El hombre en su relación con el medio ambiente de trabajo puede ver perjudicado su
estado de salud.
Los agentes que causan la pérdida de la salud no siempre son detectables por los
sentidos, tal es el caso del olfato que puede verse engañado por la ausencia de olor
de ciertos agentes químicos (el monóxido de carbono es mortal para el hombre), o el
caso de la vista que no puede detectar ninguna de las radiaciones ionizantes ni las
ultravioleta ni tampoco las infrarrojas y no puede ver sin instrumental especial los
agentes biológicos.
Por esto es necesario identificar al agente. Para ello contamos con información
que puede ser útil a la hora de conocer la presencia de algunos de estos agentes en
el lugar de trabajo.
Mediante el etiquetado y la ficha de seguridad del fabricante se
puede saber qué substancias forman parte de los compuestos involucrados en la producción,
los riesgos que de su manejo se derivan y los consejos para la utilización
segura de los mismos; mediante la ficha técnica de la maquinaria se puede saber cuál
es el nivel de ruido que provocan o el de radiaciones que emiten; y por último si se
manipulan agentes biológicos de modo intencionado se puede acudir a la legislación
en donde se indican los niveles mínimos de protección que se deben adoptar.
Para conocer si la situación de exposición a estos agentes está dentro de los márgenes
aconsejados se puede acudir a la legislación en el caso del plomo, cloruro de
vinilo, amianto, ruido, iluminación, radiaciones ionizantes y agentes biológicos (si su
manipulación es intencionada) y acudir a normas técnicas o criterios de valoración
dictados por Instituciones de reconocido prestigio para el resto de los agentes.
Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
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