("EL MASTER DEL GUAPO HACKER") BLOG PROPIEDAD DE XAVIER VALDERAS. Son mis particulares anotaciones sobre estudios de MBA (Master in Business Administration , o sea “Maestría en Administración de Negocios”). Aquí puedes encontrar de casi todo lo referente a los masters, querido visitante internauta, pero recuerda siempre que el mejor MBA y la más importante es “La Escuela de Negocios de la Vida”, la cual no te cobra ni matricula y es lógicamente en la que más aprenderás. Saludos y sed bienvenidos
lunes, 4 de junio de 2012
ETICA EMPRESARIAL
La integridad se reconoce como valioso atributo personal y profesional, pero, aunque haya en las empresas personas íntegras, también hay, en efecto. A continuación vamos a profundizar en este amplio concepto, que va más allá de la honradez, la lealtad y el acatamiento de códigos éticos. Parece que la integridad exige distinguir entre lo que uno, meditadamente, considera justo/ correcto y lo que considera incorrecto/ injusto, y elegir luego lo primero, aunque suponga algún coste personal; que exige además mantenerse en esa elección. No cabe pensar que cualquiera pierde la integridad en cuanto lo incorrecto nos resulte personalmente más ventajoso que lo correcto, porque no estaríamos ante un íntegro sino ante un corruptible; pero sí podemos aceptar que, en materia de integridad, pecamos más por defecto que por exceso. De entrada, quizá convengamos en que una persona íntegra es una persona de principios, de palabra, de fiar, incorruptible, que obra en conciencia, que no elude su responsabilidad. O sea que, sin la integridad, no estamos propiamente completos como seres humanos; aunque no faltará quien piense que de humanos es precisamente sucumbir a las tentaciones...
INTEGRIDAD Y CORRUPCIÓN
Cada día resulta más difícil ser íntegro; pero podemos convenir en que, si todos lo fuéramos en suficiente medida, las cosas irían, sin duda, bastante mejor: pensemos en el desperdicio de recursos varios que la falta de integridad, entre otras consecuencias, genera en las organizaciones, incluida la desconexión emocional de las personas y la pérdida del espíritu de comunidad. Hay, obviamente, relaciones marcadas por la integridad y la confianza, y otras marcadas por el interés espurio y la desconfianza. Casi todos los directivos creen obrar siempre con integridad; pero aceptemos que nos suele fallar la conciencia de nosotros mismos, el autoconocimiento. La verdad es que, por un lado, cada uno de nosotros tiene su propia visión de la realidad y de lo que es justo e injusto, por otro, no siempre elegimos lo que nos parece más justo al tomar decisiones, y por otro más, a veces incurrimos en el autoengaño, queriendo ver como justas y acertadas nuestras decisiones. Simplificando mucho, pensamos que los íntegros se preocupan por el bien común y que los corruptos se ocupan de su bien particular... y que, como ya hemos comentado, hay grises entre el blanco y el negro. En el entorno de los corruptos sólo queda satisfacción para quienes, en su caso, participan del provecho. Hay ejercicios profesionales, no sólo en el sector público o político, en que la integridad resulta singularmente inexcusable, y su ausencia especialmente escandalosa y detestable. Con más convicción se demanda la integridad en aquellos a quienes se otorga más poder: políticos, administradores de justicia, directivos, periodistas, agentes de policía... También se agradece la integridad en los talleres de reparación de automóviles, electrodomésticos, etc.
Las personas íntegras se caracterizan por lo siguiente:
— Actúan ética e intachablemente.
— Son honradas y sinceras, de modo que se ganan la confianza de su entorno.
— Admiten sus errores o desaciertos.
— No dudan en señalar las acciones poco éticas de los demás.
— Adoptan posturas fundamentadas en sus principios, aunque resulten impopulares.
— Cumplen su palabra.
— Se caracterizan también por la responsabilidad y la profesionalidad.
La integridad o la ética no interesan, por ejemplo, a los empresarios que persiguen el llamado "pelotazo" (ya sea aparentando mayor valor de su empresa, para venderla y obtener jugosa plusvalía, o mediante otras prácticas de compra y venta igualmente rentables pero moralmente discutibles), ni interesan a los que son expertos en artificios contables, ni a los meros pequeños o grandes estafadores, ni a los que quieren soluciones rápidas y sencillas sin pensar en las consecuencias; pero sí importan a quienes -seguramente muchos- encuentran satisfacción y autorrealización en el buen funcionamiento de sus empresas, e intentan ganar la confianza de sus clientes para asegurar el prestigio, la supervivencia y la prosperidad.
EL CÓDIGO DE ÉTICA Y LOS VALORES
En el mundo empresarial, o particularmente en la realización de un negocio, la aplicación de una estrategia, la omisión de información relevante o la desinformación, puede ser beneficiosa económicamente. En efecto, se podría decir que un negocio ha sido bueno no sólo porque se han beneficiado ambas partes sino porque uno ha sacado mayor provecho (desde el punto de vista de éste último). Se podría establecer que un negocio bueno en el sentido moral, es un mal negocio en el sentido económico, ya que en el sentido moral se busca un acuerdo beneficioso sincero para ambas partes, y en el sentido económico se busca sacar una ventaja desde el punto de vista de la expectativa. La ética empresarial es una exigencia de la persona, cualquiera que sea su trabajo. La ética empresarial, supone que sus principios son los mismos de la moral general. Si genuinamente se mantiene una preocupación por los empleados (calidad y ambiente, remuneración, sentido de familia, incentivos, seguridad) proporcionándoles "dignidad y respeto", el trabajador estará feliz y motivado por producir calidad. Este estado de ánimo, sentido de felicidad, es en sí una cuestión ética. En muchas empresas inmersas en la competitividad y falta de tiempo para todo, los trabajadores son el "recurso humano". Mejor aún si su costo es "bajo". Una vez que este recurso se ha desgastado y después de haber entregado la vida a la empresa (sin olvidar que la familia también vive este proceso), puede ser fríamente reemplazado por otro recurso joven. La ética empresarial, en cuanto a tal, sin embargo, significa actuar en un ambiente que no sólo procura el más alto respeto y dignidad de sus empleados (personas y nunca recurso), sino que procura que la empresa se presente frente a la sociedad de manera honrada, veraz y honesta. En el lenguaje ético, la dificultad para saber cuándo una acción humana es buena o mala, es similar a la de preguntarse si un negocio será bueno o malo: no tenemos seguridad, pero tenemos una idea suficiente para saber si una decisión es razonable (la experiencia como referencia juega un papel determinante. El paso del ser al deber ser conlleva riesgos. Esto es lo que básicamente tiene en común la ética y los negocios. Las empresas debieran ser conformadas por propósitos responsables dirigidos a la consecución de valores éticos para con la comunidad y los empleados. La actividad empresarial de una organización afecta a muchos grupos constituyentes o Stakeholders (proveedores, accionistas, clientes, consumidores, competencia, comunidad general, etc.). Se exige de ella una actitud responsable para con dicha comunidad, ya que su comportamiento le repercute directa o indirectamente. Ser responsable significa dirigir la empresa midiendo el impacto de su actuación en estos grupos, respetando sus derechos e intereses legítimos. Se requiere evitar el engaño y la desinformación. La honestidad requiere de la rectitud y sinceridad con la información demandada por la comunidad. El respeto, significa reconocer que los individuos sostienen relaciones fuera de la empresa, poseen autonomía, privacidad, dignidad, derechos y necesidades. Los valores, como herramientas o enfoques gerenciales, han venido ocupando un lugar cada vez más relevante en las teorías y prácticas de la administración en los últimos años. Los valores corporativos son propósitos supremos a los cuales la organización y sus miembros deben dedicar toda su energía.
Entre las razones que fundamentan la necesidad de otorgarle una importancia relevante a los valores en el plano gerencial se señalan las siguientes:
— Los valores son los impulsores principales de la actuación de las personas y las organizaciones, son los que otorgan cohesión y sentido de pertenencia y establecen compromisos éticos, entre sus miembros, y de la organización con sus clientes y socios.
— Nada es más importante que la visión y los valores para determinar lo que sucede en una compañía.
— Una visión sin valores se asemeja a un viaje sin un mapa de ruta.
Los valores con los que "entra" la gente en una organización se manifiestan en sus comportamientos. Cuando la organización los identifica puede utilizarlos en función de sus objetivos, por ejemplo, alguien en quien prevalezcan valores sociales, pueden ser muy útiles para puestos en los que deben relacionarse con la gente, aquellos en los que prevalecen valores económicos, pueden ser más útiles en cargos donde tengan que manejarse recursos económicos. Los valores se aprenden, se puede educar a la gente en valores que son necesarios para una organización. En resumen, que las organizaciones pueden crear las condiciones para que la gente actúe influido por determinados valores que sean consecuentes con lo que se propone la organización. En esto juegan un papel importante, los sistemas de trabajo, de evaluación del desempeño y de liderazgo que prevalezcan.
¿Para qué sirven los valores como parte de la estrategia de la organización?. Según los especialistas:
— Sirven de guía, de orientación, a sus miembros sobre cómo deben comportarse.
— Fortalecen la cohesión de sus miembros y protegen a la organización de amenazas externas.
— Sirven de mecanismo de autogobierno, por el que se orientan los miembros de la organización para valorar cómo estamos haciendo las cosas.
— Se utilizan para la selección y evaluación del personal.
Entre los valores que, según investigadores, caracterizan a empresas exitosas se encuentran: brindar a los clientes calidad y servicios óptimos; considerar a su gente como el recurso más valioso; apoyar la creatividad y la innovación; compartir información y trabajar en equipo; trato justo para todos; premiar los resultados relevantes; respeto y comunicación entre todos.
Es conveniente tener en cuenta los siguientes "consejos para los líderes" para el trabajo con los valores:
— Comparta la definición de sus valores. No existe mejor manera de asegurar el sentido de pertenencia y compromiso que la participación.
— Si fuera necesario, modifique sus valores. Ellos deben ser una fuente de estabilidad en un mundo que cambia con tanta rapidez.
— El sentido de los valores es conmover el corazón, no cerrar la mente. Mantenga una actitud abierta a los valores importantes de su gente.
— Otorgue a los valores la importancia que da a las cifras. Recuerde que todas las personas comprenden los valores, pero no todas comprenden las cifras.
— Exprese sus valores en forma explícita y breve, su gente no tendrá dificultad alguna en recordarlos y transformarlos en acción con mayor facilidad.
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