
¿Cuáles son los síntomas que permiten
detectar que el sistema de gestión comercial falla?:
Existen dos aspectos fácilmente
apreciables y que por sí mismos favorecen su inmediata detección. Esto ocurre
cuando:
— El 80% de las ventas las generan sólo el
20% de los integrantes del equipo; y cuando—
El 80% de dichos resultados se
producen en los últimos días de cada mes.
La motivación no se adquiere ni se provee
como grageas sino que se genera como consecuencia de varios aspectos acertados
y que se encuentran vigentes en toda organización. Desarrollar reuniones para
arengar y transmitir estímulos discursivos únicamente ,sin una correspondencia
con hechos perceptibles con la realidad cotidiana, sólo se traduce en un resultado
exiguo o incierto. No existen los malos vendedores sino los gerentes que los
incorporan y conservan como representantes de la marca, la empresas y de lo que
ofrecen. La clave pasa por el nivel de gerencia que cada empresa posee, su
idoneidad profesional y su experiencia para rodearse de gente capaz y con
potencial de crecimiento. Si sólo pretenden contar con vendedores
"golondrina" o "fusibles" y conviven en un entorno
caracterizado por una alta rotación, estamos frente a un escenario que nunca
conducirá a buen puerto a la empresa por más maravillosos productos o servicios
que posea. Muchas empresas suelen prometer maravillosas comisiones y fabulosos
premios o recompensas para mantener alta la moral y el estímulo de sus
representantes hacia mejores resultados. Pero si no es un sistema claro,
sencillo, atractivo y de precisa y puntual percepción, genera un estado de
desilusión difícil de revertir.
Tomar en cuenta los comentarios que se
recogen en cada contacto del mercado constituye una de las informaciones más
importantes que los directivos cuentan para mejorar su producto o servicio y
mantenerlo diferenciado en el mercado. En empresas donde no se aplique este
aspecto, existirá un puente roto en donde se perderán las oportunidades
posibles de mejores resultados de venta y de un mejor posicionamiento de los
productos o servicios ofrecidos. La formación apropiada y efectiva, la inicial
y la continua, representa la inversión de más alto retorno en ventas y en
posicionamiento. Tomar vendedores con mucha experiencia creyendo erróneamente
que esto obvia toda inversión en su formación, es un error que no se detecta
hasta que ya es demasiado tarde para reaccionar. ¿Quién les enseñó a vender y
de qué manera se puede asegurar que no estén aplicando los vicios arrastrados y
que no se aprecian en sus entrevistas de selección? Por el contrario,
brindándoles la formación no sólo se logrará los más altos niveles de
productividad sino que se habrán filtrado los vicios que puedan generar
resultados perjudiciales hacia las futuras ventas. En este aspecto, la
motivación surge cuando el representante percibe que existe una inversión en su
formación profesional por parte de los directivos de la organización, lo que se
incrementa cuando la misma resulta "a medida" de lo que debe realizar
y aplicar cotidianamente en su gestión.
Quienes venden para sus empresas están
ejerciendo dos roles claramente identificables:
—Un rol de representatividad. Esto
significa ser la cara visible de la empresa y de su oferta ante cada una de las
oportunidades potenciales del mercado.
— Un rol productivo. Referido a los logros
en términos de resultados que debe obtener periódicamente para alcanzar y
superar sus objetivos. Lamentablemente, la importancia del primero de ellos
suele quedar solapado por el otro aspecto no menos importante. El primer
requerimiento clave corresponde a contar con los mejores representantes de
venta para el tipo de producto, servicio, marcas y filosofía de la empresa.
Para lograrlo, se requiere reflexionar y escribir un perfil de selección,
siempre antes de iniciar las tareas de reclutamiento y selección. Cuando este
requerimiento no se aplica, lo que se observa en el equipo es la presencia de
unas pocas "estrellas" (20%) de venta que logran el 80% de los objetivos.
Y mientras ellos producen mes tras mes el resto sólo acompaña con excusas que
no alcanzan a justificar su permanencia en el grupo. Lo que no se explica es el
hecho que subsisten en la empresa más de lo necesario, tal vez a la espera de
su gerencia de un cambio milagroso que nunca llegará. Tenga siempre presente
que cuanto más y mejor preparado esté un representante, mejor y mayores serán
sus ventas.
Un representante comercial al incorporarse
a una empresa deberá seguir una serie de etapas clave:
— La Inducción. Este proceso previo a la
capacitación inicial persigue que en forma inmediata, cada representante se
identifique con la empresa se ponga la camiseta y desee defenderla, sabiendo
los aspectos fundamentales para moverse con seguridad y eficacia desde los
primeros días de su ingreso. Se caracteriza por proveerle a cada empleado los
siguientes conocimientos para lograr su identificación con la empresa: la
historia y trayectoria de la empresa; sus marcas; su misión, valores y visión;
las "reglas de juego" para ejercer con libertad y responsabilidad su
gestión; sus productos y servicios; las empresas, marcas y productos
competidoras en el mercado; las tareas administrativas; las personas con las
que se vinculará cotidianamente y también al resto de la organización.
— Capacitación inicial. En esta etapa se
le enseñaran los conceptos, fundamentos, habilidades y destrezas necesarios
para una inmediata gestión eficaz al término de la misma(método efectivo de
gestión, conocimientos de producto o servicio, precios, condiciones de pago y
descuentos a aplicar sin autorización del superior, técnicas profesionales de
ventas, argumentario, soportes administrativos...etc. Poner en funciones a cada
representante sin estos recursos mínimos e indispensables es comenzar el camino
con el pie equivocado y sólo podrá corregirse en el futuro a costa de mayores
gastos y tal vez de irreparables daños por los errores cometidos.
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Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas