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miércoles, 25 de julio de 2012

EL BIENESTAR TÉRMICO


Cuando las temperaturas son bastante más altas o bajas de lo habitual, los trabajadores suelen estar de acuerdo en que “hace calor o hace frío” en el local de trabajo. En cambio, en los ambientes interiores donde las condiciones ambientales son intermedias o moderadas, hay bastantes discrepancias entre los ocupantes al respecto. En un mismo local y en un mismo momento no es extraño encontrarse con trabajadores que sienten bienestar o “se sienten a gusto”; otros, por el contrario, “tienen calor o frío”. Estas situaciones se dan con frecuencia en locales de trabajo cerrados donde existe aire acondicionado. Esto se explica por el hecho de que en la sensación térmica, que es una respuesta psicológica del individuo, influyen factores subjetivos (características fisiológicas y psicológicas de la persona), aunque no hay que olvidar que también están provocadas por causas objetivas (condiciones termohigrométricas del ambiente, ropa y actividad). Pero no solamente la temperatura hace que las condiciones de trabajo sean confortables o no. Una humedad relativa baja puede provocar sequedad de las mucosas y facilitar además la aparición de irritaciones y picores en los ojos, garganta, etc., mientras que si es excesiva puede agravar la sensación de calor o de frío provocados cuando la temperatura es alta o baja. También cuando la velocidad del aire es elevada pueden producirse corrientes de aire molestas. La falta de bienestar o insatisfacción térmica puede deberse a una sensación incómoda de frío o de calor en todo el cuerpo. Pero también puede estar causada por un enfriamiento o un calentamiento no deseado de una parte del cuerpo.


La falta de confort térmico afecta a los trabajadores de diversas formas, aumenta su fatiga, impide la correcta realización de las tareas, provoca malestar e insatisfacción y da lugar a muchas quejas. Uno de los métodos más usados para evaluar si las condiciones termohigrométricas de los locales cerrados son confortables es el método de Fanger, en el que se basa la norma técnica UNE EN ISO 7730:96 Ambientes térmicos moderados. Determinación de los índices PMV y PPD y especificaciones de las condiciones para el bienestar térmico. Se trata de un método objetivo, que, a través de la medición de los 4 parámetros ambientales: temperatura del aire, temperatura radiante media, velocidad del aire y humedad relativa, la estimación del aislamiento de la vestimenta y la determinación del consumo metabólico del trabajo que se realiza, permite el cálculo de unos índices térmicos numéricos que están relacionados con la sensación de bienestar térmico.


Fanger desarrolló su método a partir de los experimentos que realizó con un grupo de más de 1300 personas. La norma, que no se puede aplicar a los trabajos en el exterior, contiene:

 — Un método para evaluar el bienestar/malestar térmico general del cuerpo a través de los índices térmicos PMV (Voto Medio Previsto) y PPD (Porcentaje Previsto de Insatisfechos).

— Un método para evaluar el malestar de una parte del cuerpo, debido a corrientes de aire.

 — Especificaciones de confort para oficinas o similares lugares de trabajo, es decir, aquéllos donde la actividad metabólica sea de 1,2 met. La norma define el bienestar térmico: El bienestar térmico es una sensación de satisfacción con el ambiente térmico expresada por la persona Es decir, una persona que manifiesta tener bienestar térmico percibe el ambiente como confortable y no desea ni más calor ni más frío. Lo contrario puede decirse de la falta de confort térmico. Éste puede deberse a una sensación de calor o de frío en todo el cuerpo, malestar general del cuerpo, o en una parte del mismo. El malestar local ocasionado en estos casos suele tener origen en las corrientes de aire, suelos demasiado calientes o fríos, diferencias notables de la temperatura del aire a la altura de las distintas partes del cuerpo, así como en las diferencias elevadas de la temperatura radiante o asimetría de radiación entre las paredes opuestas, por un lado, y entre el techo y el suelo de los locales, por otro. Evalución del bienestar general del cuerpo: El índice PMV permite predecir el valor medio de los votos, que emitiría un grupo numeroso de personas en caso de que estuviesen expuestas a las mismas condiciones térmicas (lo cual incluye, además de las condiciones ambientales, el mismo consumo metabólico y el mismo aislamiento de la ropa). Por tanto, el índice PMV puede tener cualquiera de los valores numéricos de la escala comprendidos entre +3 y -3, lo que se traducirá en una sensación térmica que irá desde el calor hasta el frío, pasando por las otras sensaciones de la escala. El índice PPD está relacionado con el índice PMV y se calcula a partir de él. Predice el porcentaje de personas insatisfechas, susceptibles de tener la sensación térmica a la que daría lugar el PMV obtenido como resultado de hacer la media entre los votos que hubiesen emitido. Es decir, el índice PPD permite predecir el porcentaje de personas que estarían térmicamente insatisfechas dentro de un grupo numeroso de personas sometidas a las mismas condiciones térmicas.


A) Cálculo de los índices PMV y PPD en el lugar de trabajo 

El índice PMV se obtiene en la práctica a partir de la temperatura del aire, temperatura radiante media, humedad relativa del aire y velocidad del aire medidos en el lugar de trabajo, del consumo metabólico estimado y del aislamiento de la ropa que se lleve, mediante una serie de ecuaciones que los relacionan propuestas por Fanger. El índice PPD se calcula fácilmente a partir del PMV por medido de una ecuación o una gráfica. El cálculo de ambos índices directamente a partir de ecuaciones resulta bastante engorroso, porque algunas se resuelven por iteración. Para simplificar el cálculo del índice PMV, la norma UNE EN ISO 7730:96 propone los siguientes procedimientos:

 a) Usar un programa informático para resolver las ecuaciones. La norma contiene un programa en BASIC para ello y el INSHT dispone de una AIP (Aplicación Informática para la Prevención) denominada ECOTER.

b) Utilizar tablas de valores de PMV, realizadas a partir de diversas combinaciones de actividad, vestimenta, temperatura operativa y velocidad relativa del aire.

c) Determinarlo directamente, con un equipo provisto de un sensor integrador. Nunca se pueden especificar ni lograr unas condiciones que, desde el punto de vista térmico, satisfagan a todos los trabajadores. Ello se debe a las diferencias individuales entre las personas. Sin embargo, sí es posible prever las condiciones térmicas que deben cumplir los ambientes para ser aceptados por un porcentaje dado de ocupantes.


SUGERENCIA DE GUAPO HACKER: Lo mejor para adaptarse bien es acostumbrarse a la intemperie, con la práctica de deportes como la carrera o el ciclismo, asi como la natación, tanto en invierno como en verano, que produce un cuerpo más templado que se adapta a mayores márgenes de temperaturas. Uno de los trabajos más expuestos a eso, son los de albañilería  que muchas veces tienen que efectuarse a la intemperie y al capricho del tiempo de cada día y de cada estación. 













Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas








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