— Un mayor nivel de productividad mediante una mejor integración de las personas que estarán, luego, más motivadas.
— Una atmósfera de trabajo estimulante gracias a las mejores relaciones entre los miembros, al conocer el objetivo común.
— Comunicación más eficaz debido a un sistema de comunicaciones directo y a la reducción de la intimidad de los miembros.
— División más precisa del trabajo para cada miembro competente en una tarea precisa.
— Mayor nivel de compromiso con los objetivos del grupo, al ser éstos conocidos y aceptados por todos los miembros.
— Mejora de la satisfacción a todos los niveles.
Respecto a los individuos, el hecho de trabajar dentro de un equipo supone las siguientes ventajas personales o individuales:
— La satisfacción de la necesidad de afiliación o necesidad de amistad.
— El aumento de la seguridad personal.
— El desarrollo y/o el reforzamiento de la percepción de la propia identidad.
— La estimulación de la creatividad.
A lo largo del tiempo y de las experiencias de los equipos de trabajo la necesidad de afiliación aparecerá como la primera necesidad que tiene que ser satisfecha para, luego, trabajar eficazmente.
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