— En la empresa, todos debemos tratar con información, mucha información, quizá demasiada información.
— Esa información debe ser seleccionada. Saber cuáles son las fuentes, si estas son de fiar, puede ser una tarea clave para un directivo que quiera tomar decisiones adecuadas.
— Un responsable organizativo debe saber también lo que saben sus colaboradores, es decir: aquellas habilidades, conocimientos y actitudes que en un momento dado se pueden poner al servicio de la empresa. Por eso, la información y el conocimiento en nuestras organizaciones constituyen un bien de consumo y un activo equiparable a los recursos tecnológicos y financieros. Entendidos como dos herramientas diferenciadas, aunque complementarias, y unidas a las tecnologías que nacen ligadas a los procesos de información y comunicación, son la respuesta a las crecientes necesidades de competitividad. Para las organizaciones en general, es muy importante obtener todos los datos necesarios para poder analizar la situación de las mismas, así como para tomar decisiones acertadas. Para las empresas en particular, la razón es la necesidad de dar a diario una respuesta adecuada a las cambiantes demandas del mercado y, además, prevenir en lo posible los eventuales efectos negativos que las decisiones de la empresa puedan provocar tanto internamente como en el entorno. El conocimiento es lo que queda en la empresa cuando se van los empleados a las 18:30 horas. La relación entre información y conocimiento es tan estrecha que es bastante común que ambos términos se confundan, en virtud de que una información no es tal si no es comunicante y que la comunicación no existe en estado puro, al margen de su misión de transmitir las noticias estableciendo al mismo tiempo relaciones entre las personas.
Si analizamos con mayor detalle los diferentes elementos que intervienen en este intercambio, pueden distinguirse:
— Los datos, es decir, los elementos brutos de la información (los resultados del ejercicio económico, por ejemplo).
— La información, elaborada a partir de los datos y transmitida por el emisor al receptor. La información implica un mensaje significante, es decir, susceptible de formar o transformar las representaciones del sujeto y modificar su comportamiento. Siguiendo el ejemplo anterior, podría mencionarse la comunicación de los resultados al conjunto del personal de una empresa, con el fin de moderar sus pretensiones salariales, cuando aquéllos fueren negativos.
— La comunicación con sucesión de intercambios de información, constituyendo una relación recíproca. Se desarrolla fundamentalmente en torno a acciones comunes.
Ejemplo de ello sería el proceso de transmisión de los resultados al personal de una empresa, asegurándose de que sean perfectamente comprendidos. La Gestión del Conocimiento, en definitiva, va a permitir a las organizaciones saber qué saben y aplicar dichos conocimientos a la mejora de su funcionamiento interno y sus relaciones con el exterior. «Los tradicionales factores de producción: tierra, recursos naturales, mano de obra y capital, no han desaparecido, pero se han convertido en secundarios. El saber es hoy el único recurso significativo.» (Peter F. DRUCKER. La sociedad postcapitalista)
Peter F. DRUCKER |
— ¿Qué es la Gestión del Conocimiento?
— ¿Cuántos niveles de conocimiento hay?
— ¿Qué variables potencian su desarrollo?
— ¿Qué es la economía del conocimiento?
— ¿Cuáles son los rasgos diferenciales de una Sociedad del Conocimiento?
— ¿Cuáles son los fundamentos del Cluster del Conocimiento?
— ¿Cuál es el valor del Capital Intelectual de una organización?
— ¿Cómo crear una «inteligencia institucional», un Capital Intelectual Corporativo?
— ¿Cómo establecer un ambiente que estimule la colaboración y el conocimiento compartido?
— ¿Cómo desarrollar e integrar el talento de la personas en el conocimiento organizacional?
— ¿Cómo diagnosticar la Gestión del Conocimiento?
— ¿Cómo implantar una cultura de Gestión del Conocimiento?
— ¿Cómo integrar los recursos de información en la Gestión del Conocimiento?
— ¿Cómo realizar mapas del conocimiento: conocimiento explícito y conocimiento tácito?
— Cómo crear y gestionar un almacén de conocimientos?
— ¿Cuál es el sentido de la auditoría de la información en las organizaciones?
— ¿Por qué debe plantearse la introducción de una cultura del conocimiento en una organización?
— ¿Existen variables cuantificables para comprobar la eficacia de la Gestión del Conocimiento?
— ¿Cómo evolucionar del conocimiento individual a la estimulación del conocimiento compartido y multiplicado?
— ¿Cuáles son los facilitadores y las barreras para implantar sistemas de Gestión del Conocimiento?
— ¿Cuál es el papel de la tecnología para organizar y estructurar el conocimiento, Internet, Intranet, Extranet?
— ¿Cómo transformar los datos en conocimiento: del Data Mining y Data Warehouse al conocimiento?
— ¿Cómo gestionar e integrar los portales cooperativos?
En estas líneas buscaremos respuesta a las preguntas que se nos plantean. Estamos ante un nuevo reto empresarial: el reto de los nuevos enfoques de la Gestión del Conocimiento y Capital Intelectual, como una nueva y revolucionaria habilidad directiva.
DATA WAREHOUSE AND DATA MINING
CONCEPTO:
El conocimiento es palabra compleja que denota numerosas acepciones. A lo largo de siglos de civilización, los seres humanos nos hemos preocupado del mismo, desde los filósofos, los pocos sabios que en el mundo han sido, en decir de nuestro mejor Fray Luis, hasta las personas corrientes, para las que el conocimiento suponía (y supone) una posibilidad de dominar la Creación. Ya en el siglo xxi, hablamos, en el lenguaje de la calle, de conocimiento aplicado a la vida. Jesús Rivero asocia el conocimiento a la capacidad de discernir, de entender la diferencia entre lo bueno y lo malo, lo conveniente y lo inconveniente (¡Qué poco conocimiento tiene este hijo mío!)’. También oímos hablar de conocimientos, en plural, cuando alguien se refiere a técnicas, usos o habilidades que permiten obtener la pericia o sabiduría para desempeñar un trabajo o, sencillamente, sortear las dificultades de la vida. El desconocimiento a veces provoca resultados catastróficos o, cuanto menos, algún sonrojo. La pérdida de conocimiento, asociado este a la consciencia, da fe de la relación íntima entre conocimiento y ser humano, entre conocimiento y capacidades intelectivas. Empecemos definiendo, como es costumbre, qué es el conocimiento, y lo vamos a hacer recurriendo a los diccionarios que tenemos a mano. De entrada, el diccionario de la Real Academia Española nos advierte de que conocimiento es, en su primera acepción, acción o efecto de conocer-;, luego nos encontramos ante una acción verbal que es acto, más concretamente, el acto humano de conocer.
Siguiendo con esta búsqueda de la definición, ahora nos deberíamos preguntar: ¿y qué es conocer?’ Yéndonos, por cercanía geográfica y cultural a los romanos, cognoscere supone una capacidad (un acto propiamente humano) para saber de la naturaleza de las cosas. A su vez, el término en cuestión proviene (esto no es nuevo) de nuestros antepasados los griegos, que ya hablaban de gnosis), es decir, de la facultad de conocer. Y, sin querer alejarnos del todo del pensamiento clásico, tengamos un recuerdo para Platón, quien se refería a las ideas como representaciones de la realidad. Un viejo tratado español de retórica y poética de principios del siglo xx retoma esta idea y, postula, refiriéndose a las mismas, que las ideas son las transmisoras, el quid, del conocimiento: ... Los términos del juicio o del conocimiento. Las ideas, según el pensamiento descrito, son los componentes del conocimiento, las unidades básicas que configuran el mismo. En español existen dos términos que con frecuencia pueden usarse indistintamente: saber y conocer. Teresa conoce el portugués y Teresa sabe portugués son expresiones idénticas; «Julio conoce el programa» y Julio sabe el programa ya introduce elementos diferenciadores. Podemos decir, en cambio, que Pedro conoce Cáceres, pero no que Pedro sabe Cáceres. Según el autor, el denominado conocimiento inmediato (o directo) se expresa mediante conocer. El conocimiento mediato (o indirecto) se expresa mediante conocer y saber, con tendencia a usar este último. No obstante, las líneas divisorias entre uno y otro tipo de conocimientos no ofrecen visos de seguridad. Vayamos un poco más lejos. Los filósofos establecen distinción entre conocer algo y saber que hay tal o cual cosa (o que esta cosa tiene tales o cuales propiedades). Conocer algo (saber, en lenguaje llano) es lo que denominamos conocimiento directo, inmediato, por contacto o presencia directa. El saber de algo es el conocimiento indirecto, mediato o por prescripción. Pero, atención: no siempre hay estricta equivalencia entre directo, por contacto o por presencia directa. ¿Se puede, pues, saber de algo sin conocerlo? Si entendemos que el conocimiento no requiere presencia directa, diremos que sí (Conozco que Roma está en Italia, pero no conozco Roma). Así, podemos conocer algo (presencia directa) y conocer de algo (saber).
No es una mera coincidencia que en una Consultora Internacional, de la fama de McKinsey, exista un Director de Gestión del Conocimiento, cargo que ocupaba un humanista como Brook Manville, del que dependen treinta y un Centros de Prácticas.
Brook Manville |
En el curso de pocos años, la idea del Capital Intelectual está pasando de ser un documento de trabajo a convertirse en un nuevo estándar corporativo. ¿Qué es el Capital Intelectual? Autores de diversas disciplinas han empezado a responder al reto de encontrar una definición. Según H. Thomas Johnson, profesor de administración de empresas en la Universidad de Portland (Oregón) el Capital Intelectual se esconde dentro de ese concepto contable tradicional y misterioso llamado goodwill...
H. Thomas Johnson |
Steven WALLMAN |
Karl-Eric Sveiby |
Existe, para algunos autores, un itinerario de seis pasos para la creación o aumento del Capital Intelectual de una organización.
— Fase misionera: Comienza con unos pocos individuos pioneros que identifican el problema de fondo y convencen al resto de la organización de la necesidad de una nueva perspectiva.
— Fase de Medición: La segunda fase atiende al desarrollo de indicadores de equilibrio, la taxonomía, para este nuevo modelo. También incluye el desarrollo de la función de controller de Capital Intelectual
— Fase directiva: Decisión a varios niveles para actuar según los nuevos conceptos, cambio de la administración del pasado a navegación en términos de renovación y desarrollo.
— Fase Tecnológica: Esta fase realza el desarrollo de la tecnología para aumentar la «transparencia » y los sistemas de comunicación necesarios para compartir el conocimiento, uso de la informática y telemática
. — Fase de Capitalización: Capta el uso de tecnología organizacional empacada (sistemas de administrar bases de datos, instrumentos de automatización,...) así como propiedad intelectual para la reacción de Capital Intelectual. La capitalización es básica para el reciclaje de los conocimientos fundamentales e inversión de capital estructural de la empresa.
— Fase de Futurización: Este último paso es el cultivo sistemático de la innovación como competencia central de la organización, para mantener una continua renovación y desarrollo y mantenerse en la cresta de la ola.
LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO Y DEL CAPITAL INTELECTUAL. POR EL DR. JOSÉ MARÍA VIEDMA MARTI
CURRICULUM VITAE PROFESSOR KARL-ERIK SVEIBY
CONCEPTOS BÁSICOS DE GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO. Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
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