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miércoles, 25 de julio de 2012

SISTEMAS DE ILUMINACIÓN


El diseño y acondicionamiento de la iluminación conlleva la elección del sistema de iluminación más adecuado en función del tipo de recinto a iluminar y de la clase de actividad realizada. Dichos aspectos determinan también la elección de las lámparas y luminarias.


1) Tipos de lámparas y su empleo 

Los principales tipos de lámparas que se emplean en la iluminación artificial eléctrica son tres: incandescentes, fluorescentes y de descarga (en vapor de sodio y en vapor de mercurio). Las lámparas incandescentes se utilizan principalmente cuando la iluminación se emplea de forma ocasional, cuando se requiere un haz de luz intenso y concentrado y cuando la tarea requiere una buena percepción del color. Sin embargo, su baja eficiencia energética y su corta duración hacen que se sustituyan por otros tipos de lámparas en la mayoría de los sistemas de alumbrado.


Las lámparas fluorescentes tienen una eficiencia energética muy superior a las lámparas incandescentes (del orden de cinco o seis veces más) y su duración también es mucho mayor. A estas cualidades se une la de permitir una percepción de los colores bastante satisfactoria para la mayoría de las actividades; todo ello hace que el empleo de este tipo de lámparas sea recomendado para las instalaciones de iluminación general. Finalmente, la utilización de lámparas de vapor de sodio o de vapor de mercurio puede estar indicada para los sistemas de iluminación en exteriores y para la iluminación de grandes naves industriales, donde se requieren fuentes luminosas de gran potencia.


2) Colocación y distribución de las luminarias

Considerando la colocación y distribución de las luminarias, los sistemas de iluminación más habituales se pueden clasificar de la forma siguiente:

 — Iluminación general uniforme

— Iluminación general localizada

— Iluminación general con iluminación auxiliar localizada


3) Iluminación general uniforme 

Este tipo de iluminación es el que se obtiene al distribuir en la superficie del techo un conjunto de luminarias de forma más o menos regular. El resultado de dicha disposición es una iluminación con cierto grado de uniformidad, cuyo nivel medio se ajusta a las necesidades de las distintas tareas. Para facilitar la uniformidad de la iluminación la distancia entre las luminarias no debe superar una cierta proporción de la altura a la que se sitúan sobre el plano de trabajo. La altura de las luminarias debe ser suficiente para facilitar dicha uniformidad sin necesidad de reducir demasiado la distancia entre ellas y, por tanto, aumentar su número. Este sistema de iluminación general uniforme resulta adecuado en los locales donde los puestos de trabajo requieren niveles similares de iluminación y cuando los puestos de trabajo no están localizados en lugares fijos. También proporciona las mejores condiciones de iluminación en los locales destinados a oficinas y talleres en general.


4) Iluminación general localizada 

En este tipo de iluminación las luminarias no se distribuyen uniformemente en el techo sino sobre las áreas del local donde se realizan las tareas visuales. Con este sistema se consigue un nivel de iluminación moderado en todo el local, incrementado únicamente en las áreas donde se lleva a cabo el trabajo. Este sistema de iluminación está indicado en los recintos donde los puestos que requieren altos niveles de iluminación están localizados en determinadas zonas que no se reparten de forma homogénea. También es bastante utilizado en los locales de oficina donde se colocan las luminarias a uno y otro lado de cada puesto de trabajo, con el fin de que la luz llegue lateralmente a ellos. Este tipo de iluminación presenta el inconveniente de requerir una reforma de la instalación cada vez que se efectúan cambios en la ubicación de los puestos.



 5) Iluminación general con iluminación auxiliar localizada 

Esta clase de iluminación se consigue combinando un sistema de iluminación general, más o menos uniforme, con dispositivos de iluminación directa localizada (por ejemplo, mediante flexos) en los puestos de trabajo. La iluminación directa localizada se recomienda cuando existen puestos de trabajo que requieren niveles de iluminación muy superiores al resto (por ejemplo, superiores a 2000 lux), bien sea por las exigencias de la tarea realizada o por las necesidades del propio trabajador. En algunos casos se emplea la iluminación localizada rasante para facilitar la percepción de defectos en la textura de superficies de objetos sometidos a inspección visual. Los altos niveles de iluminación requeridos en cada uno de los puestos son proporcionados principalmente por los dispositivos de iluminación directa localizada, mientras que el sistema de iluminación general se encarga de asegurar un cierto nivel de iluminación ambiental, necesario para evitar desequilibrios excesivos de luminancia entre los puestos y su entorno. En esta clase de iluminación es necesario asegurar un buen apantallamiento de las lámparas alojadas en los aparatos de iluminación localizada, de forma que no provoquen deslumbramiento.










Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas

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