A. Proporciono habitualmente detalles abundantes sobre aquellos aspectos que pienso que son importantes, sin tener en cuenta si el cliente está de acuerdo conmigo.
B. Durante la conversación acudo a expresiones o cosas que al cliente le gusta escuchar, que provocan sorpresa, etcétera, con el fin de atraer su atención y despertar su interés.
C. Cuando hablo con mis clientes tengo la tendencia a dirigirme y utilizar con frecuencia su nombre.
D. Construyo argumentos que sigan un orden y una encadenación lógica, realizando conexiones rápidas entre hechos e ideas.
E. Ilustro los argumentos que ofrezco al cliente con ejemplos, datos, demostraciones creíbles y adaptándolos al cliente.
F. En la conversación con el cliente suelo emplear frecuentemente palabras o expresiones tales como "usted debe", "tiene que" o "hágame caso".
G. Intento conectar el interés del cliente con la oferta que le presento.
H. Cuando el cliente propone una objeción a mis argumentos, lo primero que hago es reafirmar mi posición.
I. Suelo utilizar expresiones que hagan reforzar en el cliente que soy la respuesta a sus necesidades.
J. Si en la conversación con nuestro cliente se produce un silencio inmediatamente intento romperlo. Una vez que has finalizado tu autoevaluación, suma el total de las puntuaciones y conoce tu habilidad persuasora consultando la evaluación correspondiente.
SOLUCIÓN CASO PRÁCTICO: ( 10-19 ) La falta de aptitud hacia una posición persuasora y una mala ejecución de la misma pueden afectar a tu rendimiento general. Entrena con empeño esta habilidad ya que es fundamental para llegar a ser un vendedor con éxito. ( 20-29 ) Estás en el buen camino para llegar a ser un vendedor con una capacidad de persuasión óptima. Estudia tus movimientos en la negociación con el cliente, analízalos y corrige las posible deficiencias. ( 30-40 ) Tu habilidad de persuasión es magnífica. Estás en al camino adecuado para poder obtener ventas cualificadas y eficientes. No obstante, sigue esforzándote para mejorar esta habilidad.