— Modestia: averiguar las necesidades del periodista y entregarle, si lo desea, documentación. No presumir del resultado del encuentro solicitando la fecha exacta de la aparición del artículo, y menos su contenido. Respetar siempre el sagrado principio de la libertad de prensa;
— Diplomacia: si el entrevistado quiere leer el artículo antes de su publicación, hay que pedírselo con infinita diplomacia. Si la respuesta es negativa, no insistir. En el caso contrario, el entrevistado no pondrá restricciones más que sobre el contenido de las informaciones y no sobre el juicio del autor;
— Prudencia: si un periodista saca a la luz una noticia confidencial, se puede exigir de él un plazo antes de su publicación. Por el contrario, cuando la información va a ser difundida, se le concederán de doce a veinticuatro horas de adelanto, a fin de que conserve la primicia de la información. Limitar la comunicación de informaciones confidenciales a periodistas fiables y solamente si estas favorecen la comprensión del tema, o si sirven a los intereses de la empresa .
— El seguimiento. Después de la aparición del artículo, hay que respetar ciertas prácticas:
— Correcciones: en caso de errores en el artículo, el encargado de prensa lo el entrevistado) no reaccionará si estos son menores. Por el contrario, si alteran el contenido de la información, se podrá contactar con el periodista a fin de obtener una fe de errores. No se acudirá al jefe de redacción más que en caso de problemas graves.
— Agradecimientos: si el entrevistado está satisfecho del artículo, puede dar las gracias al periodista, destacando lo acertado de su análisis;
— Una cierto equidad: si varios periodistas contactan con la empresa para un tema concreto, es prudente difundir un comunicado o todos los periodistas del sector, o incluso organizar una reunión de prensa.
Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
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