— Información a todos los empleados
— Cambios en el diseño del trabajo: alto contenido de control sobre el propio trabajo, nivel de autonomía, evitando la ambigüedad de rol.
— Diseño adecuado de los puestos de trabajo y procesos de selección adecuados a la naturaleza del puesto.
— Evaluaciones de riesgos exigidas por la normativa de prevención de riesgos laborales.
— Planes de formación sobre los riesgos asociados a los puestos de trabajo.
— Implantación de sistemas de detección y gestión de conflictos.
— Mejora de los sistemas de comunicación ascendente, horizontal y descendente.
— Establecimiento de sistemas de moderación y arbitrio, sistemas que sean ágiles y eficientes
— Formación de un equipo interno de especialistas para actuar en estos casos: psicólogos, personal de rr.hh. y técnicos de prevención riesgos laborales, que se especialicen en la gestión de conflictos y que tengan la capacidad de proponer soluciones a lo largo de toda la línea jerárquica y no únicamente de escuchar
— Información a mandos para la detección y desactivación.
— Redacción de una carta social sobre el acoso pública, que incluya la definición, faltas y sanciones.
— intentar la comunicación con el agresor ante los primeros indicios.
— estar alerta ante arrebatos, evitando incurrir en faltas.
— buscar o solicitar un interlocutor en la propia empresa.
— buscar el respaldo y apoyo familiar
— reunir pruebas
— agotadas todas las vías de comunicación, denunciar.
Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
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