a) El Balbuceo:
significa el miedo que nos genera el saber que hemos de dirigirnos a un público. (Dentro de dos horas, una hora, media hora, 15 minutos, ¡ya!). El balbuceo quizá está provocado por nuestra natural timidez, miedo al ridículo, o angustia, pero realmente es miedo.
b) Nuestra ignorancia de la técnica de hablar en público, que alimenta como un circulo vicioso el balbuceo.
c) La idea equivocada, aunque generalizada, de que es muy difícil aprender estas técnicas.
De estos tres puntos el peor problema es el 3º, porque inhibe al principiante y le resta decisión para aprender estas técnicas. Todos en algún momento hemos pensado: "¿Para qué intentarlo si yo no sirvo?, sólo pensar que hay que hablar a un grupo de gente me tiemblan las piernas." La técnica de hablar en público con eficacia está abierta a todos. El problema es que se tiende a confundir la oratoria eficaz con la oratoria brillante, o la gran oratoria, que requiere años de aprendizaje y experiencia, y en la mayor parte de los casos facultades innatas. Lo realmente útil es la oratoria eficaz no la oratoria brillante, ya que la gran oratoria no la usa ni el Rey, ni la gran mayoría de la gente.
IDEAS BÁSICAS DE HABLAR EN PÚBLICO
a) Lo importante es tener una oratoria eficaz no una gran oratoria.
b) El objetivo de lo que se dice es transmitir eficazmente nuestro mensaje.
c) Hablar con eficacia ante un grupo de personas, requiere lo siguiente:
— Sentirse capaz de hacerlo.
— Saber qué es lo que hemos de decir.
— Saber cómo hemos de decirlo.
— Saber cuándo hemos de terminar.
O dicho de otro modo:
— Que lo que se diga interese al público.
— Que el auditorio escuche con atención.
— Que el auditorio comprenda lo que se dice.
— Que el auditorio quede convencido de lo que se dice.
— Que el auditorio quede gratamente impresionado por el orador.
CÓMO HABLAR CON EFICIENCIA
Cuando nos encargan hablar en público por primera vez nos solemos empezar a imaginar "cosas raras", solamente imaginarnos en un estrado con "tanto público" nos produce una sensación extraña en el estómago, mareos y hasta falta de sueño ¿verdad?, y yo le pregunto ¿Por qué? Su repuesta seguramente será: "pues por el miedo que tenemos a hacer el ridículo." Pues bien, en realidad es verdaderamente difícil hacer el ridículo cuando se habla en público por primera vez, segunda, o tercera vez. Esto es porque los oyentes, el público o auditorio a los que nos dirigimos, son generalmente gente educada, que no se ríen de un orador por malo que sea, les puede dar vergüenza ajena, pena, encontrarse incómodos, pero casi siempre comprenden que carece de experiencia, o que el ponente es novato. Por estas razones, realmente no se hace el ridículo. Lo que realmente hay que hacer para "hacer el ridículo" es estar muy mal, y decir increíbles estupideces. Todo lo que puede ocurrir si lo que decimos es un rollo, es que nuestro público se duerma.
RECOMENDACIONES PARA HABLAR EN PÚBLICO
a) Ensayo previo en casa
Nunca hemos hablado en público, sin embargo y por las razones que sean, tenemos que hacerlo un día determinado. En este caso, lo aconsejable es realizar un ensayo previo en casa.
— La grabadora: Nos ejercitaremos hablando ante una grabadora unos 15 minutos sobre cualquiera de los temas de nuestro próximo discurso, teniendo en cuenta que: Expresión = Dicción Clara + Pensamiento Debemos expresarnos con concreción y claridad, hablar despacio, pronunciando bien y marcando las pausas necesarias. Cuando hayamos terminado nos escucharemos. Haremos esta prueba una y otra vez, corrigiendo sobre la marcha los defectos orales que podamos precisar.
Algunas correcciones son:
— Hablar demasiado deprisa.
— No hacer pausas.
— Repetir una y otra vez las expresiones:
— "Me explico"
— "Es decir"
— "Por ejemplo"...
Finalizada la primera prueba, conviene que algún miembro de nuestra familia, o un grupo de amigos, escuche la grabadora en el papel de oyente real, ya que su análisis será más objetivo que el nuestro.
— El espejo: Como los oyentes de nuestro próximo discurso, además de oírnos, nos verán, debemos hacer lo mismo ante el espejo. Hay que pensar que tan importante es lo que se dice, y el cómo se dice, como la imagen del que lo dice, porque los oyentes, nos oyen y nos ven al mismo tiempo. Repetiremos el ejercicio de dicción frente al espejo, pero esta vez con los gestos apropiados, imaginándonos que estamos hablando a nuestro futuro público. De esta manera podremos vernos con la máxima objetividad, incluso si fuera posible con la misma indumentaria que llevaremos. Esta especie de ensayo, puede ser aún más eficaz si presentamos después nuestro discurso ante un pequeño auditorio, como puede ser nuestra familia, o un pequeño grupo de amigos. Esto aunque parece una tontería no lo es, y son ejercicios prácticos que funcionan y dan resultado.
b) La risa y el sentido del humor
La mejor medicina para el balbuceo, llámese bloqueo, miedo escénico, miedo al bloqueo, miedo al ridículo, timidez, angustia, o ansiedad, es la risa y el sentido del humor que genera. Si conseguimos reírnos de nosotros mismos, habremos vencido ese miedo que tenemos a hablar en público. " Reírse de uno mismo es síntoma de inteligencia"
c) Facultades
No es necesario tener unas facultades especiales para hablar en público con eficacia. Lo que sí conviene es que sepamos interesar, cautivar, convencer y agradar al auditorio.
d) Naturalidad y sencillez
Una persona con naturalidad siempre es agradable. Da lo mismo que nos hable mano a mano, desde el podio, una superpresidencia, o desde metros de altura, siempre nos caerá bien. Cuando hablemos en público conviene aplicar la sencillez a lo que decimos, a cómo lo decimos, al movimiento de nuestras manos y a la experiencia. Hay que prestar especial atención a las manos. Cómo moverlas bien es una cuestión muy difícil, en caso de que no sepamos moverlas, lo mejor será que seamos muy parcos en nuestros movimientos. Éxito = Sencillez + Naturalidad
e) Simpatía y amabilidad
Nuestro objetivo al hablar en público es que nuestros oyentes nos atiendan, para luego convencerles de nuestras palabras. Pues bien, para conseguir esto, el primer paso es caerles bien, porque así desde el principio, ganamos su atención y despertamos su interés. El medio más seguro para conseguir esto es lo expuesto antes; La Naturalidad, La Sencillez, La Simpatía, y La Amabilidad.
f) Considerar al oyente como a un amigo
Al hablar en público, debemos hacerlo como cuando hablamos a nuestro grupo de amigos, porque realmente la gran mayoría de nuestro auditorio lo son.
g) La brevedad
Ser breve significa utilizar el menor tiempo posible, que siempre será mayor del previsto en un principio, porque según va pasando el tiempo vamos cogiendo confianza en nosotros mismos. h) No cansar al oyente Hay que tener en cuenta que el cansancio del oyente es el peor enemigo del orador. El orador ha de estar siempre en onda con el oyente, para percibir cuando empieza a cansarlo. Terminar cuando todavía estamos en la curva ascendente del interés y la atención del público, cuando los oyentes, al salir del auditorio, piensen: "Que pena, me hubiera gustado oírle más"
OTRAS PAUTAS A SEGUIR PARA HABLAR EN PÚBLICO
a) Tener presencia ante los oyentes
Lo primero es que los oyentes nos vean bien. Por eso es siempre preferible hablar de pie que sentados. Por supuesto, si estamos es una presidencia con varios oradores y estos hablan sentados, hemos de hacer lo mismo. Oyente cansado = Oyente aburrido = Oyente dormido
b) Destacarse de los demás
En el fondo esto es continuación del punto anterior. Como es evidente, el objetivo antes de empezar a hablar es conseguir la atención del auditorio, dar la impresión de que lo que vamos a decir es realmente importante. Por esto, el movimiento de levantarse del asiento con los papeles en la mano, y dirigirse al podio, es sumamente importante. Debemos hacer todo esto con tranquilidad, despacio, con aspecto sonriente y destacándonos de los demás, porque de este modo la imagen que proyectamos será la de seguridad en nosotros mismos, la de seriedad e importancia de lo que vamos a hacer.
c) Gestos
Debemos ser parcos, sencillos y ahorradores en nuestros gestos. Conviene que hagamos los gestos que son nuestros, los que usualmente utilizamos cuando hablamos entre amigos, en el trabajo o en familia. Es decir, nuestros gestos naturales.
d) La indumentaria
Debemos llamar la atención del auditorio, pero en el buen sentido de la palabra. Con la indumentaria sucede lo mismo que con los gestos. No debe ser llamativa ni chillona, sino seria, aunque sin exagerar. Lo mejor es aplicar lo siguiente: "La indumentaria que llevemos debe estar en función de la actividad, el lugar, las personas que intervengan, y las personas que allí estén" Esto es importante porque la imagen que proyecta el orador nada más levantarse del asiento es esencial para atraer la atención del auditorio, y es la suma de los siguientes factores:
— Nuestra indumentaria.
— Movimientos.
— Naturalidad.
— Seguridad en nosotros mismos.
— Seriedad (sin exagerar).
— Sencillez.
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