Hoy mi blog ha superado un pequeño récord: ha sobrepasado el límite de las 10.000 visitas. Muchísimas gracias a todos. La próxima meta serán las 100.000 visitas, y con el tiempo espero llegar al millón. Me llena de satisfacción que al final haya podido ser de utilidad para todos los internautas. Pero echo en falta una cosa muy importante: LA FALTA DE COMENTARIOS. ¿De verdad todos lo encuentran todo tan bien explicado, que no tienen nada que añadir como comentario?. No puedo seguir, si nadie me añade ningún comentario, con lo cual de momento lo dejo parado, y para que os conste. Cordiales saludos a todos. XAVIER VALDERAS.
("EL MASTER DEL GUAPO HACKER") BLOG PROPIEDAD DE XAVIER VALDERAS. Son mis particulares anotaciones sobre estudios de MBA (Master in Business Administration , o sea “Maestría en Administración de Negocios”). Aquí puedes encontrar de casi todo lo referente a los masters, querido visitante internauta, pero recuerda siempre que el mejor MBA y la más importante es “La Escuela de Negocios de la Vida”, la cual no te cobra ni matricula y es lógicamente en la que más aprenderás. Saludos y sed bienvenidos
miércoles, 22 de agosto de 2012
LAS 10.000 VISITAS DEL “MASTER DEL GUAPO HACKER”
Hoy mi blog ha superado un pequeño récord: ha sobrepasado el límite de las 10.000 visitas. Muchísimas gracias a todos. La próxima meta serán las 100.000 visitas, y con el tiempo espero llegar al millón. Me llena de satisfacción que al final haya podido ser de utilidad para todos los internautas. Pero echo en falta una cosa muy importante: LA FALTA DE COMENTARIOS. ¿De verdad todos lo encuentran todo tan bien explicado, que no tienen nada que añadir como comentario?. No puedo seguir, si nadie me añade ningún comentario, con lo cual de momento lo dejo parado, y para que os conste. Cordiales saludos a todos. XAVIER VALDERAS.
jueves, 9 de agosto de 2012
ALGUNAS OPINIONES RESPECTO A LOS MÁSTERS A TENER EN CUENTA, ENCONTRADAS POR INTERNET:
2.-Si es que lamentablemente en este país el mejor máster es tener un padrino y más enchufes que una estación eléctrica.
3.-Hacer un MASTER pagado por papa rico, es la forma natural de los ricos de mantener entretenidos a los hijos hasta que puedan enchufarlos en alguna parte. Hacer un MASTER pagado por papa obrero, es la forma natural de intentar que tu hijo no se vaya al extranjero durante un año. Hacer un MASTER autopagado, es como comprar un piso en el 2006 Lo siento, opino que los MASTER son una forma de sacar mas dinero ofreciendo falsas esperanzas.
4.- Los masters son la continuación natural de la proscripción del esfuerzo como algo contrario a la calidad de vida. Desde la Escuela Primaria a la Universidad los conocimientos y la formación adquiridos han ido sufriendo una evaluación continúa según ha ido implantándose la negación del trabajo y el esfuerzo como fundamentos de la flaci-educación. La prórrogas con masters y doctorados son exigencias de los mercados: si los títulos valen menos, habrá que poner más sobre la mesa. Lo más curioso es que todo ese proceso de degradación educativa se haya ido cargando sobre el contribuyente: solo el 10% de los costes es aportado por el estudiante, y esa transferencia de recursos, desde toda la población a las clases medias, medias-altas y altas, se considera algo progresista y avanzado. Alguno se rasga las vestiduras de que esa pijada que son los masters dejen de estar sufragados por atormentado contribuyente y tenga que pagárselos el que los consuma. Es normal que un "estudiante" se pase 8 ó 10 años para hacer una carrera de 5, carreras, que salvo algunas excepciones, se culminan con una formación que no alcanza a saber escribir sin faltas de ortografía. ¿Les parece normal una Comunidad como Madrid, de 6 millones de habitantes tenga más estudiantes universitarios que el RU con unos 60 millones? o que la C. de Madrid tenga más abogados que toda Francia, sitio donde los letrados no escasean, precisamente? Es evidente que hay gente bien formada en España, pero eso ocurre contra las tendencias a las que empuja del Sistema Educativo. Miren aquellos informes internacionales, concursos u olimpiadas matemáticas o científicas, y explíquense como eso puede ocurrir teniendo casi 60 universidades públicas, a las que se accede por una "selectividad" que no selecciona nada, y con unas leyes educativas tan progresistas como la LOGSE o la LOE, donde todo son facilidades para que el chico viva felizmente sus años escolares sin aprender a hacer la "O" con un canuto. ¿Cómo es posible que están a la cabeza del gasto en Educación, estemos a la cola en resultados? Uno de los Misterios de Carpetovetonia.
6.- Es España en más productivo chupar poll.s si eres chica o dejarse so.omizar si eres chico.
7.- El MASTER no sirve para nada si no te buscas la vida e intentas independizarte laboralmente de las ataduras de una compañía . Señores tertulianos España NO ES EUROPA NI USA . Aquí el MASTER es un buen negocio que es explotado muy rentablemente por un conjunto de instituciones que juegan con la desesperación de los alumnos. Hay que ser realistas y sincerarnos bien o te buscas la vida o te vas a un país subdesarrollado que allí sí que faltan especialistas que aquí por lo que se ve sobran a raudales.
8.- A mí no me quedó más remedio que reinventarme y ponerme a estudiar de nuevo y tengo la gran suerte de que me gustaban los idiomas y hablo 4 idiomas que he mejorado en este tiempo de estar en el paro. No sirve de nada estudiar una carrera y saber idiomas efectivamente, nadie te va a pagar por ello, perooooooooooo al menos tengo trabajo cobrando 800€ y tirándome todo el día en una oficina. (Cosa milagrosa a día de hoy) No está nada mal, el esfuerzo valió la pena.
martes, 7 de agosto de 2012
"EL CAJERO DE LA FELICIDAD", de COCA-COLA
“EL CAJERO DE LA FELICIDAD”. Si es verdad que el dinero da la felicidad, sobretodo si se emplea para crear esa felicidad entre familiares, amigos y los que más lo necesitan. Si te topas con uno, y bajo unas condiciones con las que te tienes que comprometer (crear felicidad ajena), te salen 100 euros gratis y sin tarjeta. Una genial iniciativa que bien haría en llevarla a la práctica el gobierno para dar un poco de alegría a los amargados ciudadanos castigados por la crisis, los impuestos y el paro,…en vez de pensar tanto en crear “bancos malos” para socializar las pérdidas de las inmobiliarias y los bancos, y rescatar el resto de las mal gestionadas entidades financieras por la casta usurera-política con el dinero de todos los contribuyentes. En resumen, se trata de un largo y genial spot de “Coca-Cola”, pero la idea no viene nada mal. A ver si es capaz de llevarla a la práctica el gobierno, en vez de despilfarrar el dinero de nuestros impuestos por todos los lados. Por eso lo comparto con vosotros.
OS DEJO CON OTRO ANUNCIO DIVERTIDO: CURA ATRACTIVO (ANUNCIO COCA COLA LIGHT):
OS DEJO CON OTRO ANUNCIO DIVERTIDO: CURA ATRACTIVO (ANUNCIO COCA COLA LIGHT):
Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
PROBLEMAS Y RECOMENDACIONES PARA LA EMPRESA FAMILIAR
Cuando el fundador crea la compañía tiene tanto la propiedad como la capacidad profesional, probada por la supervivencia y el éxito de la nueva empresa. Sin embargo, cuando la empresa pasa a manos de los herederos de las siguientes generaciones esta coincidencia entre propiedad legal de la empresa y capacidad profesional para dirigir el negocio ya no está asegurada. A muchos empresarios, cegados por el amor a sus familiares y por el deseo de verse continuados al frente de la empresa, les resulta difícil aceptar que no siempre el heredero está capacitado, perdiendo la oportunidad de actuar en consecuencia y proveer las medidas adecuadas.
En la empresa familiar las relaciones afectivas entre los miembros son muy fuertes. En las primeras etapas de estas empresas el afecto puede ser suficiente para dar cohesión, coordinar y resolver conflictos. Pero estos lazos de afecto tampoco se heredan necesariamente. A medida que crece el número de propietarios la gobernabilidad de la empresa se hace más complicada. Se requiere la creación de estructuras, legales o simplemente consensuadas en un protocolo familiar, que proporcionen un marco para la resolución de conflictos. La ausencia de tales mecanismos en muchos casos lleva a la incapacidad de tomar decisiones, a la paralización de la compañía, y finalmente a su desaparición.
Algunas empresas familiares caen en el error de poner la empresa al servicio inmediato de las necesidades económicas de la familia. Si una familia extrae fondos de la empresa, por la vía que sea (dividendos, automóviles, salarios elevados, etc.) por encima de lo que la compañía puede soportar, el resultado inevitable es la descapitalización, la pérdida de competitividad y la crisis a medio o largo plazo.
Hay empresarios familiares que, razonando que la empresa es el principal patrimonio de la familia y que ésta, algún día, será heredada por sus hijos, siguen una política de no repartir dividendos, de aplicar salarios inferiores a los de mercado a los familiares, o la combinación de ambas cosas. Con el tiempo, cuando algunos miembros de la familia son propietarios y otros no, cuando no todos trabajan por igual en el negocio, estas políticas generan desigualdades, causan tensiones y provocan luchas internas por el poder económico que pueden acabar con la compañía.
En la empresa familiar se entrelazan continuamente relaciones profesionales y relaciones personales muy intensas. Es del todo inevitable que en ocasiones surjan conflictos entre padres e hijos, entre cónyuges, entre hermanos y entre familiares políticos. El verdadero problema aparece cuando, por falta de comunicación, estos problemas no se resuelven sino que permanecen escondidos pero afectando de forma larvada a la empresa. Tarde o temprano el negocio se resentirá de la continua interferencia de estos conflictos con las decisiones empresariales, y con el cambio generacional pueden aflorar de forma virulenta.
Posiblemente la causa más frecuente de la desaparición de empresas familiares sea el retrasar demasiado el momento de la sucesión. Simplemente pensar en la sucesión hace que el empresario tenga que abordar asuntos personales muy profundos. Es comprensible que muchos empresarios prefieran retrasar el momento de enfrentarse a estos problemas. Sin embargo la sucesión es un proceso largo y complejo. La planificación de la sucesión debe comenzar cuando todavía hay mucho tiempo por delante. Y el momento efectivo del relevo generacional tampoco debe retrasarse más allá de lo razonable.
Aun si eliminamos la problemática fiscal de la sucesión no hay que olvidar que se trata de un momento crítico. En un punto de la vida de una empresa en que se produce un cambio de la dirección, siempre arriesgado, se le suma la reestructuración del accionariado, con las posibles crisis de poder que puede suponer un cambio en los propietarios de la empresa y en los porcentajes que éstos poseen. Una buena planificación de quién se queda con qué elementos patrimoniales (acciones, inmuebles, otros bienes) y en qué porcentajes, y un adecuado reparto del poder son imprescindibles para aumentar la probabilidad de éxito de la empresa familiar. Estos siete pecados, en los que muchas empresas familiares del sector incurren, son causas más frecuentes de los problemas que les aquejan.
Sin embargo, también es cierto que estas debilidades que pueden ser la causa de la decadencia y la desaparición de una empresa familiar, tienen su contrapeso en unas importantes fortalezas. Las empresas familiares sanas normalmente exhiben unas virtudes muy importantes y que son en buena medida consustanciales a este tipo de empresas. Las cuatro virtudes cardinales, de las cuales se derivan muchas de las ventajas de las empresas familiares son las siguientes:
— Orientación a largo plazo
Las empresas familiares, por su naturaleza, pueden plantearse proyectos a largo plazo sin necesidad de estar pendientes de resultados inmediatos ni de las expectativas de dividendos de inversores anónimos. Esta situación, que tanto envidian los empresarios americanos de sus homólogos japoneses, es una ventaja propia de la empresa familiar y de la que se debe sacar provecho.
—Unidad
En la empresa familiar sana existen intereses comunes y un fuerte compromiso hacia su consecución. Estos son importantes puntos fuertes para cualquier empresa, no muy frecuentes entre otras organizaciones, y que en la empresa familiar se suele dar de forma natural.
Los lazos familiares, el compromiso con unos objetivos comunes y el moderado tamaño de muchas de estas empresas aseguran una buena comunicación entre los miembros clave. Observar los esfuerzos que hacen las grandes compañías para mejorar la comunicación interna nos puede dar una idea de la importancia que tiene para los empresarios familiares contar con esta ventaja.
— Flexibilidad
Las empresas familiares, en tanto que familiares y, en gran medida, en tanto que pequeñas o medianas, son muy flexibles. Esta flexibilidad es la que les permite adaptarse ágilmente a los cambios que está sufriendo el sector turístico, mucho más rápidamente que organizaciones más grandes y poderosas. Esta rapidez y flexibilidad, sobre todo si va acompañada de cierta dosis de innovación y orientación al mercado, es la mayor ventaja competitiva de las empresas familiares.
Estas son las principales debilidades y fortalezas propias de la empresa familiar. Este enfoque puede permitir a los empresarios familiares tener un marco de referencia para evaluar la situación de su empresa y crear un plan de acción para incrementar sus posibilidades de supervivencia y de éxito. El purgatorio competitivo es el estado actual de muchas empresas familiares anteriormente exitosas. Los siete pecados capitales que acabamos de revisar son casi siempre la causa. El desafío del empresario familiar es ser capaz de utilizar las virtudes propias de la empresa familiar para alcanzar su particular camino de salvación y éxito empresarial. Sólo el 40% de estas empresas familiares alcanza la segunda generación y el 15% llegue a la tercera. El resto, o cierran o son vendidas, en muchas ocasiones, por problemas de la familia o la falta de competitividad.
Los grandes problemas de las empresas familiares se pueden resumir en:
— Continuidad
Debido a que habitualmente las empresas familiares tienen un claro fundador que suele ser dueño, gerente y cabeza de la familia, la sucesión es muy compleja debido a los naturales temores a la muerte, pérdida de poder y de actividad laboral, luego de décadas en la empresa, lo llevan a resistirse normalmente a la sucesión.
— Estructura organizativa
En muchas empresas familiares, la estructura organizativa no ha evolucionado, manteniéndose la misma estructura que en sus inicios con los importantes problemas que se generan cuando el tamaño de la empresa ha aumentado y la estructura no ha sabido amoldarse a la nueva situación.
— Conflictos internos en el interior de la familia y con los no miembros de la familia
Esta es una serie de problemas debido a no existir una clara distinción entre la empresa y la familia, heredando costumbres y normas familiares al entorno de la empresa. Esto provoca problemas tanto entre familiares como con los miembros no familiares de la empresa. Algunos casos típicos es el no cumplimiento de funciones y responsabilidades, no cumplimiento de horarios, retribución no alineada con el resto de integrantes de la empresa, etc.
— Profesionalización
El bajo grado de profesionalización en muchas empresas familiares hacen que se elija a los directivos entre los miembros de la familia, lo que conlleva en muchas ocasiones a malas elecciones. Como decía un directivo y propietario de una importante empresa familiar, “si es difícil encontrar un buen directivo, que además sea de mi familia es casi imposible”.
— Pérdida de competitividad
Las propias características de la empresa familiar, con directivos familiares, tensiones internas, etc. en muchas ocasiones no ayudan a la competitividad de la empresa familiar en un entorno cambiante y complejo.
PROBLEMAS Y RECOMENDACIONES PARA LA EMPRESA FAMILIAR. Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
RETOS DE LA EMPRESA FAMILIAR
En España prácticamente el 90% de los fundadores de Empresas Familiares pretenden que la propiedad y dirección de la compañía permanezca en manos de la familia y sólo el 10% restante contemplan la venta. Las estadísticas, sin embargo, muestran las enormes dificultades que existen en este proceso sucesorio. En el caso español, diversos estudios han señalado que dentro de las 1.000 mayores empresas españolas, las familiares tienen una vida media de 35 años. Este periodo medio se reduce en función de la dimensión. Destacar en este sentido que sólo tienen éxito en la culminación del proceso sucesorio entre un 10-15% de las Empresas Familiares en España, entre un 10-25% en Europa, y entre un 30-40% en Estados Unidos. En esta línea, y como consecuencia de la dificultad para asegurar la continuidad, algunos estudios señalan que el 61% de las Empresas Familiares están controladas y dirigidas por la primera generación, el 24% por la segunda generación, el 9% por la tercera y el 6% por la cuarta y siguientes generaciones. La principal recomendación compartida por todos los expertos es que para que la sucesión se culmine con garantías de éxito, ésta debe ser planificada con tiempo.
Una de las principales consecuencias de una sucesión planificada es que ésta ayuda a mejorar la relación entre familiares y a conseguir una vida armoniosa para la familia y la compañía que representan. Hay múltiples factores que hay que ponderar para una correcta planificación de la sucesión. Entre ellos podemos destacar el saber asumir el momento de la jubilación y el aseguramiento económico del fundador, la correcta elección del líder y del papel del resto de sucedidos dentro de la compañía, el ciclo de vida en el que se encuentra la empresa, el contar con profesionales externos a la familia que participen e intervengan en este proceso, etc.
El Protocolo Familiar Las herramientas para el buen gobierno sirven para evitar y/o resolver las situaciones de conflicto que se puedan dar tanto en la implantación del proceso sucesorio como en su posterior desarrollo. Entre estas herramientas podemos destacar el Protocolo Familiar, el Consejo de Familia y el Consejo de Administración.
Podríamos definirlo como un acuerdo de voluntades consensuado y unánime, desarrollado entre los miembros de una familia y la empresa familiar que hace posible la aparición de un código de conducta que regula las relaciones entre ambas. El Protocolo tiene más eficacia si está elaborado y aceptado por unanimidad, si es dinámico y flexible. Bien elaborado no impide la aparición de problemas, pero reduce en un alto porcentaje las posibilidades de conflicto. Establecer unas pautas de conducta o un código educacional en la Familia que proporcione una capacidad de reacción sensata a los habituales problemas de la Empresa Familiar por haberlos abordado con antelación, es algo que no sólo ofrece soluciones a la combinación de Familia – Empresa sino que además está comprobado que su utilización contribuye de manera sustancial a la supervivencia de la Empresa Familiar. La fuerza moral del Protocolo es indudable si el proceso se ha hecho correctamente y la Familia ha sido libre de expresar lo que realmente piensa. No obstante si éste se redactara como un contrato puede incluso tener fuerza legal de obligar, no solo a las partes que intervienen sino frente a terceros si los acuerdos son incluidos en los estatutos sociales de la compañía. Otros órganos utilizados habitualmente para ayudar al buen gobierno de la Empresa Familiar son el Consejo de Familia, que se encarga de regular las relaciones Familia – Empresa, bajo el Código establecido en el Protocolo Familiar. La presencia de un Consejero Externo en el Consejo de Administración contribuye a reforzar la eficacia y utilidad del mismo.
Otro de los grandes retos de la Empresa Familiar es la profesionalización en cuanto a personas y métodos de gestión. Todas las personas que intervienen en la gestión y en la definición de la estrategia deben ser profesionales con independencia de que sean familiares o no. En cuanto a los métodos y sistemas de gestión, éstos deben implementarse en todas y cada una de las parcelas operativas de la compañía, es decir, en las áreas de marketing, finanzas, operaciones, recursos humanos, TI, etc y con independencia del tamaño de la empresa. La dimensión es uno de los temas críticos en la Empresa Familiar y tiene mucho que ver con la capacidad financiera de atraer recursos por encima de la propia autofinanciación. Esta es una característica típica de estructuras familiares, y es la falta de capacidad para atraer nuevos recursos que sostengan un crecimiento del sector y por lo tanto el desaprovechar oportunidades de crecimiento y conseguir la dimensión adecuada. En este sentido y desde nuestra experiencia, la entrada de un socio financiero en el accionariado de Empresas Familiares es una de las mejores opciones para aprovechar el desarrollo y consolidación del posicionamiento. Además el nuevo socio no sólo ayuda en la financiación, también puede contribuir en el diseño e implementación de la estrategia e incluso introducir métodos y sistemas de gestión desconocidos para la Empresa Familiar. Es decir, ayuda a la profesionalización de la compañía y a asegurar de algún modo su continuidad y credibilidad frente al mercado. En las Empresas Familiares la necesidad de un cambio viene motivado, en la mayoría de las ocasiones, por una falta de capital que cubra la financiación del crecimiento, o bien que permita la compra de participaciones de algún familiar o la financiación de políticas de dividendos inadecuadas para el normal desarrollo de la compañía.
5) Conclusiones
Cada familia empresarial y sus respectivas empresas son distintas unas de otras pero tienen en común el alto porcentaje de mortalidad que ponen de manifiesto las enormes dificultades que surgen de la sucesión. Hemos señalado que una correcta planificación de este proceso con la suficiente antelación es un factor decisivo para conseguir culminar con éxito el mismo. Establecer y definir de manera consensuada las reglas del juego que deben primar en las relaciones Familia – Empresa, ayuda a resolver muchos problemas tanto en el seno de la familia como en el desarrollo de la compañía familiar. Contar con consejeros externos bien preparados en todos los aspectos ayuda tanto en la definición de las reglas a aplicar como en su posterior implementación. La profesionalización del negocio debe estar siempre presente como un objetivo claro. El negocio debe estar dirigido en sus parcelas más importantes por los mejores profesionales, con independencia de que sean familiares o no. De otro modo el entorno competitivo acabará por destruir el patrimonio empresarial y como consecuencia el familiar. El dialogo, la formación, el consenso, la flexibilidad, la profesionalidad o el amor entre familiares y entre los miembros de una compañía familiar son algunas de las características o habilidades que deben estar siempre presentes en una Empresa Familiar.
RETOS DE LA EMPRESA FAMILIAR. Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
LA EMPRESA FAMILIAR
a) Definición de empresa familiar
Resulta una cuestión bastante difícil llegar a un acuerdo sobre lo que es una empresa familiar. En muchos casos se equipara con la pequeña y mediana empresa (PYME), que no es del todo exacto. Esta última se distingue por su tamaño, que normalmente está referido al número de trabajadores de que dispone, aunque no existe un acuerdo establecido sobre este aspecto, y dicho tamaño varía de un país a otro. Así, en España, suele aceptarse que una empresa pequeña es la que no supera los 50 trabajadores, y la mediana, la que tiene de 50 a 500 personas ocupadas. Pero dichos tamaños varían lógicamente de un sector a otro. Por ejemplo, en el industrial, la pequeña empresa es la que posee menos de 50 trabajadores (y, en consecuencia, la de tamaño mediano, de 50 a 500 trabajadores) y en el sector de comercio detallista las PYME son de un tamaño inferior, de hasta 3 trabajadores en las pequeñas y de 4 a 19 en las medianas.
Agnelli |
Manuel Girona |
No resulta fácil estimar el peso de la empresa familiar en el seno de la economía de un país, ya que, además de considerar a la mayor parte de las PYMEs, es necesario agregar, como se ha comentado, algunas grandes empresas, que, no obstante, funcionan con el modelo gerencial de tipo familiar. De lo que no cabe duda es de su enorme importancia, especialmente en lo que se refiere al número de personas empleadas. Así, en España, las PYMEs con menos de 20 trabajadores representan el 90% del total de empresas, y otro 8% tienen entre 20 y 50 trabajadores; es decir, que el 98% de las empresas españolas tienen menos de 50 trabajadores. El 65% de las empresas (más de un millón) están constituidas por trabajadores autónomos. En el sector industrial, las empresas con menos de 50 trabajadores representan el 50% del empleo, y las de menos de 500, cerca del 75%. No obstante, del total de empresas de tamaño pequeño y mediano, como ya se ha visto anteriormente, no todas pueden considerarse como familiares, pero sí su mayoría. Aunque no se dispone de datos directos sobre esta cuestión, es posible pronosticar que entre el 75 y el 80% de las empresas españolas son de carácter familiar. A este respecto, una encuesta realizada en Gran Bretaña dio como resultado que el 76% del total de empresas del país estaban dirigidas por grupos familiares. Otro aspecto interesante de la incidencia de la empresa familiar en la economía de un país es su nivel de participación en los distintos sectores productivos. Además de una presencia casi generalizada en las explotaciones de carácter agrícola, suelen estar muy implantadas en los sectores de servicios, especialmente en los de comercio minorista, restauración, hotelero, talleres de reparación y concesionarios de automóviles, transportes y distribución.
Actualmente se está asistiendo a un proceso de mundialización de la economía, con un gran incremento del comercio internacional y de los intercambios de bienes y servicios, y, en consecuencia, a una mayor internacionalización de los mercados, a la vez que a una mayor libertad de circulación de los factores productivos, especialmente del capital, que se implanta con suma facilidad allí donde el factor trabajo y las facilidades fiscales son más atractivos. En estas nuevas circunstancias, el nivel de competitividad de las empresas resulta vital para su éxito en los negocios, y, en consecuencia, es preciso lograr unos costes de producción lo más bajos posibles, así como unos niveles de calidad que permitan competir en un mercado mucho más amplio, con el peligro de que si no se alcanzan dichos objetivos, se sufrirán los efectos de una competencia cada vez más agresiva. Este proceso de mundialización ha llevado hacia la globalización de la economía mundial, es decir, que además del gran crecimiento del comercio mundial, la proliferación de zonas de integración y cooperación económica, con la consiguiente disminución y desaparición de las barreras arancelarias, está haciendo desaparecer las fronteras entre estados, en el sentido de que el comercio internacional se desarrolla a escala planetaria, cada vez con menos barreras que lo impidan. A ello ha contribuido de forma definitiva el abaratamiento de los costes del transporte, así como el impresionante desarrollo de las telecomunicaciones. Actualmente, desde cualquier lugar del mundo es posible conocer los precios y productos que se fabrican en los puntos más alejados, y ligar operaciones comerciales y financieras a tiempo real. Dentro de este entorno económico en continuo proceso de cambio, se ha asistido al gran desarrollo de las empresas multinacionales. Este tipo de empresas se caracterizan por disponer de unidades productivas en varios países, de forma que los resultados económicos de las distintas filiales se consolidan a nivel global. Su principal objetivo es la penetración en los distintos mercados, aprovechando las condiciones económicas más ventajosas de cada país, especialmente en cuanto a la mano de obra barata y las facilidades de orden fiscal y normativo. En un principio, producen los mismos productos que en el país de origen, con el fin de conquistar nuevos mercados en los países en los que se instalan al producir con unos costes más baratos, especialmente debido a los menores costes de la mano de obra y del transporte, a la vez que tratan de captar capitales en los países de destino, sin que ello altere el control que la empresa matriz realiza sobre sus filiales. En una segunda fase se internacionaliza el proceso productivo, en el sentido de que éste se parcela entre distintos países: unas piezas se producen en un país, otros elementos se fabrican en otro, el montaje del producto se realiza en otra filial, etc. Con ello, se promueve la internacionalización del capital productivo, y, como resultado, la pérdida de nacionalidad del capital.
El crecimiento económico de las empresas multinacionales es ilimitado, ya que hoy por hoy no tiene un horizonte o unos límites claramente definidos. Rusia y los países de la ex-Unión Soviética, así como los de Europa Central y Oriental y China, con unos costes laborales muy bajos y unos mercados vírgenes, les ofrecen grandes posibilidades de expansión. Pero la fuerte competencia existente en la economía mundial puede provocar que en algunos momentos se produzcan reajustes, con cierres de plantas y despidos masivos. Estas situaciones críticas suelen producirse en sectores como el automóvil, sometido a una fuerte competencia de las empresas asiáticas, la informática y los electrodomésticos. Es decir, que con la misma facilidad con que se instalan en un país, las multinacionales pueden abandonarlo de la noche a la mañana. La cifra de negocios de las cincuenta primeras empresas multinacionales se aproxima al PIB del Japón, que, como es bien sabido, es la segunda potencia económica mundial. Las ventas de General Motors son superiores al PIB de países como Argentina, Noruega, Dinamarca o Finlandia; la cifra de negocios de Ford supera al PIB de Turquía o Sudáfrica; Daimler Benz aventaja al de Israel, etc. Así pues, muchas empresas multinacionales tienen unas cifras de negocios superiores al PIB de muchos países.
La empresa familiar presenta una serie de ventajas e inconvenientes en relación al resto de empresas. Entre las ventajas cabría destacar un mayor sentido de integración y pertenencia a un grupo, con una cultura empresarial y motivación superiores al resto de empresas. La empresa familiar ha sido creada por un individuo, que cuenta con el apoyo de otros miembros de la familia (esposa, hijos, etc.) para alcanzar el éxito en el negocio. En consecuencia, entre la familia y la empresa se crean unos lazos afectivos y de dedicación que no existen en una empresa de otro tipo. En caso de dificultades, los miembros de la familia realizan grandes sacrificios para reflotar a la empresa, y su dedicación se contagia al resto del personal, que suele tener un grado de predisposición y lealtad superiores. El conocimiento de la tecnología utilizada es también una de las ventajas de la empresa familiar, cuyos miembros conocen perfectamente los secretos industriales de los procesos productivos, con los que se han familiarizado desde largo tiempo a través de un proceso de aprendizaje que podría denominarse cuasi biológico. Desde el inicio de la actividad, el fundador de la empresa ha adiestrado al resto de familiares que se han integrado en el negocio. El hecho de que varios miembros de la familia trabajen en la empresa le confiere una cierta flexibilidad en el aspecto laboral. Por otra parte, suelen invertir las ganancias en la ampliación del negocio, lo cual hace que existan menos costes financieros relacionados con la inversión. Otra ventaja de las empresas familiares es la rapidez con que se toman las decisiones. Normalmente, el empresario, basado en su instinto sobre los negocios, toma las decisiones directamente, sin tener que dedicar un tiempo que otras empresas destinan a la elaboración de planes y estrategias, que en muchos casos no resultan demasiado eficaces. Y, por otra parte, estas decisiones suelen tomarse con efectos a largo plazo, ya que la principal preocupación del empresario es la proyección estable del negocio con el fin de garantizar durante un período de tiempo largo el sustento de su familia y el futuro de sus descendientes. Al revés de lo que ocurre en las grandes empresas, que planifican para mantener sus ganancias a muy corto plazo, y a veces condicionadas por la cotización de sus acciones en bolsa, la empresa familiar planifica a 10 ó 15 años, más preocupada por la permanencia del negocio durante un largo período. El conocimiento profundo de la empresa, de sus capacidades y medios de producción, unido a una estructura organizativa estable, es otra de las ventajas de la empresa familiar.
El relevo generacional, en un momento determinado, es el principal problema que deben afrontar las empresas familiares. A menudo, la elección del sucesor constituye una tarea sumamente difícil, y más cuando debe estar reducida a los hijos del empresario. Esta elección comportará un cambio organizativo importante, del que dependerá la continuidad de la empresa y de sus empleados. Puede suponer, también, ciertos traumas a nivel familiar, ya que el retiro del empresario a lo mejor obliga a establecer la preferencia de unos hijos en lugar de otros. Ello puede provocar conflictos entre los descendientes, que pueden generar serias distorsiones en la gestión futura de la empresa. En la segunda y tercera generación, y a medida que la familia va aumentando el número de miembros entre hermanos y primos, estos problemas suelen agudizarse hasta plantear serios problemas de liderazgo que afectan a la toma de decisiones. Cuando esto sucede, quiere decir que se está ante una gran empresa. En las pequeñas y medianas el cambio generacional es necesariamente más directo y limitado, lo que no significa que no comporte sus propias dificultades.
La empresa familiar suele tener una duración superior a la vida de su empresario fundador, y de ahí la importancia, especialmente en la pequeña y mediana empresa, del proceso del tránsito generacional y de la sucesión para su supervivencia. Se trata de un aspecto sumamente delicado, ya que del acierto en esta fase depende, en gran parte, la estabilidad de la empresa. Pero la empresa familiar también tiene su ciclo de vida, que generalmente no dura más de tres generaciones, a no ser que unas decisiones muy acertadas en los temas sucesorios permitan su perduración durante un tiempo superior. La sabiduría popular nos dice que el empresario crea la empresa y forma un patrimonio, el hijo mantiene la empresa y la fortuna heredada de su padre, y el nieto lleva la empresa a la ruina malgastando la fortuna de su abuelo. Evidentemente no siempre es así, ni mucho menos. Lo que sí es cierto es que el paso de la primera a la segunda generación es sumamente delicado, y una prueba de ello es que los dos tercios de las empresas familiares no sobreviven a la primera generación. Sin embargo, el porcentaje de empresas familiares que sobreviven es superior al del resto de empresas, que sólo es del 10%. El empresario fundador considera a la empresa que ha creado como una garantía para el bienestar futuro de su familia, como un vínculo importante de unión familiar que permite una situación estable para sus empleados y como un valor que debe ser transmitido a sus descendientes. Pero la empresa debe ser transmitida a sus hijos, y entre éstos no siempre existe la armonía deseada. En la primera generación, la empresa ha sido creada en unas circunstancias especiales, cuando un trabajador por cuenta ajena, por las razones que sean (capitalización de un despido, oportunidad de crear un nuevo producto, etc.), decide independizarse y establecerse por cuenta propia, seguro de su capacidad de trabajo y del acierto de sus decisiones intuitivas. En un principio, los primeros pasos son duros, pero recibe el apoyo de toda su familia para seguir adelante. Una vez que el negocio se ha consolidado, suele producirse una etapa de crecimiento, que requiere unos planteamientos organizativos más rigurosos, o incluso la incorporación de personas ajenas a la familia en determinados cargos de responsabilidad. Pero llega el momento en que el empresario empieza a darse cuenta de que se hace mayor, y de que sus hijos se han hecho adultos. Es el momento de plantearse la etapa de tránsito hacia la sucesión, incorporando a los hijos en la empresa. Esta etapa tiene una serie de problemas específicos, que están relacionados con el desplazamiento de algunos empleados, eficientes y con cargos de responsabilidad, que son sustituidos por los hijos, cuando al mismo tiempo es necesario definir el papel que éstos deben jugar y sus retribuciones. Valorar acertadamente el efecto que todo ello puede tener sobre el conjunto de empleados (que suelen ser contemporáneos a la edad del empresario) será tan importante como evaluar correctamente si los hijos tendrán o no la capacidad suficiente para desempeñar las funciones del empresario, y, en todo caso, cuál de ellos deberá desempeñar las funciones de líder. En esta fase, el problema de la sucesión es el más importante que tiene la empresa, al que debe añadirse una correcta planificación de los aspectos fiscales relacionados con la herencia. Los problemas de la sucesión pueden hacer pasar a un segundo término las cuestiones empresariales, por lo que es probable que en esta fase se produzcan efectos negativos para la empresa, al descuidar las decisiones que deben afectar a su capacidad operativa en el negocio. Normalmente, las empresas familiares presentan una enorme debilidad en el momento de la sucesión de la primera a la segunda generación. En primer lugar, porque no es fácil que los hijos se integren como es debido en la empresa y que no tengan problemas con el resto de empleados; y, en segundo lugar, quizás el más importante, porque las cuestiones fiscales relacionadas con la herencia no se han planificado de la forma adecuada, por lo que, en el momento del fallecimiento del propietario, las cantidades que deben ser ingresadas a la Hacienda Pública representan una seria descapitalización para la empresa, que pueden obligar a su liquidación. De hecho, la duración media de las dos terceras partes de las empresas familiares es de unos 25 a 30 años, viene a coincidir con la duración del período en que el empresario fundador permanece en su puesto. Sólo una buena planificación de la etapa sucesoria y de sus efectos fiscales, así como el acierto en la elección de un sucesor con la capacidad suficiente para llevar el negocio, permiten superar esta etapa positivamente. Cuando esto se haya conseguido, el nuevo empresario deberá adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado y reorganizar la empresa de cara al futuro. El paso de la segunda a la tercera generación, si se trata de medianas o grandes empresas, resulta algo más complejo, ya que la familia ha aumentado considerablemente el número de sus miembros, y la operación debe realizarse entre primos en lugar de entre hermanos. En estos casos, existe ya la experiencia positiva de la anterior sucesión, que ha permitido la supervivencia de la empresa, ya que se contempla el caso en que la elección del sucesor fue acertada y la planificación fiscal de la herencia fue la adecuada. Normalmente se trata de empresas estables, fenómeno que favorece el que en este caso la supervivencia de las empresas sea superior a las de la etapa anterior. Además, los actuales gestores suelen tener una preparación profesional y unos conocimientos empresariales superiores a los del fundador, por lo que resulta más fácil la integración de los nuevos (los de la tercera generación) en la empresa. En esta situación, en la que se establece la copropiedad entre varias familias, suele intentarse que ésta quede cerrada en exclusiva al grupo familiar. Pero siempre existirá el peligro de que alguno de sus miembros venda su parte a un extraño. En muchos casos, algunos herederos entran en la empresa por obligación, lo que puede generarles una cierta falta de motivación. Al mismo tiempo su nivel de vida puede verse reducido, ya que mientras el fundador tenía el 100% del capital de la empresa, los miembros de la tercera generación poseerán una participación muy inferior. La elección del sucesor se complica, y más teniendo en cuenta que en esta nueva situación entran en juego los cónyuges de los aspirantes, que pueden ser personas que no se identifiquen con la filosofía y los valores que ha representado la empresa para el grupo familiar. La elección del nuevo líder es más complicada, y los problemas fiscales derivados de las herencias tienden a multiplicarse por el número de familias implicadas, ya que para cada una de ellas los problemas y prioridades pueden ser distintos. A partir de la tercera generación, la empresa suele estar muy consolidada, y, si se trata de grandes empresas (en caso contrario, las sucesiones siempre serán mucho más lineales), existen muchos miembros de la familia que ejercen de copropietarios. En este caso, la diversidad de los accionistas es notable, ya que además de los primos ahora entran en juego los cuñados. En muchas ocasiones, ante la falta de liderazgo, se hace necesaria la contratación de directivos y asesores ajenos a la familia, que puedan ayudar a garantizar la permanencia de la empresa. Es cuando se opta por la creación de un consejo de familia y un protocolo que establezca reglas de comportamiento de sus miembros en relación a la incorporación a la empresa (preparación universitaria, años de experiencia en otras empresas, etc.), normas relativas a la incorporación a la empresa de los nuevos parientes por matrimonio, condiciones para hipotecar el patrimonio familiar o de utilización del valor de las acciones como avales de préstamos, compromisos para garantizar que los familiares copropietarios que deseen salir de la empresa vendan sus acciones a otros miembros de la familia, etc. Normalmente, de la segunda a la tercera generación sólo sobreviven un tercio de las empresas (es decir, que sólo un 11% de las empresas familiares superan la tercera generación), ya que en muchos casos se ha perdido el entusiasmo inicial de su fundador. Cabe insistir en que la dimensión de los problemas y, en su caso, la necesidad de utilizar apoyos externos más profesionalizados, aumentan paralelamente con el tamaño de la empresa.
Después de todo lo expuesto, puede afirmarse que el éxito en la supervivencia de la empresa depende esencialmente de la profesionalización de sus miembros, de la distribución correcta de las responsabilidades entre las personas más capacitadas, de saber diseñar eficazmente las etapas de transición generacional, especialmente en la fase crítica de la sucesión, y de saber acotar adecuadamente sus efectos fiscales. La selección del personal en la empresa familiar es un tema sumamente delicado, ya que hay que elegir entre personas muy preparadas que proceden del mercado laboral y miembros de la familia que hay que incorporar. Para las grandes y medianas, la existencia de un consejo familiar asesorado por expertos externos puede ayudar a diseñar la estrategia del grupo, así como en la toma de decisiones sobre los temas importantes: selección del personal y de los miembros de la familia para puestos directivos, requisitos que deben cumplir, planificación de la sucesión, etc. Pero incluso para pequeñas puede ser también útil, siempre que se sitúe al nivel y con el protagonismo adecuado. Para poder subsistir, la empresa familiar debe ser capaz de realizar los cambios necesarios para adaptarse a la evolución de su entorno externo. Debe saber separar lo que son los valores familiares de lo que son los intereses de la empresa.
Durante el ciclo de vida de la empresa familiar, se producen tres etapas claramente diferenciadas:
— El fundador inicia la actividad, generalmente concentrada en un solo o pocos productos, y en su persona se concentran distintas responsabilidades: es a la vez director general, jefe de personal, jefe de producción, director financiero, director comercial, etc.
— A medida que se desarrolla la empresa que ha fundado, su estructura va siendo cada vez más compleja y la organización requiere un mayor grado de profesionalización. Esta etapa suele producirse al final de la primera generación y en el tránsito a la segunda, de forma que de la solución adecuada de los problemas que se generan depende la continuidad de la empresa.
— El desarrollo de la empresa debe ir acompañado de un planteamiento correcto de la sucesión entre las distintas generaciones. Entre éstas tienen que producirse cambios substanciales en la organización, que la adapten a la evolución del negocio y de su clientela. Si la empresa familiar desea subsistir a los cambios generacionales, debe establecer unas normas de distribución del poder, participación y liderazgo de la empresa en el seno de la familia, de forma que las decisiones que se tomen sean prudentes y permitan planificar correctamente las transiciones y los períodos de sucesión, en cada una de las tres etapas que se acaban de comentar, según las características y exigencias de cada una de ellas.
Además del fundador, a lo largo del ciclo de vida de la empresa familiar aparecen una serie de personas que pueden desempeñar distintos papeles. El cónyuge es una figura que juega un papel de una especial relevancia en los momentos iniciales, y también a partir de la circunstancia del fallecimiento del fundador propietario. Además de los hijos (en los que cabría distinguir entre hijos e hijas), que a través de las sucesivas generaciones se convierten en hermanos y primos, aparece también en escena la familia política. Pero, aparte de la familia, y a medida que la empresa va aumentando de tamaño, aparecen otros dirigentes o técnicos que pueden ser ajenos a la familia, o nuevos socios, también externos, como consecuencia de una posible venta de participaciones por parte de un socio familiar. Los fundadores de empresas tienen múltiples y diferentes personalidades, como sucede en cualquier colectivo humano; sin embargo, simplificando mucho, se pueden considerar diversas tipologías:
— Los que acentúan su función de propietarios, relativizan la importancia de la profesionalización y ejercen mucho poder sobre los hijos. En general, esperan ser sucedidos por sus hijos varones, sin que se hayan obsesionado demasiado en que hayan adquirido la formación adecuada.
— Los que se distinguen por su capacidad como dirigentes de empresa, son capaces de delegar responsabilidades, de establecer sistemas de control eficaces y cuidan con especial atención el tema de la sucesión. En general, alientan a sus hijos para que se integren en la empresa, confiriéndoles responsabilidades concretas. Es el perfil que mejor se adapta a los cambios, aunque esto tampoco presupone que esté asegurada una transmisión sin problemas.
— Los que poseen una buena cualificación técnica relacionada con el producto que fabrican y basan el éxito de la empresa en el buen conocimiento del oficio. En general, son propicios a delegar determinadas responsabilidades a especialistas externos, especialmente las de administración y contabilidad, temas a los que son reacios. Tienen tendencia a retrasar la toma de decisiones en las cuestiones sucesorias, pero suelen ser muy positivos ante el papel complementario que pueden jugar los hijos, sobre todo si han adquirido una cualificada formación gerencial. Estadísticamente, parece que el empresario propietario de una empresa familiar acostumbra a ser una persona con un perfil bastante característico. Aunque no existan dos personas iguales, suelen ser varones de mediana edad, con una situación familiar estable, o relativamente estable. Aunque puede tener un nivel universitario, acostumbra a ser autodidacta en la materia de su negocio. Es creativo y emprendedor, individualista y muy activo por naturaleza, instintivo y con sentido práctico, hábil desde el punto de vista comercial, autosuficiente y seguro de sí mismo sobre su capacidad para conseguir tirar adelante la empresa. Suele sentirse orgulloso de haber levantado una empresa, así como de los rendimientos obtenidos. Posee rapidez mental y es capaz de planificar de forma improvisada sin equivocarse demasiado. Pero esta fortaleza empieza a desvanecerse con los años, ya que su salud, en determinados aspectos, parece que incluso está más expuesta, por el cúmulo de tensiones que soporta, que la del resto de la población. El hecho de producirse una muerte prematura o una inesperada grave enfermedad, del que tampoco está nadie exento, sin haber tomado precauciones sucesorias, puede hacer tambalear fácilmente el futuro de la empresa. Por otra parte, su carácter personalista, tanto en la empresa como en el seno de la familia, puede ser efectivo mientras la empresa es pequeña, pero cuando ésta empieza a tener un cierto tamaño, sus improvisaciones pueden crear problemas, que, en algunos casos, pueden ser graves. El papel que ha venido desempeñando la esposa en todo este proceso es sumamente importante. En un principio, no suele entrar en los negocios de su marido, ya que normalmente los empresarios no explican a sus cónyuges los pormenores de la marcha de la empresa, y su papel es de apoyo cuando surgen problemas. Normalmente, juega un papel importante de mediación cuando surgen conflictos entre padres e hijos. Pero el diferente papel social que está desempeñando la mujer en el mundo actual, sin duda hace que, en estos temas, las cosas empiecen a cambiar. De hecho, cada vez se producen más situaciones inversas, en las que la mujer es la empresaria, y el marido consorte desempeña el papel de cónyuge. Pero el problema surge cuando el matrimonio se rompe y acaba en divorcio y aparece una segunda esposa, que, a su vez, proporciona una nueva descendencia. El aspecto organizativo puede complicarse si la primera esposa trabajaba en la empresa. Y la relación entre la segunda esposa y los hijos del primer matrimonio puede ser complicada, ya que cuando éstos llegan a la edad adulta y en condiciones de integrarse en la empresa a efectos sucesorios, los hijos del segundo matrimonio todavía están en edad infantil. La sucesión, en este contexto, debe considerar toda una serie de matices que en otros casos no existen, lo que hace más delicada su planificación, incluso a efectos fiscales. Todas estas vicisitudes, surgidas de los posibles matrimonios del empresario, son factores que pueden incidir también en la estabilidad de la empresa familiar.
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LA EMPRESA FAMILIAR. Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
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