Ya analizamos que cuando se recurre a la financiación de las operaciones de
comercio exterior puede existir riesgo de tipo de cambio, es decir, que según varíe
la cotización de la moneda, la financiación puede resultar más cara o más barata de
lo previsto.
Este riesgo de tipo de cambio existe cuando:
— El exportador financia la operación en una divisa distinta a aquella en la que
va a recibir el importe de la exportación.
— El importador financia la operación en una divisa distinta a aquella en la que
posteriormente va a vender la mercancía importada.
Pero también puede existir riesgo de cambio en la propia operación, aunque no
se recurra a financiación.
Este riesgo de tipo de cambio existe cuando:
— La operación viene denominada en una moneda distinta a la del exportador o
a la del importador.
Veamos un ejemplo:
Un importador español compra maquinaria en EEUU y el importe de la operación
se fija en dólares. El pago es a 90 días.
Cuando el importador español tenga que pagar dentro de 90 días, la cotización del
dólar puede haber variado.
El riesgo de tipo de cambio lo puede sufrir tanto el exportador como el importador,
o incluso ambos a la vez.
El riesgo de tipo de cambio se puede aceptar o eliminar:
Si se acepta, la variación del tipo de cambio afectará al resultado de la operación,
a veces positivamente y otras veces negativamente.
No obstante, hay que tener en cuenta que el objetivo de cualquier empresa es conseguir
beneficios en el desarrollo de su actividad típica, y no especulando sobre los
movimientos en la cotización de las monedas:
Una operación comercialmente muy beneficiosa, podría resultar finalmente desastrosa
como consecuencia de una evolución negativa del tipo de cambio.
Si se quiere eliminar el riego de tipo de cambio existen instrumentos financieros
adecuados.
Los más utilizados son:
— Forwards
— Opciones
Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas
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