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viernes, 3 de agosto de 2012

CLASIFICACIÓN DE LAS MOTIVACIONES HUMANAS


En ocasiones, se plantea la motivación desligada de la realidad vivencial del individuo. Es necesario conocer las motivaciones básicas y elementales que empujan al hombre primero a aceptar, posteriormente a continuar y finalmente a perfeccionar su trabajo. El hombre busca en su trabajo:



1) Autoconservación 

— Satisfacer las necesidades físicas inmediatas (comer, vestir, vivienda...).

 — Satisfacer las necesidades físicas futuras (seguridad de poder satisfacer las mismas necesidades en caso de accidente, vejez...). Es la motivación inmediata. Y ello comporta que el hombre que ha accedido a un puesto de trabajo, tenga una remuneración que le permita cubrir las necesidades enunciadas por un lado y, por otro, que tenga perspectivas de seguir haciéndolo en el futuro. Por ello, la empresa que se precie de tener una política de motivación ha de ofrecer una estabilidad de futuro a todos los componentes de la plantilla. Y la mejor forma de realizarlo es un correcto trabajo, tanto en cantidad como en calidad y, consecuentemente, con una alta aceptación en el mercado. Para ello será necesaria la participación positiva de toda la plantilla, y eso conduce a una sincronización de todos los hombres de la empresa en los objetivos de la misma.



2) Autoafirmación

 — Satisfacer la necesidad que tiene el hombre de conocer, de actuar, de dejar su sello personal en todo cuanto haga. ¿Cómo se puede llenar esta necesidad humana de autoafirmación en el trabajo? No se puede dar una respuesta categórica, pero sí unos puntos de referencia a tener en consideración para un diseño de la estructura humana de la empresa:

— La empresa es una célula social que influye en la realización del individuo, que tendrá un comportamiento hacia la misma en base a las reglas de funcionamiento que la misma marque.

— El trabajo para el hombre puede adquirir una doble vertiente que debería discurrir al unísono: medio de vida y medio de realización.

— La realización es un proceso continuo, por ello no se puede apelar a la misma sólo en estados de necesidad.

— La realización como proceso integral hace que el hombre considere lo hecho como algo propio, y en este sentido necesita conocer no solamente lo que está haciendo, sino su resultado final, lo que otorga seguridad de presente y futuro.


3) Contacto humano 

— Satisfacer la necesidad de relacionarse con los demás seres humanos y compartir sus problemas. Es una realidad incuestionable que el hombre pasa la mayoria de su tiempo en el trabajo, en el que entra en contacto con los demás. Ahora bien, debido a la jerarquización de la empresa, por otra parte necesaria, este contacto adquiere unos grados diferenciadores en función de la citada jerarquización. Es necesario abandonar el contractualismo y enraizar las relaciones laborales en una verdadera relación humana donde el hombre tenga un tratamiento integral y no se contemple como un medio más de producción. Es necesaria una concepción que nos empuje a poder mantener un equilibrio entre los fines de producción y los fines sociales, ya que el mayor desarrollo en estos últimos fines conlleva necesariamente a un aumento de los primeros, y para conseguir este objetivo es necesario tratar al hombre de forma individualizada y a su vez canalizar su necesidad de relación de forma espontánea.


4) Prestigio social 

— Satisfacer la necesidad de ser admirado, del prestigio por la labor bien hecha, del nivel de vida con relación a los demás. El hombre tiene necesidad de sobresalir en su entorno, y en este deseo tiene un claro papel a jugar su propio trabajo. Si se quiere hablar de motivación no podrá obviarse esta tendencia natural del hombre que, por otra parte, no es difícil colmarla y resulta tremendamente productivo para la empresa que encontrará una respuesta positiva como contrapartida a su actuación. En este contexto, puntualizaremos algunas realidades que nos encontramos cotidianamente:


a) Es una constante en las relaciones interpersonales preguntar ¿dónde trabajas?, añadiendo a renglón seguido: ¿es buena la empresa? La respuesta positiva a esta última pregunta da prestigio social. Socialmente, la pertenencia a una empresa sólida, de reconocido nombre, da al individuo un cierto status social.



 b) Posteriormente se pregunta por el desarrollo del trabajo. Hay empresas que han adquirido prestigio en la forma de concebir y desarrollar las relaciones laborales. Las que no tienen este prestigio intentan, en la búsqueda de personal, crearlo con la redacción del anuncio: «trabajo en equipo»... Estos dos puntos indican que el hombre encuentra tanto una satisfacción personal como social, si pertenece a una determinada empresa, que se beneficiará de este contexto al ver que afluyen a ella buenos profesionales, al tiempo que éstos desarrollan bien su trabajo para mantener el prestigio de la empresa, que es a su vez el suyo propio.









CLASIFICACIÓN DE LAS MOTIVACIONES HUMANAS. Escrito en EL MASTER DEL GUAPO HACKER, de Xavier Valderas


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