MEDICIÓN DEL CAPITAL INTELECTUAL
Las organizaciones hoy están en continuo cambio. En la empresa del siglo XXI se
hablará más de Capital Intelectual y de inteligencia emocional, que de amortizaciones
o equipamiento; se hablará más de cociente intelectual que de empleados. Se
necesitan, en consecuencia, nuevas tecnologías, herramientas y modelos conducentes
a gestionar eficazmente el conocimiento de las organizaciones.
El capital de una empresa ya no se mide solo por la suma de sus bienes inventariables,
sus activos financieros, sus stocks de productos y mercaderías, sino, que
cada día se valora más el Capital Intelectual de una empresa preocupada por crear
conocimiento en la actual Sociedad de la Información.
Para Daniel Goleman, en La práctica de la inteligencia emocional (1998), nadie
tendrá garantizado su puesto de trabajo en ningún lugar, aun cuando prospere la empresa
para la que trabaje, ni tendrá un salvoconducto laboral en su coeficiente de inteligencia.
Sí el cociente de inteligencia es, en gran parte, un don genético, la inteligencia
emocional puede y debe desarrollarse con los años, la madurez es la palabra con la que,
tradicionalmente, nos hemos referido al desarrollo de la inteligencia emocional.
No es suficiente con que tengamos claras las ideas sobre tendencias y estrategias
productivas. La cuestión es: ¿Cómo gestionar el conocimiento de nuestra organización?,
¿cómo agilizar los procesos de gestión de información de calidad? Los miles
de datos almacenados en nuestras organizaciones esconden un estratégico valor oculto
del que no podemos ni debemos prescindir.
En opinión de Microsoft, la Gestión del Conocimiento es una práctica que busca
maximizar el valor de una organización ayudando a las personas que pertenecen a ella
a innovar y adaptarse al cambio.
Existen avanzadas herramientas informáticas como Minería de Datos (Data
Mining), que permiten descubrir el perfil de nuestros clientes y conocer las relaciones
ocultas entre ellas y sus preferencias de compra.
Otras técnicas como Data Mart, o los
sistemas de Gestión Documental son algunas de las herramientas tecnológicas para
facilitar la Gestión del Conocimiento, y así poder acceder a un sistema de Business
Intelligence, que agilice y mejore nuestra toma de decisiones estratégicas.
No hay que olvidar que el concepto de Gestión del Conocimiento surge en medios
informáticos, y siempre al servicio de las capacidades de la organización.
Contabilidad tradicional y Capital Intelectual:
El modelo tradicional de contabilidad que tan bien describía las operaciones de las
empresas durante medio milenio, ya no puede seguir el ritmo de la revolución que se
está operando en los negocios. El Plan General de Contabilidad (PGC) y el célebre
principio contable de la «imagen fiel», tan solo reflejan una parte, una porción de la
compleja realidad de la empresa.
En la actualidad no se sabe con seguridad qué empresas, grandes o pequeñas, jóvenes
o antiguas, tienen una capacidad organizativa sostenible.
Rich Karlgaard, director
de Forbes ASAP, ha identificado este desastre y lo que se necesita para corregirlo:
Vivimos en la era de la informática. La inteligencia humana y los recursos intelectuales
son hoy los más valiosos activos de cualquier empresa. Por ahora la sociedad
carece totalmente del sistema de medición necesario para medir estas nuevas
fuentes de riqueza.
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Rich Karlgaard |
Steven M. H. Wallman, presidente de la Comisión de Valores y Bolsa de Estados
Unidos, incluye en su definición de Capital Intelectual no solamente el potencial del
cerebro humano sino también los nombres de productos y las marcas de fábrica, y
hasta los gastos registrados en los libros contables de la empresa. Otros investigadores
incluyen en sus definiciones factores tales como liderazgo en tecnología, formación de
los empleados y hasta rapidez de respuesta a las solicitudes de servicio de los clientes.
Algunos observadores llegan a sugerir que en el Capital Intelectual está comprendido
lo que generalmente denominamos activos fijos.
En 1991 el American Institute of Certified Public Accounting (AICPA) organizó
una comisión especial de informes financieros para estudiar la creciente preocupación
por el hecho de que los sistemas contables tradicionales ya no son pertinentes para la
economía. La comisión encontró muchas áreas importantes que merecen mejorarse;
mejoras que podrían realizarse:
— Con el suministro de información relativa a planes corporativos, oportunidades,
riesgos e incertidumbres.
— Aportando un mejor ajuste de los mecanismos externos de información con
los sistemas internos de control administrativo e información.
— Mediante la nueva discusión de los factores de rendimiento no financiero que
crean valor a más largo plazo.
Estas recomendaciones descansan en el supuesto de que los datos de rendimiento
no financiero son de valor pertinente y pueden usarse eficazmente por los inversores
como indicadores principales de futuro rendimiento financiero.
En una época en que no sólo empresas sino categorías enteras de productos pueden
desaparecer de la noche a la mañana, y en que los competidores pueden cambiar
a diario sus relaciones y su participación relativa en el mercado, las cuentas de pérdidas
y ganancias y los balances de situación ofrecen poco más que instantáneas de
dónde estuvo la empresa.
Los últimos cuatro años nos han enseñado que casi todo lo que creíamos saber estaba
equivocado. Se creaban nuevos tipos de empresas, más ágiles, más adaptables y de
estructura más fluida. Estas empresas ágiles, «virtuales» o «imaginarias», como a
veces se las llama, basan su filosofía en una idea totalmente diferente de qué constituye
un activo.
MEDICIÓN DEL CAPITAL INTELECTUAL. Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
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