En la planificación del producto internacional se tomarán decisiones sobre los
siguientes puntos: qué producto se venderá en qué país, qué modificaciones se realizarán
sobre los mismos, qué nuevos productos se añadirán, qué marca comercial se
utilizará, cuál será el diseño de etiquetado y embalaje que se empleará, qué garantías
se darán, qué servicio post-venta y, finalmente, en qué momento lanzar e introducir
el producto en los mercados en cuestión.
Los productos industriales son más fáciles de estandarizar. Por otro lado, los productos
perecederos requieren un mayor grado de adaptación a los mercados locales
que los bienes duraderos. Aquellos productos que estén ligados con la cultura local
será más difícil estandarizarlos.
Cuando el grado de sustitución de un producto por
el de los competidores es alto se fuerza a una adaptación del producto.
La marca es el elemento de marketing internacional más fácil de estandarizar.
La diferencia más significativa entre los sistemas de distribución domésticos y los
internacionales estriban, precisamente, en que las infraestructuras, condiciones
climáticas, topográficas o desarrollo económico de cada uno de los países varían y,
por consiguiente, medios y sistemas utilizados en unos mercados no pueden ser
empleados en otros, variando además la rentabilidad aportada por cada uno de ellos.
Según las vías de acceso a la distribución internacional se diferencia entre: acceso
directo, acceso indirecto y acceso concertado.
El objetivo principal de la comunicación internacional es hacer llegar a los consumidores
un mensaje en el que se le informa de forma persuasiva sobre la características
del producto así como de los beneficios que reporta.
Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
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