LA HISTORIA DE LA EMPRESA HERRIN S.A.

Esta empresa, fundada a finales del siglo pasado, está a punto de celebrar su primer centenario. Lo cual dice mucho a favor de la prudencia y habilidad de sus administradores, a lo largo de los años. Efectivamente, Herrajes Industriales S.A., es hoy en día una empresa sólida, actualizada y con un futuro halagüeño, a pesar de pertenecer a un sector muy tradicional: los herrajes de metal. HERRIN ha seguido siempre unas políticas conservadoras, procurando proteger su patrimonio, utilizando sus propios locales, que de tarde en tarde ha cambiado para aumentar su superficie por necesidades de desarrollo, haciendo poco uso de créditos ajenos, disponiendo de importantes imposiciones a plazo fijo, e incluso en el descuento de papel comercial, reteniendo hasta el último momento las remesas, para ahorrarse intereses. Una de esas empresas que adoran los bancos y con las cuales tienen buenas operaciones de pasivo y muy escasas de activo.

Es una empresa pequeña: su plantilla está formada por unos cuarenta operarios de taller, algún puesto auxiliar como el almacenero, tres administrativos, de los cuales uno hace el papel de jefe de equipo, con lo cual viene a ser el jefe de contabilidad, un encargado de fábrica, el gerente (que es al mismo tiempo director comercial, jefe de ventas y vendedor en las escasas operaciones de exportación) y el propietario (accionista muy mayoritario), también presidente de la sociedad. El gerente es ingeniero industrial, es el directivo más joven y reciente, pues sólo tiene cuarenta años, y lleva unos diez en la empresa. El presidente es el mayor y más antiguo: ochenta años de edad y setenta y uno en la empresa (ha leído bien, entró a trabajar a los nueve años). Es el segundo propietario después del fundador, su padre, y no tiene hijos, pero sí una hija que también trabaja en HERRIN. Este presidente es un hombre emprendedor, fuerte en todos los aspectos y capaz de adaptarse a cualquier cambio; lo ha demostrado ¡durante 71 años! Está formando a sus sucesores con el ánimo de retirarse poco a poco cuando, como él dice, se haga viejo.

 Siempre ha sentido un gran respeto por los vendedores, siempre los ha tratado personalmente, y aunque ahora no lo hace, durante años los ha visitado en sus zonas, con frecuencia. Estos son mayoritariamente muy antiguos. Su otra gran preocupación ha sido y sigue siendo disponer de la maquinaria más moderna del mercado. Dentro de las posibilidades económicas de la empresa, ha procurado estar al día. Personalmente es un mecánico mañoso y un diseñador imaginativo. Del director comercial-gerente depende una docena de vendedores libres no exclusivos, con contrato mercantil, remunerados a comisión y con algún premio esporádico en función de resultados no formalizados (algún pequeño aumento de comisión). En la empresa hay un asesor de organización y administración, que lleva más de veinte años en el puesto. Asiste a las reuniones quincenales de dirección, formalmente establecidas, en las que actúa como secretario, levantando acta de acuerdos, responsables y plazos. Este asesor comenzó su colaboración realizando un organigrama, manual de funciones, control presupuestario, métodos y tiempos, etc. Todo lo cual se revisa periódicamente, sin prisas pero sin pausas.

 HERRIN vende en España su producción, básicamente a ferreterías, algo a constructores y, como especialidad de la casa, cerrajería y complementos de metal para barcos, de una gran calidad y robustez. Es un capítulo pequeño en volumen pero importante en rentabilidad. El presupuesto anual de ventas y de gastos parte de un sistema de control de costes bastante minucioso y muy realista. Se revisa y prepara cada año en el mes de diciembre, con un aumento provisional de tarifas que se confirma pasados los dos primeros meses del año.

Ahora, el presidente quiere hacer algunas cosas importantes de cara al año próximo:

— Aumentar la participación en acciones de sus directivos, que ya es del orden del 10%.

— Formalizar un sistema de incentivos a sus vendedores, los últimos en la empresa en carecer de incentivo. Hasta los directivos lo tienen, e incluso los jubilados de la empresa reciben de por vida un pequeño complemento voluntario y mensual.

— Preparar para el año próximo un presupuesto de ventas con un aumento importante, que ayude a compensar las inversiones en actualización de maquinaria recientemente realizadas.

Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas