En la actualidad el protocolo en la empresa vive un momento crítico, ya que se están dando los primeros pasos en su consolidación como herramienta de trabajo, y surgen preguntas lógicas como:
— ¿Qué tipo de protocolo se ha de seguir?
— ¿Para qué es necesario el protocolo?
— ¿Qué beneficios aporta?
Estas preguntas tienen muchas y variadas respuestas, eso sí, la mayor parte de los empresarios emprendedores ven en el protocolo una herramienta idónea para comunicarse con sus públicos e ir adquiriendo en cierta manera una ventaja competitiva respecto a sus oponentes. No se debe usar en la empresa el mismo tipo de protocolo que el que se usa en las instituciones oficiales, ya que no tiene razón de ser, por motivos tales como que los públicos y las actividades son completamente diferentes, a la vez que el protocolo debe reflejar el espíritu, los valores y la vida de la empresa, por lo que la empresa debe establecer unos criterios propios, aplicables estrictamente a ella y teniendo en cuenta la realidad que la rodea, su entorno, actividad, etc... Así pues, lo que se persigue con este módulo es establecer unos criterios generales, que posteriormente sirvan para que cada empresa los complemente con cuestiones propias de cada entidad, ya que en nuestra opinión, cada empresa precisa de un manual propio interno que sea consecuente con la realidad de la propia de su actividad profesional.
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