Hoy día, en España, los gabinetes de prensa, o simplemente el encargado de prensa, han sido mayoritariamente sustituidos por el departamento o el director de comunicación, entre cuyas tareas privilegiadas se encuentra la de mantener relaciones con la prensa. Especialmente en las administraciones, a excepción de los municipios más pequeños, es raro encontrar una que carezca de este servicio.
Y en el mundo de la empresa ocurre otro tanto, pero en las pequeñas y medianas empresas esta tarea suele ser asumida por la persona encargada de las relaciones públicas. La mayor parte de los encargados de prensa tienen una formación superior: son licenciados en Ciencias de la Información, en ocasiones de la rama Periodismo y en otras, de la de Publicidad y Relaciones Públicas. Es raro encontrar personas cumpliendo este cometido que carezcan de este título. Ciertas empresas u organizaciones pueden igualmente reclutar/os por promoción interna entre sus empleados, prefiriendo pagar la formación de un miembro de la empresa en las técnicas de las relaciones con la prensa, a iniciar a un especialista de relaciones con la prensa en la vida de la empresa y sus relaciones.
Perfil. Se necesitan varias cualidades:
— Un elevado índice de cultura general y amplia capacidad de raciocinio que le permitan analizar una situación desde varios ángulos (económico, social, técnico, etc.) y después sintetizada;
— Talento para redactar y una buena capacidad de adaptación a diversos tipos de discurso: institucional, corporativo, técnico, sobre el producto,...
— Una amplia experiencia en las medios de comunicación, sus convencionalismos y prácticas profesionales: el encargado de prensa debe conocer personalmente a un cierto número de periodistas y ser capaz demovilizar rápidamente su red de contactos. Algunos encargados de prensa pueden de esta manera especializarse por sectores (por ejemplo: la prensa informática, internacional, económica, médicos, sanitaria, femenina).
— Una personalidad disponible y simpática: sociabilidad, soltura, paciencia, diplomacia. Además, el encargado de prensa debe tener «una buena presencia». Pero, en definitiva, no se trata tanto de rasgos de la personalidad individual como de la adquisición profesional de las destrezas de un «comunicador» que conoce, además de las técnicas y rutinas de la comunicación en cualquier situación, las bases teóricas sobre las que se desarrollan y se suceden cambios e innovaciones. El encargado de prensa está por lo general bajo las órdenes directas del presidente (del director de gabinete en una organización pública), de la dirección de relaciones exteriores o de la dirección de comunicación. La posición del encargado de prensa debe ser suficientemente gratificante como para que le permita tener una relación de igualdad con los cuadros o los responsables de la empresa que proporcionan la información. En ningún caso, por razones de credibilidad y de independencia, debe estar subordinado a los departamentos de marketing o de publicidad.
Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
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