VENTA AUTOMÁTICA (VENDING)
Se realiza a través de máquinas automáticas expendedoras de productos
mediante la inserción de monedas y billetes, siendo capaces de cobrar,
devolver el cambio y distinguir las monedas. Estas máquinas se sitúan
dentro y fuera de establecimientos, en lugares de fácil acceso y visibilidad
para el público. En muchos casos, su explotación se realiza conjuntamente
con los dueños de los locales, siendo necesario, sea cual sea su
ubicación, la existencia de un equipo de recaudadores, de reponedores
de productos y de un equipo técnico para su mantenimiento y reparación.
Los productos que se distribuyen son de pequeño tamaño, de uso frecuente
y precio reducido como tabaco, chicles, aperitivos, bollería, chocolate,
latas de refrescos, café, aunque su uso se ha ampliado a servicios
como fotomatón, retirada de dinero en cajeros, reserva y adquisición de
billetes de tren, pago de aparcamiento, gasolina y peajes en autopistas.
La ventaja de su empleo radica en que rentabilizan los lugares donde las
máquinas se encuentran expuestas, sin competir con los puntos de venta
próximos, y que están disponibles en un horario ininterrumpido.
Sin embargo, frecuentemente sufren averías que limitan su utilización,
por la imposibilidad de la recuperación del importe o su devolución
tardía, y que ocasionan un sinfín de molestias al consumidor que renuncia
a posibles reclamaciones. Generalmente, se ubican en lugares de
gran afluencia de público como aeropuertos, estaciones de trenes, oficinas
donde trabaja un gran número de empleados o clínicas.
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